ATENCIÓN PERSONALIZADA

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domingo, 14 de octubre de 2012

porque los adultos le pegan a los niños "La vara se utiliza por mal genio y debilidad, ya que la vara es un castigo servil que degrada el alma, incluso cuando corrige, si realmente lo hace, ya que tiene como efecto endurecer."

POR QUÉ LOS ADULTOS PEGAN A LOS NIÑOS
Las opiniones populares que se describieron en el apartado anterior, se deben entender
como las formas en que se trata de justificar hechos que en realidad responden a motivaciones
diferentes, aisladas o combinadas, muy extendidas en toda comunidad humana. Las
repasaremos a continuación.
Experiencia de castigos físicos en la niñez o adolescencia
La extendida frecuencia de la experiencia de haber sido castigado físicamente en la niñez
o adolescencia, hace que se acepte como algo normal y necesario. A mayor incidencia de
agresiones, mayor la posibilidad de que se repita dicho estilo de crianza en los futuros hijos. En
un estudio conducido por M. Strauss en los Estados Unidos sobre más de 9,000 familias, se
demostró que “el porcentaje de padres que aplicaban castigos corporales en niños de 4 años,
era de 78% para madres que reportaron que no habían sido castigadas físicamente en su
adolescencia y hasta de un 90% para aquellas que si lo fueron mayormente en esa etapa de la
vida”, y en el mismo informe se dice que la probabilidad de usar este tipo de castigos en
jóvenes de 16 años, aumentó desde un 48% hasta un 72% para las madres que no recibieron
golpes en la adolescencia y las que sí los sufrieron respectivamente. Para todo el que ha
trabajado muchos años en clínicas de psiquiatría o psicología de niños, es muy evidente la
conexión entre ser un padre castigador y haber sido muy castigado en los años de niñez o
adolescencia. Lo que se revela de manera directa cuando estas personas dicen: “a mi me
criaron así y creo que es lo mejor.”
En el Centro Nacional Para el Estudio del Castigo Corporal de la Universidad de Temple en
Filadelfia, un abarcador proyecto investigó adultos en cuanto a las razones de sus creencias a
favor o en contra del castigo corporal y se encontró que muchos de ellos pensaban haber
llegado a sus conclusiones de manera lógica, pero en realidad, el verdadero determinante fue
su propia historia de niñez. Aquellos que habían aplicado los castigos corporales (“spanked”,
“paddle”, “switched”, “whipped”, etc.), tendían a creer en ellos vehementemente. Los que no
habían sido golpeados o asistido a escuelas donde se pegaba, no creían que estos métodos
trajeran nada bueno o se horrorizaban ante la mera idea de aplicar estos castigos.
Desconocimiento de los efectos en la vida adulta
Si alguien en la adultez sufre uno de los efectos perjudiciales del castigo físico, no llega a
realizar el nexo que existe entre ambas cosas. El desconocimiento de cómo se manifiestan los
efectos del castigo corporal cuando se llega a la vida adulta, impide que las personas sean
conscientes de lo perjudicial que puede ser, y de igual manera, de lo inadecuado de su
aplicación para obtener buenos resultados en la educación. Por lo tanto, si esta ignorancia se
liga a la experiencia de haber sido objeto de correcciones a base de azotes en la niñez y otras
razones que comentaremos en los sucesivos apartados, se refuerza la tendencia pegar en los
adultos. Para estos la conexión entre golpear a los niños y efectos perniciosos posteriores no
solamente no existe, sino que los hace más disciplinados. Las secuelas son a menudo a
niveles no conscientes o muy sutiles, de forma que a una persona sin conocimientos de
comportamiento humano, le es casi imposible comprenderlas si no se le ayuda. Tendremos
oportunidad de describirlas más adelante.
La conciencia del “deber”
Si los padres que pegan o han pegado corrientemente, aceptaran que no es lo adecuado,
eso implicaría que no actúan como buenos padres, lo cual es difícil de admitir. A muchos les
preocupa que otros adultos como sus propios progenitores, sus hermanos, amistades, vecinos,
maestros y hasta desconocidos en la calle, les reclamen que no están criando bien a sus hijos
porque nunca les dan algún azote. Madres y padres con personalidad débil o insegura, sufren a
menudo porque no “están haciendo lo que todo buen padre debe hacer” cuando un hijo no
obedece o ha cometido alguna acción reprobable. Cuando padres ante en tal situación de
confusión, se aventuran a pegar para que su conciencia no les diga que están fracasando en
su deber, sienten inmediatamente, o poco tiempo después, grandes remordimientos que los
llevan no pocas veces a adoptar una actitud de consentimiento como forma de arrepentimiento
que los lleva a pedir perdón al hijo o hija agredidos, con la consecuencia de que si la
ambivalencia se da con frecuencia, aquellos aprenden a manipular a esa madre o padre
creándose otro tipo de problemas que también pueden constituirse en círculos viciosos: golpe,
seguido de actitud consentidora-permisiva; manipulación del niño a quien no le importa sufrir de
vez en cuando los azotes porque sabe que después viene la gratificación, manipulación que
cuando se hace excesiva, provoca los adultos más intentos de corregir físicamente y así
sucesivamente. Padres en esta disyuntiva, sienten un gran alivio, se quitan un gran peso de
sus conciencias, cuando reciben orientaciones sobre modos de ejercer sus deberes como
educadores de una manera más sana y efectiva.
Resistencia a condenar el estilo disciplinario de los padres
Cuando se llega a ser adulto, con excepciones en las que se ha sufrido maltrato con
lesiones muy profundas a nivel psicológico, se produce un fenómeno de identificación con los
propios padres y una resistencia a condenar las actitudes violentas de estos al ejercer su
autoridad. El “ahora comprendo bien porque mis padres tuvieron que pegarme y se los
agradezco”, es la frase que resume el fenómeno aludido. En un nivel mental más profundo, se
intenta no caer en la desmitificación de la sagrada imagen parental. Quizá ya los padres han
fallecido y sería aún más grave un reconocimiento de sus errores, pero aunque estuviesen
vivos, la conciencia no permite rebajar o desacralizar el icono que representa al padre o a la
madre agresores. Se produce entonces una inversión de la memoria de aquéllos, de modo que
ya no son los padres que maltrataron, sino los padres “que me ayudaron, con la correa, el palo
o la bofetada, a ser mejor, porque quién sabe qué hubiera sido de mí si no lo hubiesen hecho”.
Descontrol de impulsos
Suele suceder que cuando los padres están frustrados y enojados, descarguen la agresión
sobre el hijo como una manera de lograr el alivio de la tensión, aunque posteriormente haya
sentimientos de culpa en algunos. Estas circunstancias se ven más cuando se trata de padres
que se irritan fácilmente y tienen poco control de impulsos, como sucede en los alcohólicos, los
adictos a otras drogas ilegales, los que están pasando por problemas financieros, laborales,
maritales o de otra índole. Cuando la violencia es un patrón común en un hogar, es necesario
detenerse un poco para estudiar el comportamiento y los estilos de vida de aquéllos. En estos
casos no es raro encontrarse con personas poco equilibradas psicológicamente. Las
frustraciones de tipo económico y social son causas importantes de tales conductas que
deberían dirigirse, en principio, hacia las fuentes del malestar (explotación económica,
injusticia social o judicial, paro laboral, salarios bajos, presión en el trabajo, impotencia política,
etc.), pero es desplazada hacia blancos más fáciles y sin posibilidad de respuesta como los
hijos. Algunas mamás, especialmente aquellas que no trabajan fuera de casa y con
personalidades autoritarias o agresivas, también suelen descargar toda la ira que les origina la
carga continua de las labores domésticas con golpizas a los hijos.
También entran en este grupo, los que padecen enfermedades mentales como la
esquizofrenia, el trastorno bipolar o depresión, patologías en las que puede existir un bajo
umbral de irritabilidad, y otros trastornos de la personalidad. Dentro de esta última categoría
están el trastorno paranoide de la personalidad, algunos de cuyos síntomas son la sensibilidad
excesiva a los contratiempos y desaires, suspicacia y tendencia generalizada a distorsionar las
experiencias, lo que facilita que se interpreten las conductas de sus hijos como amenazas o
retos a su autoridad; el trastorno disocial de la personalidad que incluye ausencia de empatía
hacia los demás, baja tolerancia a las frustraciones y a la conducta cruel o violenta. Individuos
con personalidad psicopática, sociopática o disocial, tres términos con el mismo significado,
llegan a imponer a sus hijos penas disciplinarias verdaderamente brutales como arrodillarlos
sobre materiales rugosos, colgarlos de los dedos, quemarle las manos, etc. Y finalmente, el
trastorno de inestabilidad emocional de tipo impulsivo que se manifiesta por una personalidad
propensa al comportamiento violento por la falta de control de impulsos.
Estados pasajeros de frustración y enojo
Muchas veces sucede que ante una queja escolar, de otro hermano, de un vecino o ante
una conducta de un niño que causa que algo se estropee, se ensucie en la casa o se produzca
alguna lesión leve a otro miembro de la familia, uno de los adultos que con él conviven,
reaccione con intemperancia y le propine una paliza, con la mano, con correa u otro objeto. En
momentos así se han producido lesiones importantes que han necesitado de la intervención
médica o incluso la muerte de algún menor. Los diarios y la televisión nos traen cada cierto
tiempo la noticia de que algún pequeño ha fallecido por una agresión física de un padre o
madre que, estando en sus cabales, nunca lo hubiera hecho, pero que por un descontrol de
momento, se le “fue la mano”, o “se excedió” y acabó matando al niño. Una investigación
llevada a cabo en 2001 por Crouch y Behl del Centro para el Estudio de la Violencia Familiar y
Acoso Sexual, del Departamento de Psicología de la Universidad Northern Illinois, indicó que el
estrés es un factor que induce a los padres a golpear más a sus hijos, pero cuando se combina
con la creencia de que el castigo corporal es efectivo para corregir, es un estímulo aún más
poderoso.
Rechazo abierto u oculto hacia un determinado hijo o hijastro.
Otra causa de castigo físico frecuente puede ser el rechazo, consciente o inconsciente, de
un determinado niño, lo cual se da más a menudo en casos de adopciones con resultados que
no llenan las expectativas iniciales; de maternidad o paternidad obligada; cuando los padres
son personas inmaduras que no quieren al hijo por ser del sexo que no deseaban; por no ser
como él o ella querían que fuese; por haber venido en un momento “inoportuno” o simplemente
porque se parece al padre que se odia. Las agresiones se disimulan con otros pretextos,
siendo en el fondo el rechazo lo que verdaderamente los incita. Incluso es posible que la razón
real no se le haga patente a la persona que no quiere al niño, pero actúa como una pulsión
latente desde los niveles profundos de la mente. En capas de población con menos formación
intelectual, se da mucho el hecho del padre que maltrata a un hijo ante la menor excusa porque
se sospecha de que ha sido concebido por la madre en una relación extramatrimonial, porque
no responde al sexo deseado por él, o cuando se trata de un hijastro cuya presencia le
recuerda al padre la relación anterior de la madre o del padre con otra persona.
Vemos que hay diferentes motivos para que un niño sea castigado corporalmente sin que
ninguno se justifique, pero que se suelen ocultar tratando de dar explicaciones basadas en
esas creencias populares que ya se han mencionado. La impaciencia, el descontrol, la
necesidad de aliviar las tensiones del adulto, la patología de la personalidad, la irritabilidad y la
errada noción de lo que es ser padre, son las causas reales de estos hechos. Es necesario
además, decir que en una gran cantidad de casos de conducta juvenil inapropiadas, son los
mismos adultos los responsables de diferentes maneras. Cuando a un niño se le consiente
demasiado y se le malcría, acostumbra a mostrar conductas manipuladoras y caprichosas que
se tratan entonces de corregir mediante los golpes, cuando, si lo meditamos bien, insisto en lo
ya dicho, quienes deberían ser responsabilizados son los adultos que han generado las
condiciones para estos comportamientos. Igual podemos decir de aquellos padres que dan
malos ejemplos a sus hijos (de consumo de alcohol, de violencia entre ellos, de mentir, de
irresponsabilidad, etc.) y luego quieren erigirse en jueces de aquellos. Los hijos están
mostrando comportamientos aprendidos de unos adultos que de esa forma pierden la autoridad
moral para castigarlos. No se puede pretender exigir a menores de edad, especialmente a los
más pequeños, responsabilidad total y mucho menos causarles dolor físico, por acciones que
ven en sus propios padres.

la educación sin maltrato

De esa manera dejamos claro quién manda en la casa.
Otro argumento, que afortunadamente ya no es tan explícito aunque aún influye en la
tendencia a castigar físicamente en los padres de sexo masculino, es la necesidad de enviar el
mensaje de que él tiene la autoridad y el mando en la familia. Ante la mínima transgresión y a
veces sin que haya existido alguna, se golpea al hijo para que nunca se olvide quién manda en
la casa. Suele darse esta actitud entre padres tiránicos, que implantan un régimen de terror
para la esposa, los hijos y todo aquel que se cobije bajo el mismo techo. Es el “te pego porque
me da la gana.” Estos abusadores suelen ser además personas incapaces de dar alguna
muestra de afecto, ni siquiera a sus hijas. En la casa todos deben estar a su servicio porque es
el “cabeza de familia”, a quien todos deben obediencia y respeto; solo él tiene derechos, los
demás no. No se trata de una situación patológica a los ojos de estas personas que llevan la
autoridad del “pater familias a formas extremas.” Hemos conocido de corregidores que actúan
bajo esta mentalidad cuando una mujer denuncia a su esposo o un hijo al padre por malos
tratos: “no hay delito porque el esposo o padre tienen todo el derecho de ejercer la autoridad
en la familia, ya que es el jefe”. Si lo analizamos legal o racionalmente, es evidente que se
trata de casos de abuso de autoridad que implica muchas veces una patología de la
personalidad.
Nadie me va a decir lo que debo o puedo hacer con mis hijos.
Muy relacionada con la postura anterior es la de los padres que se defienden ante alguna
crítica por utilizar el castigo físico, o ante las recomendaciones de un profesional para la
utilización de maneras no violentas de crianza. Es el concepto que aunado al de la total
autoridad parental, une el de la propiedad de los hijos. “Son mis hijos y los educo como yo
quiera”, y ese “educo” lleva implícito el “el “hago con ellos lo que yo quiera”, salvo matarlos,
añaden, como para darle más sentido racional a la posición. Está de más decir que ya ninguna
legislación moderna concibe a los hijos como propiedad de los padres. Estos tienen derechos
sobre los hijos como son: transmitirles su herencia cultural, exigir de ellos respeto y obediencia
siempre que se trate de demandas justas, como cuando se pide tener la casa en orden, cumplir
con los deberes familiares y escolares, etc. Pero también tienen deberes como respetar la
integridad física y psicológica de los hijos, darles una educación con valores universales, tener
en consideración sus opiniones cuando ya tiene uso de razón suficiente como para emitirlas,
garantizarles un desarrollo físico, emocional y mental sano. En pocas palabras: formarlos en las
mejores condiciones posibles para hacer de ellos ciudadanos productivos, de buena conducta y
sin traumas causados por errores de crianza. En todo país, las autoridades deben insistir en
erradicar actitudes como la de que los niños son propiedad de sus padres y estos por tanto,
pueden tratarlos a su antojo y capricho.
Los jóvenes de hoy “están como están” porque ya no se les pega.
Si se examinan las estadísticas de cualquier país, nos daremos cuenta de que en la mayor
parte de las familias se sigue el hábito de castigar corporalmente a los hijos cuando “se portan
mal.” Desde las formas más leves hasta las más graves, los golpes se siguen prodigando en
todos los niveles sociales, y a los cuartos de urgencia siguen llegando niños con signos de
maltrato o incluso muertos por las consecuencias del mismo. Incluso en un país como Suecia,
que fue el primero que prohibió el uso del castigo físico contra los niños, el mismo ha
continuado reportándose, y en otro país de la Unión Europea como España, donde el nivel de
delincuencia juvenil se ha incrementado notablemente, el presidente de la Federación de
Asociaciones para la Prevención del Maltrato Infantil, Jesús García Pérez, declaró que “uno de
cada 7 niños sufre algún tipo de maltrato físico”, y añade: "Lo que sabemos del maltrato, lo que
vemos, es solo la punta del iceberg porque la mayoría de los casos, aunque se saben, no se
notifican.”
Datos de la UNICEF en 2007, revelaron que solamente en América Latina el castigo
corporal en los hogares y en las escuelas es una práctica común en toda la región, y en pocos
países está prohibido por la ley. Golpear a un niño en el seno familiar como método de
disciplina, incluso con palos o cinturones, causando enormes heridas, es aún una práctica
usual que está permitida por la ley en casi todos los países del mundo. En realidad, en la
mayoría de las naciones, el castigo físico hacia los niños es la única forma de violencia
interpersonal consentida por la ley, mientras que por el contrario las amenazas más triviales
emitidas por los alumnos en sus escuelas son consideradas delitos. Allí donde los niños han
sido entrevistados acerca de las agresiones violentas cometidas por adultos o por otros niños
de la comunidad, se descubren unos porcentajes muchos mayores de trato injusto. Y en base
al mismo informe, sabemos que en Colombia, el 42% de las mujeres informó que sus esposos
y compañeros castigaban a sus hijos con golpes. Entre un 47% y un 53% de las mujeres
consideran que el castigo físico es necesario para la educación de los hijos y lo emplean. En
Chile, un 75.3% de los niños y niñas entrevistados en un estudio sobre maltrato infantil, recibe
algún tipo de violencia por parte de sus padres. Más de la mitad recibe violencia física y uno de
cada cuatro la violencia física es grave. En Barbados, un estudio halló en 1987 que el 70% de
los entrevistados aprobaban en general el castigo físico por parte de los padres; de ellos el
76% consentía el uso de cinturones o correas para pegar a los hijos.
Otras estadísticas que nos aporta la UNICEF nos dicen que “alrededor de 80.000 niños y
adolescentes, mueren cada año a causa de la violencia en sus hogares. Esta situación
contrasta con los principios de la Convención sobre los Derechos del Niño, que en su
preámbulo, afirma que el niño por su inmadurez "necesita protección y cuidados especiales.”
Investigaciones de varios países de todos los continentes, como los realizados por Rädda
Barnen y EPOCH-World Wide, han encontrado altos niveles de sanciones violentas en el seno
familiar. En India, una encuesta realizada en 1991 entre estudiantes universitarios reveló que el
91% de los hombres y el 86% de las mujeres habían sido atormentados físicamente durante la
infancia. En Rumania, un análisis, efectuado en 1992, descubrió que el 84% de una muestra de
padres veía el azote como una forma habitual de educación infantil y el 96% no lo percibían
como humillante. En el Reino Unido, el gobierno financió una investigación –publicada en
1995– en la que se demostraba que casi uno de cada seis niños había experimentado castigos
físicos severos; que una amplia mayoría, 91%, había sido aporreada, el 77% durante el año
anterior. En Estados unidos una encuesta realizada en 1985 sobre 3.232 familias, encontró que
el 89% de los progenitores habían golpeado a sus niños de tres años durante el año anterior y
que aproximadamente una tercera parte de los jóvenes de entre 15 y 17 años también habían
sido apaleados.
En una presentación dada en la Presidencia de Panamá, un Experto Independiente para el
Estudio del Secretario-General de Naciones Unidas sobre la Violencia contra los Niños afirmó:
“La mayor parte de la violencia contra niños, niñas y adolescentes es totalmente invisible,
simplemente no existe en estadísticas nacionales o internacionales.” La historia de la violencia
contra los niños es una historia del silencio, lo que quiere decir que, aunque se tienen datos
impresionantes al respecto, la verdad es que esas cifras quedan muy por debajo de la realidad,
lo cual resulta aún más alarmante. En Panamá no tenemos estadísticas sobre el castigo físico,
ninguna que el autor de este libro haya podido conocer. No obstante, no es equivocado pensar
que la violencia familiar contra los niños en nuestro país se de en la misma cuantía en la que se
da en otras partes del continente. De hecho, al Hospital del Niño en la ciudad capital, llega al
menos un menor al día víctima de maltrato, según informaron autoridades de dicho centro en
enero de 2010 a través de los medios de comunicación social.
Decir pues, que hay aumento de la delincuencia juvenil, o que la juventud está “descarriada”
porque ya no se permite pegarles o por causa del Código de la Familia y el Menor, es una
falacia que solo se explica por el desconocimiento de las verdaderas razones de índole social,
económica y política que inciden en los problemas de la juventud. Más adelante veremos que
es todo lo contrario, que existe una relación directa entre violencia contra los niños y conductas
delictivas.
Quiero reproducir aquí lo que escribí en otro libro que publiqué bajo el título “Los problemas
de disciplina en la escuela. Manual para docentes”:
Es común la afirmación de que tiempos pasados eran mejores y que en el mundo de
hoy algo se ha perdido, razón por la cual la juventud “anda como anda.” Este “algo”
que se ha perdido se refiere generalmente, al poder del adulto para someter a los
hijos o a los alumnos a una obediencia estricta y sin discusión posible. Tal
sometimiento se resume en una frase que se escucha muy a menudo de boca de
quienes añoran esas épocas, en las que todo, supuestamente, estaba derecho y en
su lugar: “Antes, mi padre o mi madre (o mis maestros) solamente tenían que
mirarme fijamente para que yo me comportara bien”. O también en esta otra: “En
mis tiempos, si yo me portaba mal, me daban una paliza tal que no me quedaban
más ganas de hacerlo, y ahora ya ni siquiera podemos pegar o castigar a un hijo o a
un alumno porque se nos acusa de maltrato…” Pero, ¿qué hay de cierto en estos
juicios negativos de la juventud y las creencias de que todo tiempo pasado fue
mejor?... Verlo así es, evidentemente, enfocar el asunto de manera parcial, arbitraria
y vertical. Es la visión de quien somete, no de los sometidos; de quien pretende que
educar es imponer y crear seres sumisos que posteriormente los relevarán en esta
“noble labor” con la siguiente generación. El “se hace porque yo lo digo”, o “esta es
la verdad que tienes que aprender”, se resisten a dejar paso a posiciones más
democráticas. Lo propio de la crianza y educación de niños ha sido, a lo largo de la
historia de la humanidad, una tiranía de los adultos. El niño se encontraba en una
posición verdaderamente lamentable formando el eslabón más débil de una cadena
de poder que, iniciándose en los individuos que ostentaban los más altos cargos, se
iba descargando en los ciudadanos comunes de sexo masculino, de éstos en las
mujeres y de todos ellos en los niños…”
Toda la vida se ha hecho y se seguirá haciendo.
Finalmente, cuando las personas no encuentran defensa válida para el uso de la violencia
como supuesta forma de educar, se acude al más irrazonable de los argumentos: “como
siempre se ha hecho, se debe seguir haciendo”. Es el mismo argumento que se podría aplicar
a muchas otros aspectos de la vida. Por ejemplo: como desde el principio de los tiempos se ha
abusado de la mujer, entonces no hay por qué no seguir haciéndolo; como durante siglos los
hombres y mujeres no han tenido leyes que los protejan contra la arbitrariedad de los
gobernantes, continuemos sin ellas; como siempre han cometido actos de corrupción quienes
ostentan cargos de poder, es natural que siga pasando, y así podríamos continuar con la lista
de ejemplos de situaciones ya superadas, o al menos que se sabe que tienen que ser
eliminadas, y por tanto no es necesario insistir más en rechazar por absurda la tesis de la
consagración de un hecho negativo en base al tiempo.

“Los niños deben ser guiados hacia las prácticas honorables mediante el estímulo y el razonamiento, y sin duda alguna, no se lo debe hacer mediante los golpes y el maltrato.”

QUÉ ES LO QUE CREE LA GENTE
A lo largo de toda la historia de la humanidad los niños han sido abusados por los adultos de
diferentes maneras, porque la sumisión de aquellos a quienes detentan la autoridad, ya sea en
la casa o en las escuelas, era y sigue siendo para muchas sociedades, un hecho
incuestionable. No se trata ya de la obediencia sana con un fin formativo de parte de un ser que
se encuentra en pleno proceso de maduración física, psicológica y social, sino del poder casi
absoluto que parece otorgarse al adulto sobre sus hijos o sus alumnos. Sin embargo, la
imposición de una potestad que fácilmente deriva en agresión o violencia física, no se ha
ejercido generalmente con el ánimo de causar dolor o daño por un placer sádico de parte de los
victimarios, sino que se ha pretendido sustentar en una serie de creencias que se han venido
transmitiendo de una generación a otra, (lo que en antropología se conoce como
endoculturación), proceso mediante el cual las víctimas de una época, se convierten
posteriormente en los agresoras cuando se encuentran gozando de los privilegios que les da el
haber pasado a constituir parte del mundo de los mayores. Son ideas que, lejos de tener algún
tipo de base objetiva, o como debería ser ya entrado el siglo XXI, en argumentos de tipo
científico, están arraigadas en consejos de abuelas y en opiniones pueblerinas que se
refuerzan por medio de supuestas confirmaciones de su pretendida veracidad.
Veremos a continuación cuáles son básicamente las creencias populares que tanto cuesta
erradicar de las mentes de las personas, incluso de aquellas que ostentan grados
universitarios, pero que en el tema que nos ocupa se siguen aferrando a ellas. Aquí es
pertinente recordar lo que ya dijo el filósofo Nietzsche de que la creencia arraigada no prueba
más que su fuerza y no la verdad de lo que se cree.
El castigo físico es un mandato de Dios.
La tesis del mandato divino es defendida con vehemencia especialmente por personas muy
apegadas a sus sagradas escrituras como la Biblia. En la primera, se emiten juicios como: “Yo
le seré a él padre, y él me será a mi hijo. Y si él hiciere mal, yo le castigaré con vara de
hombres, y con azotes de hijos de hombres” (Samuel 7:14). “Si alguno tuviere un hijo
contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y
habiéndole castigado, no les obedeciere, entonces lo tomarán su padre y su madre... a los
ancianos de la ciudad… y lo apedrearán” (Deu 21:18-21); “No rehúses corregir al muchacho;
porque si lo castigas con vara, no morirá. Lo castigarás con vara, y librarás su alma del Seol”
(Prov. 23:13-14). “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido
avergonzará a su madre” (Prov. 29:15,17). “Pegada está la necedad al corazón del muchacho;
más la vara del castigo la echará fuera” (Prov. 22:15).
Un ejemplo de la mentalidad del hombre que cree firmemente que Dios ordena utilizar el
rejo y la vara para corregir a los hijos, es el siguiente que da una líder religioso: “Esto (castigar
físicamente) no significa golpearlos salvajemente como para que terminen en un hospital con
algún hueso roto. Esto es innecesario e inhumano. Pero un buen fuete, o el uso de una vara
bien aplicado en las sentaderas, será una lección que enderezará al hijo rebelde y lo hará un
hombre de bien. Recuerde, el uso de la vara en las sentaderas no matará a nadie, sino más
bien hará que los hijos respeten a los padres y no los tomen como tontos sin carácter.
Finalmente, será Dios y los hijos quienes juzgarán a los padres por su dedicación o descuido
en la disciplina que debieron impartir en casa. Esto es pues lo que directamente dicta Dios a
través de las palabras de Salomón…”
Y en el escrito de otro (cristiano) se puede leer: “El castigo físico nunca debe ser usado
para causar un dolor o daño físico permanente, sino como un golpe rápido (en el trasero,
donde hay más relleno protector, para enseñar al niño que lo que hizo está mal y es
inaceptable. Nunca debe ser usado sin control o para descargar nuestro enojo y frustraciones.”
Un defensor de estos argumentos llamado David Cox, en un trabajo que titula “Disciplinando a
nuestros hijos”, dice lo siguiente: “Cuando son inmaduros tenemos que castigarlos para que se
motiven por el miedo (temor). Cuando son maduros el amor es el motivo y ya no necesitan
castigo.”
Por otra parte, en la página Web del European Network of Ombudspersons for Children con
fecha del 22 de enero de 2007, aparece la siguiente noticia: “Expresiones arcaicas que se
utilizan para justificar el castigo corporal a los niños van a ser eliminadas de las nuevas
traducciones de la Biblia Cristiana en Noruega… una declaración hecha por la Conferencia de
Obispos de Noruega señala que hoy día la palabra corrección ha adquirido un significado
totalmente diferente de su significado original. En el lenguaje noruego moderno, la palabra
corrección es prácticamente sinónima de castigo corporal. Pero esta palabra ya no refleja de
modo adecuado lo que la Biblia enseña sobre la responsabilidad parental de educar y guiar a
los hijos.” La reseña noticiosa sigue diciendo que Peter Newell, coordinador de la Iniciativa
Global para Acabar con todo Castigo Corporal hacia los Niños, declaró: “…la Conferencia de
Obispos de Noruega a dado aquí un paso muy positivo. Con demasiada frecuencia
encontramos que la Biblia se usa como pretexto para justificar la violencia contra los niños.
Pero también es cierto que las iglesias se unen cada vez más al movimiento que trata de
eliminar todas las formas de violencia contra los niños, incluyendo el castigo corporal.” El
Consejo de Iglesias Sudafricanas (SACC), sigue informando la organización europea, también
insistió, en el año 2006, que no existe ninguna justificación bíblica para el castigo corporal de
los niños en el siglo 21. Keith Vermeulen, director de SACC, explica: “…El Antiguo Testamento
refleja como norma el patriarcado, la esclavitud y la guerra como resolución de problemas.
Este texto se refiere a una cultura de tres o cuatro mil años de antigüedad, y por eso, explica
Vermeulen, resulta problemático aplicarlo a nuestra cultura.”
Vemos pues que, dentro del seno de las iglesias cristianas, hay una tendencia a
comprender que no se pueden tomar como normas de vida actual, esta serie de ordenanzas
bíblicas que aún muchos fundamentalistas siguen defendiendo como “palabra de Dios”.
En las escrituras judeocristianas se exigen muchas acciones que hoy nadie en su sano
juicio aceptaría, a menos que sea un fanático con visos de sociopatía. Así, por ejemplo, se
ordena lapidar en ciertos casos: “Si un hermano tuyo, un hijo de tu madre, si tu hijo, tu hija o tu
mujer que es la prenda de tu corazón, o el amigo a quien más amas… quisiera persuadirte y
te dijera en secreto: vamos y sirvamos a los dioses ajenos no conocidos ni de ti ni de tus
padres…muera cubierto de piedras, le apedrearás hasta que muera, por cuanto procuró
apartarte de Jehová tu Dios.” “Si una muchacha virgen está prometida a un hombre y otro
hombre la encuentra en la ciudad y yace con ella, sacaréis a los dos a la puerta de aquella
ciudad y los lapidaréis con piedras, de suerte que mueran.” (Deuteronomio, 13:6-10 y 17:2-5).
“El hombre o la mujer que tenga espíritu pitónico o de adivinación, sean castigados de muerte:
los matarán a pedradas; caiga su sangre sobre ellos” (levítico 20:27). La mujer adúltera
también era apedreada: “Mas si es verdad lo que le imputa, y la muchacha no fue hallada
virgen, la echarán fuera de la casa de su padre, y morirá apedreada por los vecinos de aquella
ciudad, por haber hecho tan detestable cosa en Israel, pecando o prostituyéndose en casa de
su mismo padre; y con esto quitarás el escándalo de en medio de tu pueblo. Si un hombre
pecare con la mujer de otro, ambos a dos morirán, adúltero y adúltera, y quitarás el escándalo
de Israel. Si un hombre se desposó con una doncella virgen, y otro solicitándola dentro de la
ciudad durmiere con ella, sacarás a los dos a la puerta de la ciudad, y morirán apedreados: la
doncella porque no gritó, estando como estaba en la ciudad; y el hombre porque deshonró a la
mujer de su prójimo; con lo que quitarás el escándalo de en medio de ti” (Deuteronomio 22:20-
24).
La lapidación de personas no la practica hoy ninguna sociedad civilizada excepto en
sociedades islámicas donde la vida se rige por estrictas normas religiosas (se dio en Afganistán
durante el régimen talibán y se sigue dando por algunos grupos más radicales en estos
países). La Biblia también manda hacer sacrificios de animales a Dios lo que tampoco se
practica actualmente, salvo en algunas comunidades y en ciertas épocas del año. También se
demanda en la Torah hebrea observar las leyes del Shabat, lo que el cristianismo no cumple
habiendo cambiado el día sagrado de reposo al domingo y, por supuesto, sin considerar todo
aquello de no trabajar, no encender fuego, etc. De igual manera se nos manda no comer
animales considerados como impuros por el Dios de la Biblia, lo que evidentemente solo
cumplen los judíos ortodoxos. Un pastor metodista de Toledo en Ohio, Thomas E. Sagendorf,
se refiere a estos argumentos basados en la Biblia diciendo: “Utilizando el mismo tipo de
lectura selectiva, también se podría fácilmente citar a la Biblia como una autoridad en defensa
de la esclavitud, la supresión rígida de las mujeres, la poligamia, el incesto y el infanticidio.”
Por poco que se sepa sobre el contexto histórico-cultural en el que se dieron los libros
canónicos de la Biblia, se puede fácilmente entender la mentalidad de quienes los escribieron,
y a menos que se sea una persona de mente muy estrecha e ignorante de cómo era y ha
evolucionado el mundo, no es aceptable trasladar muchas de las normas que en ella aparecen
como patrón para el mundo de hoy, como lo manifestó el Consejo de Iglesias Sudafricanas.
Está claro que los grupos religiosos que se amparan en la Biblia para defender su proclividad al
castigo corporal contra los niños, toman de ella lo que más se acomoda a sus modos de actuar
y de pensar, desechando o ignorando a propósito lo que no se acomoda a sus credos.
Queda por decir que no se comprende como un Dios que se concibe como toda bondad,
que quiere que veamos en los niños la inocencia y la pureza, nos pida que los violentemos para
corregir conductas de las cuales no son, en todo caso, responsables del todo y mucho menos
mientras más jóvenes son. Es el hombre el que pone en “boca de Dios” la sanción de sus
actos. El uso de la fuerza física contra el más débil es una conducta primaria de la humanidad,
que se empieza a ejecutar desde el momento en que nuestros antepasados más remotos,
descubrieron que es una forma eficaz de someter a sus congéneres, ya sea para eliminarlos de
la competencia en la caza de animales, ya sea para devorarlos, para esclavizarlas o para
defenderse a sí mismos. El niño siempre ha estado en la base de esta pirámide de violencia en
cuya cima han estado los monarcas o reyes absolutos, convertidos ellos mismos en “hijos de la
divinidad” o en dioses, siguiendo en el siguiente nivel hacia abajo los hombres con poder que
rodean al soberano o gobiernan en sus comunidades a nombre de aquel, ejerciendo la coerción
sobre sus subordinados, quienes a su vez la aplican a sus mujeres e hijos, y estos últimos la
sufren de todos a la vez soportando, como dije, el peso de la pirámide. No se tardó mucho en
justificar este poder en cascada desde al ser supremo, encarnado o no en un rey.
Si bien es verdad que las leyes modernas han atemperado mucho la violencia que se funda
en la autoridad, sobre todo en lo que se refiere a la protección del ciudadano y la ciudadana,
considerados como sujetos con derechos a quienes el Estado ni institución o persona alguna
puede someter a coerción física o psicológica (al menos en teoría, aunque en la práctica esto
no se cumpla como sucede especialmente bajo los regímenes dictatoriales), los grupos que
menos se han beneficiado de estos avances sociales son precisamente los más débiles como
los niños y los adolescentes, y si bien ningún seguidor de la Biblia justificaría hoy que se golpee
a las mujeres o que se lapide a una persona, siguen pregonando aquello de que no dudemos
en utilizar la vara para castigar cuando lo consideremos necesario, porque de lo contrario, se
descarriará y Dios nos lo demandará por no haber sido buenos padres.
Pegar a un niño para corregirlo es un acto de amor a él.
Este argumento está íntimamente ligado al anterior en el sentido de que Dios nos exige
amar a nuestros hijos, pero también usar la vara para educarlos, por tanto si no los castigamos
físicamente para que sean personas buenas y “temerosas de Dios y de sus padres”, no
estamos amándolos de verdad. Es pues, el “te pego porque te quiero”. Debemos preguntarnos
¿cómo reaccionaríamos los adultos si una esposa, un hermano o un padre ya anciano nos
golpearan y nos dijera lo mismo? ¿Qué pasaría si una mujer cuyo marido la agrede
físicamente, escuchara de éste que lo hace porque la ama? No tengo la menor duda de que en
cualquiera de los casos, ninguna persona que se respete a sí misma, aceptaría esta
justificación de una agresión violenta. Aceptar el principio de la “violencia por el amor” es
hacerse cómplice de una relación sadomasoquista. Se dan casos de situaciones familiares
patológicas en las que tal principio es tácitamente admitido. Todo el que ha trabajado en los
campos de la psiquiatría, de la psicología, del trabajo social o en cuartos de urgencias médicas,
sabe por experiencia que se presentan mujeres o niños golpeados que se culpan así mismos
de lo que les ha sucedido y libran de toda culpa al agresor, ya sea el esposo, compañero
sentimental o padre, porque “actuaron por su bien.”
Muchos niños que han sido maltratados por sus padres o por sus maestros, refieren que en
el momento de la agresión, lejos de sentir que se les estaba manifestando amor, sentían más
bien dolor, humillación y ganas de devolver los golpes. Más adelante veremos como las
secuelas de los castigos físicos frecuentes no tienen nada que ver con lo que el amor debe
dejar en la mente de una persona en crecimiento. No es precisamente alegría, sensación de
ser querido, paz o felicidad lo que dejan los golpes.
El griego Aristófanes (siglo IV AEC), en su comedia Las Nubes, en un pasaje en el que
Estrepsiades está siendo maltratado por su hijo Fidípides (a quien había enviado a instruirse
con Sócrates para que aprendiera el arte de la retórica y de esa manera, lo ayudara a no pagar
sus deudas), satiriza el argumento del castigo por amor:
“Fidípides (a su padre Estrepsiades). - Sólo hago una pregunta: ¿Cuándo yo era chiquito,
me golpeaste, si o no?
Estrepsiades.- Claro que te golpeé, pero fue por interés para ti y por amor a tu persona.
Fidípides.- ¿No te parece justo que yo ahora te dé tus golpes, por interés por ti y amor a tu
persona? Pegarle a una gente es demostrar interés por ella, ¿o no? ¿Tu cuerpo está libre
de golpes y el mío no? También yo nací hombre libre. Si los niños lloran, ¿por qué no ha de
llorar el padre? Me vas a responder ahora que ésa es la norma, que a los niños así hay que
tratarlos. Pero yo te contradigo: los viejos son dos veces niños: es más justo castigar al
viejo que al joven, porque la falta del viejo tiene menos excusa.
……………………………………………………………………………………………………….
Estrepsiades.- No me pegues; tú mismo te haces daño. A tu tiempo tendrás la paga.
Fidípides.- ¿eso cómo?
Estrepsiades.- Yo te pegué a ti y tú a su tiempo le pegarás a tu hijo, si llegas a tenerlo.
Fidípides.- Y si no lo tengo, mi llanto será en vano y te irás riendo de mí cuando te mueras.
Estrepsiades.- Señores de mi edad, ya voy creyendo que éste razona con toda justicia. Y
creo que debe concederse a los hijos lo que es razonable. Si hacemos cosas contra lo
justo, hay que llorar para pagarlas.”
Aristófanes hace que el viejo Estrepsiades sea víctima de su propio argumento de que a los
hijos se les pega por amor, por interés de ellos mismos, para finalmente, convencido por la
retórica del hijo, acabar aceptando que a los hijos se les debe tratar de manera que no
tengamos que lamentarlo posteriormente.
A mí me pegaron mucho y sin embargo soy una persona de bien.
Es una defensa muy común, tanto en las conversaciones privadas como en las públicas que
se dan en los medios de comunicación. Las personas que opinan así, hacen una relación muy
simplista de los efectos del castigo corporal en los niños que los sufren. Su argumento inverso
es: “Si no pegas el niño se descarrila, por eso agradezco a mis padres, que me hayan azotado
cuando me lo merecía”. Incluso algunos que se lamentan de las malas acciones que han
cometido en la vida, lo atribuyen a que “les faltó el correazo o el fuete para enderezarlos en su
niñez o juventud”. Y si tienen los padres vivos, llegan a reclamarles el por qué no lo hicieron, lo
cual no es más que una manera de liberarse de la propia culpa proyectándola hacia estos. Para
quienes piensan de esta forma, la relación entre castigo físico y ser una persona de bien es
indudable. Su falta de conocimientos en la materia y otros factores, como la necesidad de
justificar sus propias acciones punitivas contra sus hijos, o de buscar una manera de aliviar sus
culpas, producen este sofisma. “Pegar corrige; a mi me pegaron mucho; por eso me corrigieron
y no soy delincuente ni mala persona)”. Se parte así de una primera premisa que es falsa,
como se demostrará más adelante una vez que hayamos visto los efectos posteriores del
castigo físico.
Ser una persona “buena” o “mala” requiere además de una definición más precisa tomando
en cuenta una serie de factores, cuya confluencia da como resultado el que una persona
presente de modo habitual, determinadas conductas que se consideran perjudiciales para la
convivencia. Mencionaremos después las razones por las cuales se considera que golpear
para educar es un método inadmisible, pero adelantemos que para criar y educar bien a un
niño, existen formas y acciones mucho más apropiadas y humanas que ni siquiera se proponen
como alternativas, sino como las que deben ser, ya que plantear una disyuntiva entre si golpear
o educar de una manera más civilizada y con mejores resultados, es dar la primera como una
opción posible, lo que no se concibe dentro de la línea de pensamiento de esta obra.
En relación a los efectos sobre las conductas de las personas, los efectos de los castigos
corporales, que no describiremos ahora de forma específica, pueden catalogarse así según la
intensidad, la frecuencia y la consecuencia física.
1º Leves y muy poco frecuentes (pueden no tener ningún efecto perjudicial pero tampoco
son necesarios a una buena educación).
2º Leves pero frecuentes (pueden no tener algún efecto perjudicial, pero transmite al niño
un estilo de crianza que repetirá en el futuro).
3º Intensos pero poco frecuentes, sin lesiones que requirieran atención. Influyen en el
modo en que el niño vive y aprende la violencia como medida para solucionar problemas.
4º Intensos y poco frecuentes pero con lesiones que requirieron atención. Pueden dejar
secuelas físicas transitorias de mayor o menos duración y secuelas psicológicas que pueden
pasar inadvertidas para la víctima.
5º Intensos y frecuentes con lesiones que no requirieron atención. Suelen dejar más
secuelas psicológicas inconscientes o conscientes permanentes que físicas.
6 Intensos y frecuentes que requirieron atención. Pueden dejar secuelas físicas y
psicológicas conscientes permanentes.
7. Intenso y mortífero.
Todas las formas de castigo físico, independientemente de si tienen o no efectos
perjudiciales, son inaceptables por ser humillantes para el niño. Además, las consecuencias en
la personalidad de un individuo, además de depender en parte de estos niveles de castigo, se
ven influenciadas por otras condiciones como el nivel mental del niño, su temperamento, su
condición física, las vivencias positivas que hayan ayudado a compensar esas otras negativas,
el ambiente familiar y social en el que crece y se desarrolla. Es por eso que plantear el hecho
de ser o no “bueno” en relación a si se nos corrigió con golpes, sin considerar estos otros
aspectos, es de una falsedad evidente.
Es de interés mencionar aquí como una anécdota entre muchas que conoció el autor, la de
un padre de familia cuyo niño se atendía por hiperactividad y problemas de aprendizaje, que en
una ocasión se puso a vociferar en la sala de espera de la clínica ante el personal auxiliar, que
él era una muestra de una persona que había recibido muchos golpes de niño y sin embargo
no era una persona con problemas. Sin embargo, se trataba de un hombre que golpeaba a la
esposa y al niño, con el resultado de que éste se tornaba más inquieto en su presencia.
Finalmente, la esposa terminó por dejarlo y cuando el niño vivía sin la presencia del padre, su
conducta mejoraba considerablemente.
Investigadores brasileros encontraron que el 35.2% de un universo de 454 alumnos de 1º y
3er grado de escuelas públicas y privadas del sureste de Brasil, que habían estado recibiendo
castigos corporales con correas de parte de sus padres o cuidadores, presentaban problemas
de conducta y de salud mental en general.
En base al argumento que niega toda posibilidad de que los castigos físicos a los niños
puedan tener efectos negativos en la vida adulta, se podría argüir también que como hay
mujeres maltratadas que no están sufriendo actualmente de problemas mentales o
emocionales, ni se han abocado a conductas irregulares, entonces el pegar a las esposas,
compañeras o novias es algo que se puede hacer. Usted señora, que está leyendo esto, ¿qué
le parece este argumento? De igual forma, como no todos los soldados que se envían a la
guerra han muerto, ni han quedado heridos o con secuelas psicológicas o psiquiátricas,
entonces podemos concluir que las guerras son deseables.
A los hijos, si no se les pega, se nos suben encima.
Con esta expresión de “se nos suben encima” se quiere decir que harán lo que les venga
en gana, manipularán a los padres y no se someterán a la disciplina. En la crianza de niños
pueden darse extremos igual de perjudiciales: la violencia para disciplinar y la excesiva
permisividad. Cuando es la última la que predomina, se produce lo que se conoce como “niños
malcriados”, acostumbrados a imponer sus deseos y su voluntad. Cuando tal situación es muy
acusada, estos niños llegan a tiranizar a sus padres o a quienes están a su cargo. En la
escuela, si esas características se asocian a un temperamento asertivo, se convierten en una
verdadera pesadilla para todos los maestros, haciéndose alumnos insoportables que incluso
cuestionan su autoridad. Se puede afirmar sin temor a errar, que la causa más frecuente de
que un hijo se “suba encima de los padres”, es esta distorsión del proceso de crianza el cual
es, como se puede comprender, responsabilidad de los adultos y no del niño. Por lo tanto, no
se puede pretender que una vez que se ha malcriado a un hijo, se quiera revertir la situación
con golpes.
En el caso de que a un niño que exhiba conductas difíciles se le haya sometido totalmente
mediante el castigo físico, lo que se ha logrado es provocar en él un estado de temor y no de
entendimiento más cabal del por qué no es conveniente que haga tal o cual cosa, y sobre todo
cuando la acción punitiva se utiliza para “prevenir” que el niño “se salga con la suya” en el
futuro, lo que se suele expresar también con el dicho popular que dice que “una buena rejera a
tiempo previene muchos problemas”. El razonamiento se queda en: “¡Si haces esto otra vez,
te vuelvo a pegar y más fuerte!” Es obvio que tal comportamiento no es formativo y no ayuda a
desarrollar en el niño la conciencia sino el miedo. Cuando no haya peligro para ejecutar las
acciones por las que fue agredido, entonces, si no se ha producido el adecuado proceso de
maduración de la conciencia, tenderán a repetirse.
Por otra parte, el concepto que muchos padres con poca formación tienen de lo que significa
“subirse un hijo encima de uno”, está relacionado con la sumisión absoluta. Así por ejemplo, si
un hijo se defiende verbalmente de un padre que lo está acusando de haber cometido una falta,
se considera que es una falta de respeto hacia el adulto, quien no solo se reafirma en su actitud
de reprensión, sino que la intensifica. Igualmente sucede cuando un niño no se quiere comer
toda la comida. No importa si no tiene hambre, si la comida no le gusta o le causa malestar,
debe ingerirla toda porque la norma del padre dice que así debe ser, de lo contrario también se
considera como una rebeldía merecedora de una sanción, que bien puede ser un correazo o la
introducción forzada de la comida. Conocí el caso de un niño de 9 años al que el padre le
amarraba las manos para poder darle los alimentos contra su voluntad. La reacción del niño fue
desarrollar una negativa persistente a comer que lo llevó a ser internado en el hospital y recibir
tratamiento psicológico.
Dando un azote de vez en cuando evita que los jóvenes se descarrilen.
Lo que suele causar que un menor de edad se descarrilo o se aleje del “buen camino” no es
la privación de los azotes. El ambiente familiar y social en el que se vive son habitualmente las
influencias más importantes en la vida de un niño o adolescente. Cuando se crece en una
familia donde no hay las condiciones adecuadas para una buena crianza y educación, donde
los propios padres tienen muchos problemas personales, de relación o económicos; cuando
además la familia está inmersa en una comunidad donde la pobreza, la falta de recursos
educativos y la delincuencia son lo común, es mucho más fácil que un menor de edad se
involucre desde edades tempranas en actividades perniciosas y se habitúe a la vida de la calle
en la que pasa más tiempo que en la vivienda, la cual no tiene las condiciones da habitabilidad
apropiadas para una vida de familia sana. En el caso de que un niño en estas circunstancias,
tenga unos padres conscientes, de buenas costumbres y con toda el interés por educarlo bien,
si con el fin de que las malas influencias del vecindario no lo dañen, se le empieza a pegar y a
tratar de manera muy estricta, solamente se logra reforzar más el resentimiento que ya de por
sí tienen los jóvenes que viven en estos grupos sociales, así como su insubordinación, la que a
su vez se traduce por un desinterés hacia las actividades escolares, por el abandono de la
escuela o por comportamientos antisociales en los cuales se va adentrando cada vez más.
Claro está que no podemos generalizar esta secuencia de eventos a todo menor de edad
que viven en áreas de pobreza o de familia disfuncional, ya que muchos salen adelante debido
a que tienen a su favor otros factores protectores como los que he mencionado previamente,
tanto intrínsecos como extrínsecos. En este sentido, y como una combinación de ambos tipos
de factores, está la escuela. Si ésta es atractiva y logra el interés del alumno y si además se da
el caso de que éste tiene un temperamento que lo lleva a querer saber más y a superarse,
entonces el resultado es una combinación feliz que lo ayuda a salir del círculo vicioso de
pobreza - familia disfunciona - delincuencia, convirtiéndose con el tiempo en una persona
productiva que logra un mejor nivel económico y social.
En un folleto publicado por EPOCH WORLDWIDE y Rädda Barnen se afirma que en los
países donde se ha prohibido el castigo corporal, no existe evidencia que muestre alteraciones
en el hogar o en la escuela debido a un incremento de niños revoltosos: "el cielo no va a caer
si dejamos de golpear a los niños.” Haapsalo y Pokela, (citados por Pacheco Gallardo)
incluyen como factores de predicción de delincuencia, la escasa supervisión parental y la
disciplina dura o punitiva que implica el castigo físico. Asimismo, Widom (1989) halló en un
estudio sobre el abuso de los niños en Indianápolis, que era bastante probable que los niños
que sufrieron abusos físicos hasta la edad de 11 años, se convirtiesen en delincuentes
violentos durante los 15 años siguientes. Asimismo el maltrato registrado a niños de edades
inferiores a 12 años predijo una violencia auto informada entre las edades de 14 y 18 años, con
independencia del género, etnia, el nivel socioeconómico, y la estructura familiar (Pacheco
Gallardo).
La falta de vigilancia y supervisión de los niños por los padres y el uso del castigo físico
severo para disciplinar, son sólidos factores predictivos de la violencia durante la adolescencia
y la edad adulta. En su estudio de 250 niños en Boston, Estados Unidos, McCord encontró que
la supervisión deficiente, la agresión y la aplicación de una disciplina muy rigurosa por parte de
los padres en niños de 10 años de edad, se vincularon firmemente con mayor riesgo de
condenas posteriores por actos violentos antes de los 45 años de edad. Huesmann, Eron y Zelli
efectuaron el seguimiento de casi 900 niños en Nueva York y encontraron que el castigo físico
severo infligido por los padres a la edad de 8 años, permitía predecir no solo arrestos por
incidentes de violencia antes de la edad de 30 años, sino también, en los muchachos, la
severidad con que estos castigarían a sus hijos y sus cónyuges. Otros estudios han obtenido
resultados similares. Mulvaney y Mebert utilizando datos de la “National Institute of Child
Health and Human Development Study of Early Child Care and Youth Development (Research
Triangle Institute, 2002)”, descubrieron que el castigo físico de parte de los padres hacia los
niños contribuye a desajustes comportamentales en niños de los 3 a los 6 años de edad (36
meses a 1er grado), siendo los efectos más pronunciados en aquellos con dificultades
temperamentales.
Estos datos confirman que la violencia, en la adolescencia y hasta la edad adulta, también
ha estado relacionada firmemente con los conflictos entre los progenitores durante la primera
infancia y con los vínculos afectivos deficientes entre padres e hijos.
Se debe hacer cuando fallan otros métodos.
Muchos padres dicen odiar tener que pegar a sus hijos, pero aseveran que es un mal
necesario cuando fallan otros métodos para disciplinar. No obstante, el problema con esto es
que los “otros métodos” a los que se refieren generalmente son inadecuados e inefectivos,
como dar sermones, amenazar con castigos que nunca se cumplen o que llegan a destiempo,
así como privar de cosas de las que el niño puede prescindir sin que le afecte mucho. La falta
de los conocimientos apropiados sobre cómo prevenir malas conductas y cómo desarrollar
estrategias disciplinarias, hace que los padres hagan lo mejor que pueden y tal como les
aplicaron a ellos la disciplina cuando estaban creciendo. Su método es el de ensayo y error,
pero sin una clara conciencia de cómo pasar de una estrategia a otra. La frustración que les
ocasiona el fallar en modificar las conductas de sus hijos, los conduce a estados de
desesperación en los que se abocan al castigo físico, y por supuesto, con ello llega también la
defensa inmediata que se produce en la mente como un mecanismo aliviador de la culpa:
“Pegué porque ya no había más remedio; mi hijo se lo merecía porque ya no hacía caso de
ninguna manera”. Es el “tuve que pegarle”. Frecuentemente les sucede que tampoco logran
sus objetivos con los golpes y se lamentan diciendo: “¡ya ni pegándole hace caso!”
La tendencia a la utilización del castigo corporal “cuando ya no hay más remedio”, tiene el
peligro de que puede iniciar una escalada de agresiones cada vez más duras, que trae
aparejados el deterioro de la relación padre o madre – hijo, mayor rebeldía de éste, aumento
del desánimo de aquellos en su papel de padres y naturalmente, más probabilidades de daños
físicos o psicológicos al hijo. La violencia nunca es respuesta, ni siquiera aunque se le justifique
como lo necesario cuando falla todo lo demás. El castigo físico en última instancia, es el
testimonio del fracaso en la crianza. Si esto se da en los conflictos entre naciones o entre
facciones rivales dentro de una sociedad en forma de guerras civiles, no dejan de ser hechos
desafortunados en los que nadie gana. Ya se ha dicho bastante: no hay guerra justa y todas
son expresiones de la estupidez humana. En cuanto a la violencia ejercida por los estamentos
policiales contra delincuentes o personas que están destruyendo propiedades o atentando
contra la vida de los demás ciudadanos, no es algo que se pueda trasladar a la familia, ya que
el papel de la policía en estos casos y en esos momentos es represivo, no educativo. En el
caso de un niño o adolescente que esté descontrolado dañando cosas o poniendo en peligro la
vida de los demás familiares o vecinos, es lícito tratar de contenerlo aunque para ello haya que
ejercer cierta violencia para inmovilizarlo, pero estos no son los casos que se suelen dar
cotidianamente en una hogar y en una escuela. Más bien se presenta cuando hay menores que
han estado bajo el efecto de un trastorno mental, de drogas, o sufriendo mucha presión
psicológica de parte de los adultos o de otros compañeros. Es importante que todo adulto que
tiene la misión de criar o educar jóvenes, aprenda cómo anticipar y manejar situaciones difíciles
que estos puedan presentar en un momento determinado.
Pegar para corregir sabiendo cómo hacerlo no es maltrato o abuso.
Con esta consigna se da carta blanca para dar los golpes que sean necesarios siempre que
se sepa “cómo” y “donde.” Así, se pretende que todos los que levantan su mano o su brazo
para impactar a un niño, tienen que tener la destreza adecuada como para dar el golpe con la
intensidad perfecta (ni mucho ni poco) y en el lugar señalado por los “expertos” que esto
proclaman. Son indicaciones más parecidas a un encuentro de boxeo con la única diferencia de
que en éste, si bien existen áreas del cuerpo en las que no se debe pegar, mientras más fuerte
el golpe mejor. Los “topógrafos” del cuerpo infantil suelen recomendar como sitios para
proporcionar los vapuleos, las nalgas (porque están rellenitas), las extremidades inferiores, los
brazos y en algunos casos la espalda, y muy común, el típico bofetón. Se llega a los extremos
de recomendar cuáles son los instrumentos más adecuados para “no hacer daño.”
Un conocido filósofo español quien incluso ha defendido la educación en democracia, ha
declarado: "Me parece mal que se pegue, pero la idea de que cualquier bofetón es un delito me
parece un disparate. Es no entender la relación entre los padres y los hijos. Uno puede dar un
bofetón como punto final a algo, a un conflicto, y puede ser pedagógico", alega el filósofo, quien
además añade: "Puede ocurrir que se te vayan de las manos las cosas con un hijo, que llegue
un momento que no haya manera de reclamar que se dé cuenta de lo que está en juego, y ése
es el momento del bofetón, pero no se trata de usarlo como práctica habitual.” Y más adelante
añade: "Es verdad que la bofetada en sí misma no enseña, pero puede formar parte de una
enseñanza, de una continuidad pedagógica.”
En este punto creo que el personaje citado nos expone una inconsistencia, ya que por un
lado dice que el bofetón puede ser parte de una enseñanza, para aclarar después que
verdaderamente la bofetada en sí misma no enseña nada. Entonces, si es así, ¿de que
enseñanza o continuidad pedagógica puede hablarse en dicho caso? ¿Sería aceptable para el
señor en mención que una autoridad policial lo propinara un bofetón al tratar de ejercer una
labor pedagógica en relación, por ejemplo, a la manera de conducir un vehículo en una
autopista? ¿O que un profesor se lo diera a un hijo suyo como parte de la pedagogía escolar?
Podemos estar de acuerdo con él en el sentido de que un bofetón aislado no es motivo de que
un padre sea acusado de un delito, pero si amonestado y advertido para que no lo repita.
El propiciar golpes a los niños dando incluso instrucciones de cómo hacerlo, es un hecho de
agresión fríamente planificada y alevosa. Lo cierto es que muchos casos de lesiones físicas en
la población infantil fueron producidos por padres u otros adultos que iniciaron sus agresiones,
según ellos, limitándose a esas partes más blandas del cuerpo y sin intención de dañar. Esto lo
veremos cuando tratemos del aspecto médico del castigo físico. Pero, lesiones o no, sigue
siendo un acto de humillación innecesario que no conduce a nada positivo. En todo caso lo
más que se puede lograr, es una obediencia inmediata por miedo. Si se repite a menudo,
siempre quedarán las marcas de la mano en la mejilla, de los correazos en las nalgas o en las
piernas, o lo que es peor, si el niño se mueve en el momento en que el golpe va dirigido a un
sector específico del cuerpo, es posible que el impacto se de en una parte más sensible como
los ojos, los oídos, el cerebro o el estómago con consecuencias más graves. Un estudio reveló
que las madres que pegan a sus hijos están expuestas 2.7 veces más de ser reportadas por
abuso infantil (o sea, a agresiones más severas). Cuando el castigo físico se efectúa con
objetos, dicha relación aumenta mucho más (Zolotor y colaboradores).
De todas maneras no deja de ser un atentado contra el derecho que tiene también el niño a
no ser violentado. El concepto de que si agredimos a un niño pero lo hacemos sin dejar
lesiones no es abuso, es una idea que no es aceptable, ya que desde el momento en que
causamos voluntariamente dolor físico o psicológico a una persona, no importa que edad
tenga, siempre es un acto que va en contra de la integridad de esa persona y vulnera uno de
sus derechos fundamentales.
Los niños varones requieren más castigo físico.
Aún queda, en algunos sectores de la población, especialmente los que menos formación
intelectual poseen, la idea de que a los niños varones hay que “curtirlos” o “endurecerles la
piel” con un trato duro, que hay que tratarlos como “hombres” para que no sean afeminados. En
cambio a las hijas si se les puede manifestar el amor mediante abrazos o besos. Es, que duda
cabe, un resabio del machismo ancestral que se resiste a desaparecer. Las personas que así
piensan, que no son únicamente los papás sino también mamás, ignoran que los niños
varones, como toda persona, necesitan que se les demuestre el amor mediante el contacto
físico, así como que se les de el ejemplo del uso de las buenas maneras en el trato diario. Las
desviaciones de la conducta de género tienen otras causas, y precisamente, unos de los
patrones de relación familiar que más se ha involucrado en su génesis es la de una madre
sobreprotectora y un padre machista, excesivamente rudo y poco afectivo. Es muy posible que
si un niño manifiesta afeminamiento desde muy temprano, el padre reaccione de una manera
inadecuada, insultándolo, agrediéndolo físicamente y alejándose de él, lo que da como
resultado un círculo vicioso y un distanciamiento cada vez mayor del niño de la figura
masculina. No debemos menospreciar además el hecho de que puede existir un factor de
índole biológica en este problema de identificación psicosexual.

El medio mejor para hacer buenos a los niños es hacerlos felices. Oscar Wilde


POR QUÉ ESTE LIBRO
Estamos viviendo en todo el mundo, casi sin excepciones dignas de mención, épocas de
crisis en las que la violencia que ha caracterizado el comportamiento humano desde la
aparición del hombre sobre la faz del planeta, lejos de aminorarse, parece que recrudece,
especialmente en zonas donde los desequilibrios económicos y sociales son más intensos. La
violencia es practicada por pandillas juveniles y de adultos que reclutan niños cada vez más
jóvenes para cometer delitos, aprovechándose de la inmunidad que tienen ante las leyes
penales los menores. Tanto malhechores comunes como el narcotráfico organizado, han
descubierto esta ventaja que en cierta manera, les exime de hacer el trabajo sucio que ahora
se le encomienda a estos niños y adolescentes, los cuales se convierten incluso en asesinos
asalariados desde edades tan tempranas como los 9 o 10 años, con tal de recibir lo que para
ellos supone “una sustanciosa paga”, aunque está no sea más de unas decenas de dólares.
Las estadísticas sobre pandillas juveniles son cada vez más alarmantes y en algunas
ciudades de Latinoamérica, se pueden contar numerosos grupos de pandilleros bien dotados
de armas de fuego, que en sus enfrentamientos por el dominio de un sector de la ciudad,
cobran no pocas veces la vida de gente inocente, incluidos niños, que se ven atrapados en el
fuego cruzado. Es conocida la existencia de las llamadas “maras salvatruchas” compuesta por
miles de jóvenes repartidos por los países de Centroamérica, México y California, que en sus
acciones delictivas nada tienen que envidiarle a las que practicaban los mafiosos de Chicago
en tiempos de Al Capone, o a las de la mafia siciliana. El grado de crueldad de que son
capaces estos jóvenes, demuestra a qué nivel de sociopatía han llegado. Una noticia sobre
este tipo de crímenes cometidos por bandas juveniles en la ciudad de Colón, Panamá, dice: “La
saña ha llegado a tal grado, que los forenses de la Policía Técnica Judicial (PTJ de entonces)
han hallado cadáveres de hombres jóvenes descuartizados, a otros le han arrancado el
corazón y pulmones, mientras que la semana pasada delincuentes desenterraron un cuerpo de
un cementerio para decapitarlo”. Es sabido además, que cuando un adolescente desea ser
admitido en una de estas agrupaciones criminales, se le pide como prueba a superar, el
asesinato de una persona, la cual se escoge muchas veces al azar y otras veces es asignada
por el grupo.
En nuestro país, de 45 pandillas juveniles que se conocían en 1997, se pasó a más de 200
en la actualidad y de éstas un porcentaje importante operan en el distrito capitalino de San
Miguelito, a las cuales se responsabiliza del 80 por ciento de los homicidios ocurridos en ese
sector, según informó la Fiscalía General de Panamá. También en la provincia de Chiriquí han
surgido diversos grupos de pandilleros, entre los que se encuentra también alguno ligado al
parecer a las Maras. Los medios de comunicación nos abruman a diario con noticias sobre
robos, asaltos, balaceras y homicidios perpetrados tanto por adultos como por jóvenes y niños,
lo que ha ido produciendo un estado de miedo e inseguridad cada vez más acuciante. En el
año en curso, el crimen está dando cifras mayores que en los años precedentes y el tema se
ha convertido en la preocupación principal de la ciudadanía, como lo revelan las encuestas que
periódicamente se realizan y la cantidad de personas que aparecen a diario ejecutadas y
abandonadas en diferentes partes de la ciudad o el interior del país, así como por el creciente
número de robos y asaltos, hechos que ocupan la mayor parte del contenido de los servicios
informativos de las televisoras locales.
Ante esta especie de “tsunami” de violencia, no faltan las voces indignadas de personas,
muchos de ellos figuras públicas, que atribuyen la causa de tanto desenfreno juvenil, o al
menos en parte, a la “autoridad perdida de los padres”, aprovechando la ocasión para
endilgarle la culpa de tal merma al Código de la Familia y el Menor, el cual, según ellos, “incita
a los menores a denunciar a sus padres ante cualquier intento de estos de corregirlos”. Quejas
como: “Ahora resulta que un padre ya no le puede llamar la atención a los hijos, porque de una
vez lo acusan de abuso”; “ya no puede un padre o un maestro ni siquiera levantarle la voz al
niño porque le cae la ley encima”, etc., son las que se oyen continuamente en boca de estos
adultos que añoran, como dicen ellos: “los viejos tiempos”.
En este punto es menester referirse a un fenómeno de nuestro tiempo que solamente llama
la atención a quienes han tenido la oportunidad de estudiar la psicología infantil y juvenil, y a
los que han acumulado experiencias laborando día a día en esa área del saber humano. Se
trata del desconocimiento tan acentuado que existe en la mayoría de la población adulta sobre
el tema. Pero es aún más sorprendente cuando se da en personas que han logrado títulos
universitarios, o en aquellas que con tanta autoridad se expresan en otros asuntos, como los
políticos, los analistas, los comentaristas radiales o de televisión, los periodistas, los abogados,
médicos, etc. Cuando se refieren a los problemas de la juventud, lo hacen emitiendo opiniones
fundamentadas en creencias tradicionales que ya en su niñez oían de sus mayores, sin
preocuparse, como sí lo hacen en otros asuntos, de investigar un poco para lograr una mayor
objetividad. Afirman dichas opiniones con tanta vehemencia y docta apariencia, que se podría
casi decir que son especialistas sentando cátedra, cuando no están más que repitiendo frases
clichés, ideas populares del hombre de la calle que no pueden sustentarse con ningún estudio
científico serio. Son, por lo general, personas que adoptan una actitud escéptica y de desdén
por los verdaderos especialistas en niñez y adolescencia que se desempeñan dentro de áreas
profesionales afines (psicólogos, psiquiatras, educadores, trabajadores sociales o sociólogos,
etc.). Para ellos, lo que estos profesionales advierten sobre los peligros de castigar físicamente
a los niños, no son más que pamplinas o exageraciones, exceso de sentimentalismo o sobre
proteccionismo, producto de una época que ha perdido el verdadero sentido de la crianza y la
educación, o sandeces de académicos que desconocen los problemas de la vida real.
Es curioso que en estos tiempos las personas valoren mucho la necesidad de acudir a
verdaderos especialistas en diversos campos de la vida diaria cuando se plantean problemas
que un lego en determinada materia no sabría como resolver, o no lo podría hacer con la
profundidad y la eficiencia de un conocedor reconocido y certificado. Cuando se tiene
problemas con el motor del auto o la carrocería del mismo, generalmente acudimos al
mecánico automotriz o al chapistero; si se nos estropean los electrodomésticos, llamamos a las
agencias o técnicos dedicados a su reparación; si tenemos un problema cardíaco, acudimos,
siempre que podemos, al cardiólogo; si de riñón al nefrólogo; si del cerebro, al neurólogo o al
neurocirujano; si tenemos un problema estructural en nuestra casa o edificio, pedimos la
evaluación e intervención del ingeniero; si nos topamos con alguna dificultad legal, para eso
están los abogados, tan celosos de sus dominios profesionales y así para cada caso.
Pero cuando el problema tiene que ver con la crianza, entonces se da el prodigio de que
todos, o casi todos los ciudadanos, son entendidos. Para las otras áreas profesionales o del
conocimiento, no suele haber pretensión de saber más que los versados en cada una de ellas,
y así la conocida expresión popular “yo no soy abogado ni médico, pero…” Sin embargo, en el
tema que nos ocupa, los papeles suelen ser invertidos: “Esos psicólogos y psiquiatras no
saben nada, yo sí se cómo criar a mis hijos sin que ellos tengan que decirme cómo hacerlo”.
De modo que los años de estudio universitario (que en un psicólogo de niños pueden ser seis o
siete, y en un psiquiatra también de niños de once a doce), más los que ha dedicado a trabajar
diariamente con niños y sus familias (que en el caso de quien esto escribe fueron treinta), y
toda la literatura científica que hayan podido consultar estos profesionales, para quienes no
quieren aceptar sus recomendaciones, no cuentan en absoluto. Ellos, por el hecho de contar
con sus experiencias como hijos o como padres, pretenden que sus creencias tengan más
sustento que las de esas personas que, no solamente han sido también hijos y padres, sino
que han acumulado una gran cantidad de vivencias profesionales que los capacitan como
expertos en la materia. Prueba de esto es que cuando se quiere un peritaje en un juicio por
crianza o abuso infantil, no se llama a una persona sin calificación, sino a una que esté
certificada por el Estado o una universidad reconocida.
Da pena ver como personas por lo demás cultas y bien informadas de muchas cosas, que
usted puede ver y oír en la televisión o en la radio manifestándose como hombres y mujeres
progresistas, de elevada cultura intelectual (o al menos eso quieren hacer ver), con un gran
interés por el bienestar del país, defendiendo los derechos del hombre, de las mujeres, de los
trabajadores, y hasta de los animales (como debe ser), se hacen cómplices de los errores que
aún se cometen contra la parte más débil de toda sociedad: los menores de edad. La
complicidad se da activamente o por omisión. El primer caso se da si la persona se pronuncia
abiertamente a favor de golpear a los hijos cuando - dicen eufemísticamente -, es necesario
cuando no queda más remedio o blandiendo otros argumentos a los cuales me referiré más
adelante en este libro. El segundo caso, el que se ha llamado “el silencio cómplice”, se da
cuando el tema se deja completamente de lado porque no es algo de lo que merezca la pena
ocuparse, y no lo amerita porque eso supone cuestionar la patria potestad, malentendida como
“el derecho de cada uno a criar a sus hijos como lo considere”. Además, ¿quien pretende
ocuparse de asuntos tan “insignificantes” cuando en un país hay tantos otros de los que sí es
importante ocuparse? ¿Cómo vamos a estar dedicando tiempo a discutir tonterías, como si es
bueno o malo pegarle a los hijos, cuando hay que estar pendiente de las intrigas políticas, de
los negocios, de las inversiones, de mejorar el rendimiento deportivo del país y otras cosas
realmente trascendentales para la vida nacional?
Muchos autores de trabajos e informes sobre el problema del maltrato a los niños,
incluyendo expertos de las Naciones Unidas, se han referido a la conspiración del silencio de
las sociedades ante el problema. No se siente la necesidad de reconocerlo y menos de
ocuparse seriamente de él porque no se considera que sea importante. Se desconoce su
alcance en la vida de las comunidades y en el desarrollo de los jóvenes. Se ignora las secuelas
que el trato violento hacia los más pequeños puede dejarles para su vida adulta, como veremos
cuando lleguemos a esta parte del libro.
El abuso de niños llega a producir rechazo e indignación cuando causa lesiones graves o la
muerte a las víctimas, pero mientras no llegue a esos extremos, y por tanto, los medios no se
ocupen de los miles de menores que son golpeados o maltratos físicamente en sus hogares,
pasa entonces desapercibido para el público y se queda como un asunto puramente interno de
la familia, en el que nadie tiene el derecho de intervenir desautorizando a los padres. Se cubre
el hecho con un tupido velo y se hace silencio. Es evidente que se trata de una confabulación
de toda la sociedad, o al menos de quienes prefieren mantener las cosas así, que son la
mayoría en todas las naciones del mundo. En buena hora, cada vez son más las
organizaciones y las voces que denuncian la aceptación de un hábito como este de agredir a
los jóvenes con la excusa de educarlos, lo que no es más que un resabio de nuestra naturaleza
violenta que se resiste a desaparecer en pleno siglo XXI.
Retomando el problema de la delincuencia juvenil, los que pregonan que de alguna manera
está relacionada con la sustracción de autoridad a los padres, inculpando a las nuevas leyes de
protección al menor, hacen de esta manera una inferencia gratuita y por tanto carente de
sustento científico. Toda persona más o menos informada sobre temas sociales, sabe que en la
génesis de comportamientos delictivos, influyen una serie de factores cuya confluencia puede
variar de persona a persona. Este no es un trabajo centrado en la criminalidad juvenil, pero
debemos detenernos un momento en ella para aclarar cómo un niño o adolescente, para caer
en conductas antisociales, debe reunir entre sus antecedentes características que lo induzcan
a ellas, para que no se siga sosteniendo la aseveración tan simplista y falsa de que la supuesta
“desautorización” de los padres es, sino la principal, al menos una de las más importantes
causas.
Influyen de manera directa en la inclinación a delinquir circunstancias de diversos tipos que
cito continuación.
 Temperamentales
- Impulsividad
- Deficiencias en el autocontrol
- Proclividad a la agresividad
- Insatisfacción
- Baja autoestima
 Psicopatológicas
- Síndrome de hiperactividad con déficit de la atención
- Depresión crónica
- Alcoholismo y adicción a otras drogas
- Trastorno de la personalidad antisocial
- Adicción a drogas
 Familiares
- Hogar disfuncional
- Maltrato físico y/o psicológico de parte de los mayores
- Disciplina inexistente, muy laxa o demasiado rígida
- Violencia intrafamiliar
- Modelos de delincuenciales en los padres o hermanos
 Sociales
- Vecindario de riesgo (subcultura de la violencia)
- Condiciones económicas precarias
- Resentimiento social: por las grandes diferencias entre grupos menos
favorecidos y los económicamente pudientes.
- Ausencia de programas extra escolares que capten el interés de la juventud en
sus comunidades.
- Televisión, juegos electrónicos y cine que han ido desensibilizando a los
jóvenes ante la violencia y brindando modelos de comportamientos nada
positivos. En una noticia del diario El País de España, aparecida en 1977, se
dice lo siguiente: “La investigación se inició en 1971. Contestaron más de
1.500 niños de Londres, de edades comprendidas entre los 13 y los 16 años.
Las cuestiones se basaron en 68 programas emitidos desde 1958 a 1971, para
determinar los efectos acumulativos de la violencia televisiva. Uno de cada
ocho de los encuestados admitió haber cometido de diez a cien delitos de
diferente naturaleza violenta en un período de seis meses. A lo largo de los
doce años que cubrió la investigación, los niños que se han declarado
violentos habituales estaban en la categoría de los que se sientan ante el
televisor desde que regresan del colegio. El problema es más grave entre
niños de las clases sociales más modestas.”
Desde inicios de los años sesenta, las investigaciones arrojan resultados que
sugieren que la exposición a la violencia en televisión, cine, video juegos,
teléfonos celulares y en Internet, aumentan el riesgo de desarrollar
comportamientos violentos en los jóvenes (Huesmann). En los años que han
pasado desde entonces, los estudios y artículos en revistas científicas que
relacionan directamente a la violencia exhibida en los medios con la conducta
agresiva de los niños y adolescentes son numerosísimos. Algunos de ellos se
exponen más adelante en el capítulo 6.
 Escolares
- Experiencia escolar traumática
- Desinterés por el estudio
- Deserción escolar
- Ausencia de escolaridad o escolaridad mínima. En este sentido, el informe
que presentó el Ministerio de Gobierno y Justicia sobre prevención de la
violencia y criminalidad juvenil en Panamá, en la reunión de ministros de
gobernación/seguridad pública de Centroamérica y Panamá en Guatemala, el
15 de octubre de 2007, dice que de la población penitenciaria de nuestro país,
solamente un 12,7% había logrado un 6º grado de la primaria.
 Situacionales
- Presión de grupo en un determinado momento en que se presenta una
ocasión de cometer un acto delictivo.
- Bajo los efectos de bebidas alcohólicas u otra droga aunque no se sea adicto
a ellas.
- Ante una situación económica desesperada momentánea.
- Por una reacción incontrolada por celos o por peleas callejeras.
A estos factores hay que añadir el fenómeno moderno del reclutamiento de jóvenes por el
narcotráfico organizado, el cual, lógicamente, se aprovecha de los menores que están en
condiciones propicias para caer en la delincuencia.
Aunque no todos estos antecedentes se encuentran en todos los jóvenes que delinquen, el
perfil general suele ser uno que reúne varias de las condiciones citadas. Es obvio que entre la
población joven con conductas antisociales, la pobreza, el hogar disfuncional, el resentimiento
social, el fracaso escolar, el abandono de la escuela, o el vivir en comunidades de alto riesgo,
son datos comunes. Cuando en un niño que vive estas experiencias, sufre además de castigos
corporales de parte de sus padres o de quienes lo crían, el riesgo de convertirse en un
delincuente es aún más alto. En aquellos que no han tenido vivencias negativas familiares,
sociales, educativas o que presenten temperamentos que les favorezcan la emergencia de
comportamientos agresivos, el castigo corporal puede causarles otro tipo de problemas que se
describirán posteriormente.
Pero así como existen factores negativos personales y externos que facilitan la aparición de
comportamientos antisociales, también los hay positivos o protectores. Los individuos que
tienen mayor capacidad intelectual, que se sienten más motivados a superarse, que a pesar de
haber experimentado la pobreza, conflictos familiares, cierto grado de maltrato, la presión de un
vecindario donde la subcultura de la violencia y las pandillas es el imperante, si han tenido la
buena suerte de contar con personas de la familia u otras, que les han brindado afecto y
orientación, logran salir adelante, adquirir un grado académico universitario o técnicovocacional
y ser personas productivas y emocionalmente estables. La desaprobación por parte
de los padres del uso de la violencia, puede ser uno de estos factores protectores contra el
involucramiento de los jóvenes en conductas agresivas o antisociales (Ohene, Ireland, McNeely
y Borowsky, 2006).
Estos factores intrínsecos o extrínsecos protectores, no se dan en todos los que se han
convertido en ciudadanos con estudios superiores y de buena conducta en la misma cuantía o
calidad, siendo así que no siempre el resultado es un éxito completo, ya quien parece, por una
parte, un hombre o una mujer sanos y fructíferos, puede esconder bajo esa fachada problemas
emocionales o afectivos no superados o tendencias agresivas, las cuales deben ser
controladas mediante un gran esfuerzo de auto represión. Y es precisamente este tipo de
secuelas, las que ante el reto de tener que criar a un hijo o de educar a un alumno en un centro
escolar, llevan a la persona al uso del castigo físico como expresión de esa agresividad latente
que en esos momentos rompe la barrera de contención manifestándose abiertamente.
Podemos decir incluso que, cuando un hijo en la casa o un estudiante en la escuela, muestran
un comportamiento que se considera inapropiado o del todo inaceptable por parte de quien lo
educa, se da la excusa necesaria para que esa violencia o esa inestabilidad afectiva guardadas
en lo profundo del cerebro, irrumpan como descarga de la tensión acumulada desde los años
de la niñez o adolescencia.
Vemos pues, como lo que algunos, o muchos, que se consideran escépticos o desdeñosos
hacia los resultados de las investigaciones científicas sobre el tema de las secuelas de los
castigos corporales, perseverando en su convencimiento de que no prodigarlo a los hijos
“cuando se considere necesario”, es una de las razones de por qué hoy ha aumentado tanto la
delincuencia juvenil, no están pensando de forma objetiva al carecer de una visión más integral
y profundas del problema. Y también se equivocan cuando reniegan de las leyes protectoras
contra el maltrato infantil, porque el niño, como sujeto de derechos, también debe ser protegido
contra cualquier abuso.
De igual manera se han elaborado leyes tendientes a evitar el abuso de poder de las
autoridades de una nación, contra la violencia de género, contra el maltrato a los animales, de
protección de las poblaciones indígenas, etc., sin que eso moleste a quienes parecen no
aceptar que este tipo de leyes se extienda a la población menor de edad. La mera existencia de
leyes no es la culpable de que se apliquen mal por parte de alguna autoridad en un momento
determinado. Cuando una persona es acusada o demandada por la supuesta violación de
alguna ley, siempre se presume su inocencia y se procede a una investigación que comprueba
o no el delito. Digo esto porque, un argumento muy manido de quienes afirman que el Código
de la Familia y el Menor le ha restado a los padres autoridad, y no solamente eso, sino que los
tiene bajo amenazas de ser penados, se fundamentan en anécdotas como: “Yo conozco a una
señora que por haberle dado unos correazos al hijo para castigarlo por robarle dinero de la
cartera, fue acusada por el aquél y encarcelada”.
Naturalmente que un caso o algunos, no hacen la norma, pero además habría que
investigar para saber cómo fueron esos correazos, si era habitual en la señora el uso de los
golpes para corregir al hijo y por lo tanto, en qué se basaron las autoridades de menores para
su penalización. Dichas las cosas como se cuentan en estas anécdotas, no se prestan para un
cuestionamiento serio. Cuando un niño reporta a sus padres, la experiencia nos dice que en la
mayor parte de los casos existe algo de razón, y si no la ha habido, la cosa ha quedado en
nada. Así que ¿cuál puede ser el temor? Aquí vale aquello de que “el que no la teme no la
debe”. En todo caso, estas historietas que se cuentan tan alegremente y con ánimo alarmista,
no justifican el que se derogen avances jurídicos que se han dado en casi todo el mundo
civilizado, como son los códigos que protegen contra el abuso de niños.. Atribuir a las leyes
que regulan el trato al menor un papel en la incidencia mayor de crímenes de parte de ellos, es
tanto como decir que el aumento vertiginoso de los divorcios en nuestro tiempo, se debe a las
leyes que prohíben a los hombres golpear a sus esposas o concubinas; o que la infidelidad
femenina, que también parece haber aumentado, se debe también a esa prohibición de la
violencia de géneros: “Claro, como ya no se permite que le demos a nuestras mujeres un azote
de vez en cuando para enseñarles quién es el que manda, ahora se han desenfrenado”, diría
un machista. Si a quien lee esto, le puede parecer una barbaridad que alguien lo exprese o
siquiera lo piense, entonces, ¿por qué no reaccionar igual ante una afirmación similar cuando
se trata de los niños? He oído a algún analista, tratándose de la prohibición de castigar con
golpes a los menores, quejarse de que en Panamá, lo que ha pasado, es que se han traído
leyes de Europa y Estados Unidos que no necesariamente encajan en nuestro medio. Palabras
más, palabras menos, pero esa era la idea que quería dar a entender. Sobre este tipo de
afirmaciones hay que decir alto y claro: “los derechos del niño son universales” como lo son los
de otros grupos sociales. Las leyes sobre la violencia contra las mujeres tampoco nacieron en
Panamá, como tampoco lo fueron los derechos del hombre, surgidos por primera vez en la
revolución francesa.
Añadiremos también que, en casi todos los países democráticos de occidente, sino en
todos, existen códigos semejantes en esta materia. Pero vamos a más: en más de veinte
países se ha eliminado de esos códigos cualquier alusión a la prohibición al maltrato infantil
cuya redacción pueda dar origen a confusiones, o a cierto tipo de interpretaciones que
pretendan que aquel se puede dar siempre y cuando sea dentro de “límites razonables.” Y es
así como los legisladores de esos países han prohibido por ley cualquier tipo de castigo
corporal contra los menores, y no se trata solamente de países europeos, porque Chile,
Venezuela, Uruguay y Costa Rica, nuestro vecino, también lo han hecho. Tendremos
oportunidad de ver esto con mayor detalle hacia el final de la obra.
Tales opiniones sobre la “pérdida de la autoridad de los padres” me parecen además
peligrosas, porque nos pueden devolver a tiempos aún más inaceptables, como lo es el de la
patria potestad ejercida de forma absoluta y agresiva. Supondría la reafirmación de la figura del
pater familias romano con poder casi omnímodo sobre la familia. No se tiene en cuenta
además, que para devolver algo, hay que haberlo perdido primero. Pero en este caso, es
axiomático para cualquiera persona pensante, que no se puede reponer lo que no se ha
perdido o quitado, y lo que se ha dado no es una pérdida de tal autoridad, sino que en muchos
de los casos no existía, viviéndose en muchas familias un estado de convivencia más parecido
al caos que a la disciplina. Muchos padres de familia a los que se pretende “restituir” esa
autoridad, son personas que por haber crecido ellos también en ambientes familiares
disfuncionales, no han aprendido lo que es el ejercicio de una autoridad sana, ecuánime.
Entonces, empecemos primero por enseñarles en qué consiste la potestad paterna y cómo
aplicarla antes de decir que se les ha mermado.
La falta de conocimientos sobre la psicología infantil que tienen casi todas las personas que
traen hijos al mundo, es fuente de muchos errores que se cometen y que a su vez originan
conflictos innecesarios con ellos. Padres hay que por su carácter, sus buenas experiencias
familiares y el buen sentido que no es - como dijo alguna vez el filósofo Karl Poppernecesariamente
lo mismo que el sentido común, cumplen su labor educadora con sensatez y
equilibrio, lo que trae como consecuencia una crianza exitosa. Pero hay muchos más que
tratan a los hijos según se les antoje, o, como dicen, practicando el mismo estilo de crianza que
ejercieron sus padres, sin saber si estaba errado o no. Y a propósito de esto, haber tenido y
levantado varios hijos no es garantía de que se haya hecho bien. De hecho, en las familias de
estratos sociales bajos que tienen más prole, hay más posibilidades de que entre sus hijos se
de la delincuencia. Si aceptamos que todo ser humano que va a nacer tiene el derecho de venir
al mundo en el seno de una familia sana, a ser criado y educado pensando en su bienestar
físico y emocional, entonces es hora ya de no dejar que cada adulto o parejas de adultos,
improvisen y dañen a los hijos por desconocer aspectos básicos de la psicología del niño y el
adolescente. Se debe tener muy en cuenta esto cuando se quiera desarrollar planes de
prevención de la criminalidad y de la patología mental en los menores de edad.
Todo lo escrito hasta aquí en esta introducción, es suficiente para justificar el por qué de
este libro. Es una obra destinada a divulgar los aspectos más importantes de este problema
específico de la crianza y la educación que es el castigo físico. Y vale decir que, no debe el
lector confundirse y creer que solamente nos referimos al castigo corporal como aquel que deja
huellas o lesiones físicas en la anatomía de un niño, sino al uso de la fuerza en sus diferentes
tipos e intensidades con intención de causar dolor, aunque no cause lesiones, para corregir o
controlar la conducta de un menor de edad. En este libro también se denuncia que estas
agresiones reflejan el hecho de que las leyes o la sociedad, transforman un acto que en
cualquier otro momento o circunstancia, sería un delito (ataque a la integridad física de otra
persona), en una conducta legal y moralmente aceptada. Así, dedicaremos las páginas
siguientes a las creencias populares sobre el tema, a las verdaderas razones por las cuales los
adultos abusan físicamente de los hijos, a las secuelas que pueden dejar estos actos punitivos,
a los estudios recientes que se han publicado sobre sus consecuencias, a las razones por los
cuales debe estar eliminado de toda sociedad civilizada y a las legislaciones vigentes en
diferentes partes del mundo para la protección de los menores de esta clase de vejaciones.
Tener que dar al público un libro de esta índole, es ya de por sí algo que no debiera ser
necesario si estuviésemos en una sociedad más avanzada, en la que los adultos tengan
superadas esas barreras mentales que les impiden ver a sus propios hijos como personas que
merecen ser respetadas, y no como subciudadanos sin derecho a protestar, o ser defendidos
ante sus caprichos o agresiones, cualesquiera que sean las excusas en las que se quieran
fundamentar. Pero dado el hecho de que aún no solamente hemos llegado a ese punto, sino
que estamos todavía lejos de eso, trabajos como el que ahora presentamos seguirán siendo de
gran interés e importancia. No estamos hablando de personajes ficticios como se sucede en las
novelas. Nos estamos refiriendo a un porcentaje de seres humanos que conforman casi la
mitad de la comunidad mundial, siendo además, los hombres y mujeres del mañana, quienes a
su vez tendrán que estar preparados para que sus hijos encuentren un mundo donde este
estigma bárbaro de la violencia intrafamiliar haya desaparecido, o al menos sea algo poco
frecuente y raro.
Espero que quienes lean este libro, lo hagan sin prejuicios, con el pensamiento y corazón
abiertos, con disposición sincera y teniendo siempre en la mira que todo se hace para procurar
a los más débiles de la pirámide social, el bienestar de cuerpo y espíritu al que tienen tanto
derecho como cualquiera. No ha sido la intención producir un documento técnico y prolijo. He
ha querido más bien hacer algo sustancioso pero sencillo, que pueda ser comprendido por
todos sin necesidad de ser un especialista en materia alguna. Lo he escrito pensando no
solamente en los padres de familia y los educadores, sino también en todas aquellas personas
que dada la naturaleza de sus trabajos y de sus cargos en organizaciones no gubernamentales
o gubernamentales, amén de ministros y legisladores, tienen el compromiso de desarrollar
acciones sistemáticas dirigidas a la protección y bienestar de la juventud y la familia

lunes, 8 de octubre de 2012

Gana Dinero Hoy

QUE Y COMO ENSEÑAR EN LA SOCIEDAD DIGITAL

Tema 4: Qué y cómo enseñar y aprender en la sociedad digital
Durante estos dos meses daremos respuesta a esa pregunta. Para ello, veremos cómo debe cambiar el paradigma educativo, buscaremos nuevas estrategias y tendremos en cuenta la globalización y la desigualdad. Los días 28 y 29 de noviembre se concluirá este tema en los eventos presenciales.
El impacto de las nuevas tecnologías en el área de la información y la comunicación nos lleva a reflexionar sobre los métodos y procesos educativos…el potencial que ofrece internet para la educación es enorme si tomamos en cuenta que para el sistema educativo lo más importante es la información y el conocimiento, en este sentido una forma específica de organización social en la que la generación, el procesamiento y transmisión de la información se convierten en fuentes fundamentales de productividad y poder ; de ser así, los centros educativos, y en ellos las aulas, y por ende sus docentes y estudiantes deberán asumir que la información es lo crucial y el punto neurálgico para articular los sectores educativos y productivos; es decir, el sistema educativo debe preparar ciudadanos para estas nuevas formas de producción y de poder.Ahora bien, el reto siguiente será conceptualizar los límites y alcances de lo informacional como tal; al definir la categoría informacional nos remite automáticamente a la concepción de información, término que posee dos vetas hermenéuticas: por un lado, el valor estadístico que designa el grado de probabilidad de que un fenómeno se produzca dentro de un sistema; por otro lado, el valor de significación, que permite decodificar e inquirir sobre determinado fenómeno. Desde esta perspectiva, la información para ser “tratada” requiere conocimiento o capacidad epistemológica, lo que permite su descubrimiento e interpretación.Finalmente, es menester tomar en cuenta las recomendaciones estratégicas del Informe de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo: “Concebir la Educación del Futuro y Promover la Innovación con las Nuevas Tecnologías (Bruselas, 2000), las cuales entre, entre otros aportes indican: 1) valorizar el capital de conocimientos; 2) estimular la observación y uso de las tecnologías; 3) formular una visión compartida; 4) desarrollar análisis prospectivos; 5) gestionar y promover la innovación; 6) emprender experiencia innovadoras; 7) favorecer el desarrollo de la calidad; y 8) reforzar la cohesión social; dicho de otro modo y en forma sintética: ingresar al umbral de las ideas, a través de las TIC…y esto se puede lograr desde una “pedagogía informacional”, análoga y consecuente con las sustantivas ideas que orientan el devenir educativo hacia las sociedades del conocimiento, del aprendizaje y sobre todo, a la sociedad informacional.
Estas  SON LAS ANTENAS DE LA ESTACIÓN TERRENA DEL SATÉLITE SIMÓN BOLÍVAR  EN VENEZUELA.
QUIEN SE HA INDEPENDIZADO TECNOLÓGICAMENTE EN VÍAS DEL FORTALECIMIENTO DEL PAÍS. 
PROF. MIGUEL HERNANDEZ
584163637113-584125155900-  @miguelantonioh     miguelito8089658@hotmail.es     miguelantoniohernandezzambrano@gmail.com      htpp://040366miguelito.blogspot.com

Chávez logra la reelección 2013-2019

Chávez logra la reelección

PROYECTO DE ODONTOLOGIA UEN "CIUDAD DE ACARIGUA" AUTOR DEL PROYECTO: PROF. MIGUEL HERNANDEZ

SERVICIO DE PSICOPEDAGOGIA

SERVICIO DE PSICOPEDAGOGIA
SOLO PARA ACARIGUA ARAURE 2015

ALUMNOS ESPERANDO SER ATENDIDOS EN CONSULTA ODONTOLOGICA

ALUMNOS ESPERANDO SER ATENDIDOS EN CONSULTA ODONTOLOGICA
CLÍNICA LA 31 ACARIGUA.

FOTO DE EVIDENCIAS PROYECTO DE ODONTOLOGIA DEL PROF.MIGUEL HERNANDEZ 05-02-2014

evidencias fotográficas proyecto de odontologia

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Barrio Adentro odontologico

CONSULTORIO BARRIO ADENTRO ODONTOLOGICO ACARIGUA

CONSULTORIO BARRIO ADENTRO ODONTOLOGICO ACARIGUA
CLÍNICA LA 31 AVDA LIBERTADOR ACARIGUA

clínica Odontologica Barrio Adentro. la 31 acarigua

Médicos de Barrio Adentro Odontologico.

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DR. ADRIEN CON ALUMNA DE LA UEN" CIUDAD DE ACARIGUA

CON LOS ALUMNOS EN CONSULTA ODONTOLOGICA

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CLÍNICA LA 31 ACARIGUA.

Alumna en consulta odontologica

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PROYECTO DE MIGUEL HERNANDEZ 2013-2014

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Niños beneficiados con el proyecto de Odontologia

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CURRICULUM VITAE DEL PROFESOR MIGUEL HERNANDEZ ACTUALIZADO AL 10/06/2022

TÍTULOS ACADÉMICOS
Educación Universitaria POSTGRADO : Especialista en Dirección y Supervisión Educativa . 31/05/2022 Universidad nacional Experimental Samuel Robinson UNEM.
• PREGRADO: 08-10-2008 Universidad Bolivariana de Venezuela Acarigua Estado Portuguesa
Licenciado en Educación Mención: Educación Especial.


• 10-12-1999 Instituto Universitario de Tecnología Eustacio Guevara ( IUTEG) Acarigua Estado Portuguesa
Técnico Superior en Mercadotecnia.

. 1994-1995 Universidad Nacional Abierta (UNA) Centro local Acarigua Estado Portuguesa
Segundo año de Administración mención: Riesgos y seguros.

. 1984-1987 Universidad de los Andes (ULA) Facultad de Ciencias La Hechicera Mérida Estado Mérida.
3er año de Ciencias Biológicas.

Educación Secundaria
. 1979 -1983 Liceo Francisco Antonio Uzcátegui Chiguará Estado Mérida
Bachiller en Ciencias.

Educación Primaria
. 1972-1976 Escuela Básica “Los reventones” Aldea San Juanito Parroquia Chiguará Estado Mérida, 1er a 4to grado.
. 1977-1978 Grupo Escolar Rural “Santa Filomena” Aldea Santa Filomena Parroquia Chiguará Estado Mérida. 5to grado.
. 1978-1979 Grupo Escolar Rural “La Roncona” Aldea la Roncona Parroquia Chiguará Estado Mérida. 6to grado.
Certificado de sexto grado.





FORMACIÓN EXTRA ACADÉMICA





Octubre /2020 Curso online Docentes altamente eficientes educando alumnos altamente inteligentes. Impartido por fundación empresas Polar . Facilitadora Licda Yarima Rodriguez , 15/07/2018 Diplomado para la función directiva Realizado por planeamiento del MPPE EN el programa de formación docente. Facilitadora Prof. Carmen Yolanda Virguez Directora del CEI VENEZUELA. 01/06/2018 INICIO DE especialización en docencia universitaria POR LA UBV ACARIGUA PORTUGUESA 02 de agosto de 2017 curso INTELIGENCIAS MÚLTIPLES Con una duración de 2 horas Realizado OnLine mediante la plataforma de certificación de AulaFacil.com Calificación: 9 OBTENIENDO EL CERTIFICADO DE APTITUD Número de Certificado: 2017080235-3cfd9c Temario del Curso 1. Introducción 2. Inteligencia Lingüística 3. Inteligencia Lógico-Matemática 4. Inteligencia Naturalista 5. Inteligencia Espacial 6. Inteligencia Musical 7. Inteligencia Corporal-Cinestésica 8. Inteligencia Intrapersonal 9. Inteligencia Interpersonal 10. Cuestionarios de inteligencias múltiples 11. Ideas para el desarrollo de las inteligencias múltiples 12. Conclusión. 18/08/2016 CURSO ONLINE AULA FÁCIL PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN DEL OPTIMISMO Con una duración de 2 horas Realizado OnLine mediante la plataforma de certificación de AulaFacil.com OBTENIENDO EL CERTIFICADO DE APTITUD Número de Certificado: 2017080219-22253e Temario del Curso 1. Introducción 2. Concepto de optimismo 3. Enfoques psicológicos del optimismo 4. Optimismo y educación 5. Optimismo, inteligencia espiritual y sentido de vida 6. Conclusión 7. Reseñas bibliográficas CURSO ONLINE AULA FÁCIL Didáctica COMO ENSEÑAR 20 HORAS 12/06/2015




CURSO ONLINE AULA FÁCIL " ATENCIÓN A LAS PERSONAS CON NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES" 20 HORAS, Certificado por la plataforma de AulaFacil.com; Número de Certificado: 201506121-0fe863 Temario del Curso 1. Introducción 2. Educación Especial. Concepto 3. Alumnos/as con necesidades educativas especiales 4. Evaluación de los alumnos/as con necesidades educativas especiales 5. Comprensión de los trastornos del desarrollo 6. ¿Qué son las adaptaciones curriculares? 7. Sordera y Discapacidad Auditiva 8. Estrategias e instrumentos para la intervención psicológica 9. Los sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación oral (SAAC) 10. Los sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación oral (SAAC) II 11. Factores personales y contextuales en el desarrollo de las personas con Discapacidad Auditiva 12. Trastornos del Espectro Autista 13. Trastornos del Espectro Autista II 14. Trastornos del Espectro Autista: terapias alternativas 15. Trastornos del Espectro Autista: escolarización 16. Trastornos del Espectro Autista: escolarización II 17. Discapacidad Intelectual a lo largo del ciclo vital 18. Discapacidad Intelectual a lo largo del ciclo vital II 19. Discapacidad Intelectual a lo largo del ciclo vital III 20. Discapacidad Intelectual: estrategias básicas de intervención 21. Discapacidad intelectual: estrategias básicas de intervención II 22. Discapacidad Intelectual: evaluar la Discapacidad Intelectual desde los modelos de apoyos 23. La intervención sobre la inteligencia: los programas de enseñar a pensar y mejorar la inteligencia 24. La intervención sobre la inteligencia: los programas de enseñar a pensar y mejorar la inteligencia II 25. Trastornos en el Desarrollo Motor 26. Dificultades del Desarrollo Motor 27. Trastornos del Desarrollo Motor: intervención 28. Inclusión educativa 29. El papel de las familias 30. Programas de garantía social 12/06/2015




CURSO ONLINE Orientación de procesos formativos a personas con discapacidad, 80 horas, dictado por el servicio Nacional de Aprendizaje SENA República de Colombia.09/06/2015




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29 de enero del 2014 www.AulaFacil.com CIF B-82812322 https://new.aulafacil.com/validar-certificado/201401294-ca52d6 Número de Certificado: 201401294-ca52d6 CURSO DE AUTISMO: TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA (TEA) Con una duración de 20 horas Realizado Online.

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TALLER DE HABILIDADES SOCIALES Y COMUNICACIÓN. Con una duración de 20 horas Realizado Online.

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CURSO DE Formador de Formadores. 75 Horas.

-12-13 Noviembre 2013 Instituto internacional de planeamiento de la educación de la Unesco, sede Regional Buenos Aires Argentina.
Seminario Internacional “Educación y políticas Sociales: Sinergias para la inclusión.

.16-09-2010


CURSO ONLINE CONDUCTA ORGANIZACIONAL 07 SEMANAS (63 HORAS DE ESTUDIO ESTIMADAS)NATIONAL UNIVERSITY COLLEGE, Dolymari Garcia Dávila Prof. Responsable. 15/04/2013


Acta de Otorgamiento de Titularidad a través de la Evaluación del Desempeño Docente. Resolución N° 021 de Fecha 19 de Mayo del año 2010, Consejo Zonal del sistema de selección para la evaluación del Desempeño Docente, En atención a la información suministrada por el Consejo Escolar del Sistema de Selección, Obtuvo una valoración expresada en porcentaje de 94% para Optar por la Titularidad como Docente en el plantel educativo: AA-CIUDAD DE ACARIGUA. Código de Dependencia: 6512700, con una carga Horaria de: 33.33 Hrs. En la Especialidad de: Especial, en la Localidad de Acarigua, Municipio Páez Estado Portuguesa.
Licdo. Ramón Enrique Rodríguez, Director Zona Educativa Portuguesa. Prof. Mercedes M. Escalona P. Jefe de Recursos Humanos.

.25-al 27 -05-2009,

Ministerio del Poder Popular Para la Educación, Zona Educativa del Estado Portuguesa, Certificado por haber asistido en calidad de participante a la jornada de Reimpulso de Moral y Luces y formarse como maestros ambulantes en la profundización de la conciencia Socialista, como vía para la construcción del socialismo Bolivariano. Duración: 24 Horas, Guanare Estado Portuguesa.
Lcdo. Ramón Enrique Rodríguez, Director de Zona Educativa Portuguesa, Víctor Ramírez, Presidente Fundación de la Escuela del Poder Popular. Prof. Yudy Medina, Coordinadora Regional Moral y Luces. José Rondón Brigadista I Oleada.

.

23-01-2009 Credencial para Laborar en la AA CIUDAD DE ACARIGUA, 006512700.PÁEZ, Como Docente de Aula Integrada DOC. Contratado, con 33.33 hrs., WI por Creación Cumplirá funciones desde el 23/01/2009. Prof. Ángela Montilla, Jefe
División de Personal. Correo: www.me.gov.ve.zonaeducativaportuguesa@lantinmail.com

.Marzo 2006,

Universidad Simón Rodríguez, Zona Educativa de Portuguesa, Dirección de Cultura, Fundación Comunitaria Samuel Robinson. Certificado por haber asistido en calidad de participante al taller “Iniciación a la Producción Radial Comunitaria “
Rafael Bello, Unesr-(F.L.E.C), Elgry Aldana, División de Cultura, Zona Educativa Portuguesa. Carlos Morillo, Fundación Comunitaria Samuel Robinson. Acarigua Estado Portuguesa.

. 04-04-2006

República Bolivariana De Venezuela, Convenio Marco de Cooperación Unesr- Conac, Misión Cultura, Acarigua Estado Portuguesa, Otorga Certificado por su asistencia al foro “Evolución de los Símbolos Patrios y la Conquista del sueño Bolivariano “Duración: 08 Horas, Dictado en la sede de Misión Cultura. Zenaida Linarez A. Alcaldesa, Prof. Gladys Linarez, Tutora Misión Cultura, Abg. Rafael Guerrero, Instructor.

.27-10-2006,

Anros, Asociación Nacional de Redes y Organizaciones Sociales, Capitulo Portuguesa, Certificado, como participante en acto de la asamblea Nacional, instalación de la comisión ordinaria para el Fortalecimiento del movimiento cooperativo Venezolano, Dirección General de Investigación y Desarrollo Legislativo. Duración: 08 Horas, Abg. Carlos José Rodríguez. Coordinador General ANROS Portuguesa, Dip. Germán Ferrer, Coordinador General ANROS Venezuela, Vicepresidente de la Comisión Ordinaria para el Fortalecimiento del Movimiento Cooperativo Venezolano de la Asamblea Nacional. Acarigua Estado Portuguesa.

.15-07-2004

Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior, Misión Sucre Estado Portuguesa, Otorga el presente certificado por haber culminado el Curso Programa de Iniciación Universitaria, Duración: 100 Horas. Dra Antonia Muñoz Gobernadora del Estado Portuguesa. Méd.Vet. Msc. Tomás A. Chinchilla, Iutep, Ing. Msc Pablo Marvés, Unellez, Lic.Msc. Elba Aguilar, Unesr. Acarigua Estado Portuguesa.

.11-12-2004

Servicios Especiales La Corteza C.A, Reconocimiento por su constancia y dedicación durante el año 2004, en el Departamento de Ventas. Lcdo. Julio C. Valero P. Presidente, Giovanny Romero, Gerente de Ventas. Acarigua Estado Portuguesa.

.01-07-1997

Federación de Familias pro Paz Mundial y Unificación, Proclamación de Familias Verdaderas, Nuestra familia ha participado en la Ceremonia de Proclamación de Familias Verdaderas de 3,6 millones de Parejas en Venezuela, donde proclamamos que desde ahora nuestra familia se fundamenta en el Amor Verdadero y Prometemos fidelidad conyugal eterna centrados en el Amor de Dios para llegar a ser un Verdadero ejemplo familiar.

.01-07-1997 Ceremonia de Hermandad entre familias japonesas y venezolanas. Juramento de Hermandad, a través de esta ceremonia de hermandad nos unimos en amistad con su familia para construir un puente de paz y reconciliación entre nuestras dos naciones, Venezuela y Japón. Como una familia a quien le preocupa la paz a todos los niveles del quehacer humano, vamos a esforzarnos en ser un instrumento de paz y armonía para nuestra familia, comunidad, sociedad y entre naciones. Federación de Familias pro Paz Mundial Y Unificación.

. 15-08-1995 Nature´s Sunshine Products de Venezuela, C.A Otorga el presente reconocimiento, por haber alcanzado el Rango de Afiliado Estrella-Junio 1995. Armando Contreras, Gerente General, Miguel Ángel González, Gerente de Mercadeo y Ventas.

.26-08-1995 Nature´s Sunshine Products de Venezuela, C.A Certificado de asistencia, por su participación en el seminario Un enfoque sistemático para mejorar la salud integral y las técnicas para el desarrollo de un negocio independiente. C. Armando Contreras Gerente General, Instructor: Ing. Luis A. Morales.

. 30-08-1995 Nature´s Sunshine Products de Venezuela, C.A Otorga el presente reconocimiento, por haber alcanzado el Rango de Afiliado Estrella-Agosto 1995. Armando Contreras, Gerente General, Miguel Ángel González, Gerente de Mercadeo y Ventas. Acarigua Estado Portuguesa.

. 10-10-1995 Escuela de Lideres Nature´s Sunshine Products de Venezuela, C.A Certificado de Asistencia por su participación en esta escuela que presenta un enfoque sistemático para aumentar sus competencias de liderazgo en beneficio de su negocio independiente NSP. Armando Contreras, Gerente General. Acarigua Estado Portuguesa.

. 12-09-1992 Imagen Y Proyectos, Acarigua Estado Portuguesa, Coordinadora: Nancy Caracas Aldana, Manager: José Luis Vielma, Taller de Ventas, Planificación y Cierre de Ventas, ¿Cómo obtener éxitos en las ventas?, Duración: 08 Horas.
. 04-03-1993 91 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Acarigua Estado Portuguesa, Curso Atención del Público, Duración: 20 Horas, Registro: N° 1922, Libro N°03, Hoja N° 68, Certificado N° 156539. Instructor: Elizabeth Pérez de Díaz, Director: Dr. Jesús Vargas López.

. 15-04-91 al 30-04-91 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Acarigua Estado Portuguesa, Curso Básico de Publicidad, Duración: 30 Horas, Registro: N° 0766, Libro N° 03, Hoja N° 6, 29-04-1991. Certificado N° 026410. Instructor: Licdo Alonzo López Casal, Director: Prof. Rafael Pineda.

. 28-11-1989 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Acarigua Estado Portuguesa, Curso Comunicación en Ventas, Duración: 50 Horas, Registro: N° 0894, Libro N° 02, Hoja N° 342, 17-11-89.

. 31-08-1989 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Mérida Estado Mérida, Curso Básico de Relaciones Públicas, Duración: 50 Horas, Registro: N° 0456, Libro N° 02, Hoja N° 327 30-08-1989.

. 04-12-1987 Instituto de formación profesional de los trabajadores de seguros (INSPROSEG), San Cristóbal Estado Táchira, Formación Básica para productores de seguros, Duración: 152 Horas. Registro: 3700 Folio N° 113.

. 06-11-1987 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Mérida Estado Mérida, Curso de Dirección de Ventas, Duración: 30 Horas, Registro: N° 931/87 Libro N° 01 Hoja N|° 14 Fecha: Nov. 06.

. 10-11 DE Julio de 1987, Colegio Venezolano de Productores de Seguros Mérida Estado Mérida, Seminario de Pérdidas Indirectas.

. 20-11-1987, Corporación de los Andes (CORPOANDES), Mérida Estado Mérida, Seminario “Las Exportaciones no tradicionales, Trámites para exportar, Financiamiento, Transporte, Seguro, Empaque y Embalaje, Normas Nacionales.

. 10-10-1986 Instituto Nacional de Cooperación Educativa (Ince) Mérida Estado Mérida, Agente Vendedor al detal, Duración: 100 horas. Registro: N° 574186 Libro N° 01 Hoja N° 10 Fecha: Oct 10.

. 11-11-1985 al 16-11-1985 Instituto de Capacitación Turística (Corpoturismo, Incatur Venezuela, Ince), Facultad de Odontología Estado Mérida, Curso de Relaciones Humanas, Duración: 20 horas. Registro: N° Roc-85-3860 Libro N° 02, Hoja N° 104 18-11-1985.


ACTIVIDAD Y PUESTOS DOCENTES DESEMPEÑADOS

• 10-12-2016-2017 (activo) Director del Centro Comunitario de Protección y Desarrollo Estudiantil CCPDE NIBE ARAURE(Atención a la salud estudiantil consultas de Psicología, Medicina, Enfermería, servicio de pedagogía y orientación, Sociología a las escuelas del Municipio Araure Estado Portuguesa. 23-01-2009 -2014 Ministerio del Poder Popular para la Educación
Docente de Aula Integrada, U.E.N “CIUDAD DE ACARIGUA” Turno Tarde: 33.33 Horas, Atención Psicopedagógica Integral a niñas y niños con Diversidad Funcional en Dificultades del aprendizaje. Acarigua Estado Portuguesa. Laborando actualmente: 05 Horas Diarias Vespertino. (12.20m a 5.20 pm) Lunes a Viernes.

* 2006-2007 Cooperativa la Radiante 567 RL, Cargo: Tesorero, Socio Activo, Labores realizadas Cálculo y pago de Nómina(excedentes societarios), Pago de Seguro Social, Ley Política Habitacional, Depósitos Bancarios, Manejo de Cuenta Corriente, Transcripción y Redacción de Documentos, Trabajos escolares y Universitarios, Manejo de Word, Power Point bajo ambiente Windows, Administración y control de Cyber con 10 Computadoras en red, Atención al Público, Manejo de fotocopiadora Canon doble bandeja, Encuadernación de trabajos, Ventas de confitería. Motivo del Retiro: Cierre de la Cooperativa.

* 2002-2004 Servicios Especiales la Corteza C.A Representantes de Ventas, Dpto. de Ventas, Venta del contrato de servicios funerarios y plan de protección familiar. Zonas: Acarigua- Araure. Motivo del Retiro: Comienzo estudios universitarios.

*2000-2001 Farvenca Aragua C.A, Representante de negocios, Dpto. de Crédito y Cobranzas, Visita a las farmacias, realizar cobranza, dejar promociones y ofertas de productos. Zonas de trabajo: Acarigua, Agua Blanca, San Rafael de Onoto, Turén, Ospino, Guanare, Biscucuy. Adscrito a la Sucursal Acarigua. Motivo del Retiro: Cierre de la Sucursal Acarigua (Quiebra)

* 1999-2000 Droguería los Andes C.A, El Vigía Estado Mérida, Telf. (0275) 811884-814519-814538, Dirección: Calle 10 con Av. 9 Sector la Inmaculada, Edif. Drolanca, El Vigía Estado Mérida. Jefe Inmediato: Economista Javier Albornoz, Gerente Nacional de Ventas. Cargo Desempeñado: Representante de Ventas, Traslado a la Sucursal de Barquisimeto, Zona Industrial 2, como Ejecutivo de Negocios, Zonas de trabajo: Agua Blanca, San Rafael de Onoto, San Carlos, Tinaco, El Pao, Tinaquillo. Labores realizadas: Cobranza en las farmacias afiliadas, Estudio de Crédito, Presentación de la revista de ofertas, Depósitos Bancarios. Traslado para la Sucursal de Maturín con las mismas funciones de Crédito y Cobranzas, Chofer de Transporte, Despacho y reparto de Mercancía a las farmacias afiliadas. Motivo del retiro: Por cuenta propia.

* 1996 Zapaterías Rocky C.a, Calzados Rijo C.a Gerente de Tienda San Carlos Avenida Bolívar, Recibir inventario de mercancía, Reporte de ventas de caja diarias a Caracas, Depósitos Bancarios, administración y pago de personal. Motivo del Retiro: Renuncia Voluntaria

*1995-1998 Nature´s Sunshine Products de Venezuela C.A (NSP), Distribuidor Independiente NSP, Venta de productos naturales suplementos alimenticios y nutricionales, vitaminas y minerales para la salud. Zonas de trabajo: Acarigua Araure. Motivo del Retiro: Cierre del centro de distribución Acarigua Araure de Jean Pierre Mariani.

* 1994 Morinda de Venezuela C.A, Distribuidor Independiente Del Jugo de Noni Tahitiano INC, Venta de productos naturales suplementos alimenticios y nutricionales para la salud. Motivo del Retiro: Cierre de la oficina en Acarigua.

*1989-1997 Jardines la Corteza C.A, Supervisor de Ventas, Selección y reclutamiento de Vendedores, entrenamiento, Salidas de trabajo a zonas de Acarigua Araure, con equipos de ventas. Ventas del contrato de servicios de parcela en cementerio privado. Motivo del retiro: Cierre de la junta directiva, y del dpto. De ventas.

*1986-1988 Jardines la Inmaculada C.A, Asesor de Ventas, contrato de servicios de parcela en cementerio privado, en Mérida Sector la Pedregosa. Visita casa por casa y ofrecer el plan de protección familiar. Motivo del Retiro: Traslado para Acarigua con la misma filial de la empresa.

*1985 Seguros Hemisféricos C.A , Representante de Ventas, Ventas de servicios funerario familiar mediante póliza de seguros, ventas de póliza de seguro de vivienda, Visitas a todas las parroquias rural y Urbana del estado Mérida, Trabajo casa por casa para hacer el contrato al cliente. Motivo del retiro: Cierre de la Compañía por parte de la Superintendencia de seguros.

*1984 Seguros Lara C.A Productor de Seguros, Ventas de Pólizas de seguros patrimoniales, de Vida, incendio, Robo, Vehículos, Hospitalización, cirugía y maternidad, entre otros. Motivo del retiro: Comienzo de estudios en la Universidad de los Andes. ULA.


PUBLICACIONES

• Revista Publimarketing Acarigua. http://publimarketingacarigua.blogspot.com/

• Febrero del 2014 , artículos o post blogger en mi página web: http://040366miguelito.blogspot.com/ Titulado: Lo que debes saber de la educación especial


• Blog de educación especial e inicial de mi autoría. http://carmenteresamolina.blogspot.com/



ACTIVIDAD INVESTIGADORA

• Años Escolares 2011-2012, 2012-2013, 2013-2014, 2014-2015, 2015-2016 Proyecto integral sociocomunitaro de atención odontológica a niñas y niños de 1ero a 6to grado de educación primaria de la U.E.N “CIUDAD DE ACARIGUA” CONSULTAR EL PROYECTO EN:
• http://040366miguelito.blogspot.com/2013/06/proyecto-de-odontologia-de-miguel.html

http://www.slideshare.net/miguelito8089658/proyecto-odontologia


http://040366miguelito.blogspot.com/2013/01/proyecto-de-odontologia-sonrisas-sanas.html

http://carmenteresamolina2012.blogspot.com/2013/10/proyecto-de-atencion-medica-y.html








CURSOS Y SEMINARIOS IMPARTIDOS

• Mayo 2013 Gran Misión Saber y Trabajo GMSTV Formación Sociopolítica a los docentes de educación Inicial y especial. Currículo Bolivariano, Leyes y reglamentos de la educación Bolivariana (Const. Nacional 1999, LOE (Ley Orgánica de educación, Lopnna, leyes del poder popular, Consejos Comunales). Curso de formación dictado en la Escuela Robinzoniana Simón Bolívar Acarigua Estado Portuguesa; Escuela Técnica Robinzoniana Ademar Vásquez Chávez. Duración: 05 Meses.


BECAS, AYUDAS Y PREMIOS RECIBIDOS


• Beca de ayudantía de la Misión Sucre año 1995-1999.
• Premios y placas de reconocimiento:
• Centro Nature´s Sunshine Products Acarigua Araure. En Reconocimiento como colaborador del año 1995
• Éxitos sin Límites en reconocimiento otorga placa por su excelente labor y rápido crecimiento en esta organización. Miguel Figueroa Ojeda Patrocinador de Bronce, “Un negocio sin fronteras”. Acarigua, Diciembre 1995.
• La junta directiva de Jardines la Corteza Otorga Placa de reconocimiento por su labor como supervisor de Ventas en el año 1992, Aurelio Moreira Da Silva Presidente, Licdo Julio Valero, Asesor Dpto de Ventas. Acarigua, 11 de diciembre de 1992.
• La Junta Directiva de Jardines la Corteza C.A, Otorga placa de reconocimiento por su exitosa dirección como supervisor de nuestro departamento de ventas alcanzando las metas propuestas. Aurelio Moreira Da Silva Presidente, Licdo. Julio Valero, Asesor Dpto de Ventas. Acarigua, 08 de diciembre de 1993.
• Los asesores de Ventas de Jardines la Corteza C.A, Otorgan placa de reconocimiento por su abnegada labor al frente del departamento de ventas. Gracias por enseñarnos a ser mejores cada día. Acarigua, 10 de diciembre de 1993.
• Al supervisor Miguel Hernández, en nombre de todos los asesores de ventas, Nuestro reconocimiento por su valiosa colaboración en nuestras labores. Acarigua, 14 de diciembre de 1991. Jardines la Corteza C.A.
• La Junta Directiva de Jardines la Corteza C.A, Otorga placa de reconocimiento por su Justa y magnífica labor como supervisor de ventas durante el año 1991. Por la junta Directiva Aurelio Moreira Da Silva Presidente.
• La junta directiva de Jardines la Inmaculada C.A otorga a Miguel Hernández en reconocimiento por su magnífica labor desempeñada en el departamento de ventas durante el año 1998. Mérida, 17-12-1988.


ACTIVIDAD EN EMPRESAS Y PROFESIÓN LIBRE

• Diciembre del 2013-2014 U.E.P “COLEGIO LOS ILUSTRES” Docente Psicopedagogo independiente en la atención de niños con necesidades educativas especiales Déficit de atención e hiperactividad (TDAH), Trastornos del desarrollo Autismo Y ASPERGER del 1er grado a 6to, Conductas disruptivas, de 7am a 10am de lunes a miércoles.
• Director Encargado del Centro comunitario de protección y desarrollo estudiantil ( CCPDE ) NIBE ARAURE desde el 10/12/2015 Docente Especialista Psicopedagogo y/o Maestro Sombra en el Colegio Privado Latinoamérica. Araure desde 07-01-2015 Comerciante Independiente de Mercancía de calzado, Chancletas(Hawaianas,Marbella, Cross,Dupé,Petroleras entre otras. Venta al mayor y Detal (0416-0596191)Despachos por MRW Desde Acarigua. Mercado Libre la Guajira, sábados de 6am a 1pm. Registro de comercio “Tele import de valencia. Acarigua estado Portuguesa.



IDIOMAS

• Español, dominio del idioma a nivel escrito y oral.
• Inglés, Nivel I Oral.


INFORMÁTICA

• Dominio de la Tics: WORD- POWER POINT- Linux- Internet- Multimedia YouTube, Redes sociales: Twitter : https://twitter.com/
• https://www.facebook.com/ Facebook : Miguel Antonio Hernandez
• http://www.youtube.com/user/TheJoplera
• https://www.youtube.com/channel/UC0qb6BagLQO39A7U0UNt3Xw psicopedagogo social
• https://www.facebook.com/MIGUELESPECIALISTA psicopedagogo a su orden
• https://www.facebook.com/groups/Diversidadfuncionalacariguaaraure/
Grupo de diversidad funcional Acarigua Araure.



OTROS MÉRITOS


• Elevada reputación moral y ética.
• Sin antecedentes penales
• Religión Católica
• Luchador social y comunitario por las causas justas.
• Pensamiento Político Bolivariano, Robinzoniano
• Capacidad de Liderazgo dentro de la Organización
• Capacidad para trabajar a presión y conseguir metas.
• Educador Constructivista, Liberador y emancipador.

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ELABORADO POR ALUMNOS

Personal de Barrio Adentro tallando y pesando a las niñas (os)

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La salud va a la escuela 23-09-2014

Odontologo Cubano Barrio Adentro Muy colaborador.

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Jornada la salud va a la escuela Inicio del año escolar 2014-2015

En actividad en la escuela.

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Alumnos de Educación Inicial del CEIBS"Villas del Pilar"

LA SALUD VA A LA ESCUELA CIUDAD DE ACARIGUA

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CONSULTA MEDICA 2014-2015