Autora: MSc. Niurka Tellez Rodríguez.
Especialista en Docencia en Psicopedagogía y Profesora Auxiliar.
Especialista en Docencia en Psicopedagogía y Profesora Auxiliar.
Centro de Procedencia: Universidad de Ciencias Pedagógicas “Frank País García”. Departamento de Educación Especial. Facultad Educación Infantil.
Email: ntellez@ucp.sc.rimed.cu
Recibido diciembre 2012 - Aprobado enero 2013
Resumen:
En el siguiente artículo parte de la necesidad de accionar en el contexto familiar y comunitario, desde la labor del Consejo de Atención a Menores de Educación (CAM) a fin de prevenir los trastornos de conducta en los menores. Como es sabido, la realidad educativa compleja y convulsa refleja efectos negativos del mundo globalizado, la existencia de mensajes poco educativos en algunos de los medios de difusión masiva, las secuelas de los juegos de violencia que ofrecen las nuevas tecnologías, estos y otros múltiples factores relacionados con la calidad de las relaciones de comunicación, interpersonales son las causales de dichos trastornos. En este trabajo aborda la necesidad de desarrollar el proceso de orientación hacia los menores dictaminados como portadores de Trastornos de Conducta por el (CAM).
En el siguiente artículo parte de la necesidad de accionar en el contexto familiar y comunitario, desde la labor del Consejo de Atención a Menores de Educación (CAM) a fin de prevenir los trastornos de conducta en los menores. Como es sabido, la realidad educativa compleja y convulsa refleja efectos negativos del mundo globalizado, la existencia de mensajes poco educativos en algunos de los medios de difusión masiva, las secuelas de los juegos de violencia que ofrecen las nuevas tecnologías, estos y otros múltiples factores relacionados con la calidad de las relaciones de comunicación, interpersonales son las causales de dichos trastornos. En este trabajo aborda la necesidad de desarrollar el proceso de orientación hacia los menores dictaminados como portadores de Trastornos de Conducta por el (CAM).
Palabra Clave: Trastornos de Conducta, Consejo de Atención a Menores, prevención, niveles de prevención, orientación.
Title:The process of orientation since the Education Council of Attention to Minors.
Author: MSc. Niurka Tellez Rodríguez. Specialist on Psychology Teaching and Auxiliary Professor
Place of Work: University of Pedagogical Sciences “Frank País García” Department of Special Education. Faculty of Infant Education.
E mail: ntellez@ucp.sc.rimed.cu
Abstract
The following article start from the need of the work in the family and communitarian context, since the labor of the education Council of attention to Minors (ECAM) and the aim of avoiding disorders in minor’s behavior. .As it is known, complex educative reality reflects negative effects of the globalized world ,the existence of messages lack of educational content in some media, the schools of violence games that new technologies offer, these and many other multiple factors related with the quality of the interpersonal relation of communication are causes of such disorders. This piece of work deals with the necessity of developing the process of orientation towards the minors judged as porters of Disorders of Behavior by the (ECAM).
The following article start from the need of the work in the family and communitarian context, since the labor of the education Council of attention to Minors (ECAM) and the aim of avoiding disorders in minor’s behavior. .As it is known, complex educative reality reflects negative effects of the globalized world ,the existence of messages lack of educational content in some media, the schools of violence games that new technologies offer, these and many other multiple factors related with the quality of the interpersonal relation of communication are causes of such disorders. This piece of work deals with the necessity of developing the process of orientation towards the minors judged as porters of Disorders of Behavior by the (ECAM).
Key words: disorders of behavior, Education Council of Attention of Minors, prevention,
level of prevention, orientation.
level of prevention, orientation.
Introducción
El Consejo de Atención a Menores (CAM), atiende a los menores de 16 años que presentan trastornos de conducta, manifestaciones antisociales, que lleguen o no a constituirse en índices significativos de desviación y peligrosidad social, o participen en hechos que la ley tipifique como delitos y tiene como objetivo la atención educativa a los niños(as) y adolescentes.
Este órgano es regido por el Ministerio de Educación, y está constituido por un equipo multidisciplinario, en él están representado los diferentes organismos y organizaciones políticas y de masas como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Asociación de Combatientes de Cuba, entre otros. El CAM se considera como el órgano legal metodológico, que promueve la labor preventiva hacia las diferentes educaciones del subsistema de educación en aras de darles atención psicopedagógica a niños(as) y adolescentes para su plena inserción en la sociedad. Estos realizan un estudio minucioso de cada caso, que a él se remite y de forma socializadora, una vez que se diagnóstica el trastorno de conducta, por el Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO) se analiza y acuerdan las medidas socioeducativas que deben aplicarse y el cometido que deben llevar a cabo los ejecutores de estas, para brindar el tratamiento especializado que amerite.
El Consejo de Atención a Menores de Educación (CAM) aborda la prevención como la “adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias en el desarrollo, o cuando ocurran que no tengan consecuencias psicológicas, físicas y/o sociales negativas”. Y en su concepción, la toma de medidas, promueve la protección de los derechos desde el propio proceso de educación, instituidos por la sociedad hacia los menores. La labor de prevención, dada la variedad de los participantes y de la atención social así como la naturaleza y complejidad de la misma, genera en el CAM, la coordinación y control de las acciones hacia los diferentes niveles de prevención, establecidos por el Instituto Internacional del Niño, definidos en:
• Primer nivel (Prevención Primaria): Medidas que se toman cuando la deficiencia no se ha producido. Se realiza en un marco supuestamente sano, pero sobre menores incorporados a grupos riesgo, considerándose como riesgo un importante e importante mínimo de factores causales, de orden biológico, psicológico, económico y ambiental, que asociados pueden producir una alteración determinada, comprometiendo el desarrollo normal de niños, adolescentes y adultos.
• Segundo Nivel (Prevención Secundaria): Se realiza ante la aparición de enfermedades, la detección de alteraciones congénitas o en casos de accidente, para evitar que, como consecuencia, aparezca una deficiencia.
• Tercer Nivel (Prevención Terciaria): Se desarrolla sobre menores con deficiencias en la esfera psicológica, fisiológica o anatómica, con miras a evitar el surgimiento de algún tipo de discapacidad. Se identifica con la rehabilitación..
• Cuarto Nivel (Prevención Cuaternaria): Se lleva a efectos sobre menores discapacitados con el objetivo de evitar el desarrollo de minusvalías. Tiene su base en la equiparación de oportunidades, considerándose este el proceso mediante el cual el, sistema general de la sociedad (medio físico y cultural, vivienda y transporte, servicios sociales y sanitarios, oportunidades de educación y trabajo, vida cultural y social, incluidas las instalaciones deportivas y de recreo), se hacen accesibles para todos.
El presente material propone algunas peculiaridades y dimensiones por las que atraviesa la labor de prevención que realiza en CAM a partir de las complejidades del trabajo en el contexto socio comunitario, en la atención y seguimiento de los menores dictaminados con trastornos de conducta.
El Consejo de Atención a Menores (CAM), atiende a los menores de 16 años que presentan trastornos de conducta, manifestaciones antisociales, que lleguen o no a constituirse en índices significativos de desviación y peligrosidad social, o participen en hechos que la ley tipifique como delitos y tiene como objetivo la atención educativa a los niños(as) y adolescentes.
Este órgano es regido por el Ministerio de Educación, y está constituido por un equipo multidisciplinario, en él están representado los diferentes organismos y organizaciones políticas y de masas como la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), Federación de Mujeres Cubanas (FMC), Comité de Defensa de la Revolución (CDR), Asociación de Combatientes de Cuba, entre otros. El CAM se considera como el órgano legal metodológico, que promueve la labor preventiva hacia las diferentes educaciones del subsistema de educación en aras de darles atención psicopedagógica a niños(as) y adolescentes para su plena inserción en la sociedad. Estos realizan un estudio minucioso de cada caso, que a él se remite y de forma socializadora, una vez que se diagnóstica el trastorno de conducta, por el Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO) se analiza y acuerdan las medidas socioeducativas que deben aplicarse y el cometido que deben llevar a cabo los ejecutores de estas, para brindar el tratamiento especializado que amerite.
El Consejo de Atención a Menores de Educación (CAM) aborda la prevención como la “adopción de medidas encaminadas a impedir que se produzcan deficiencias en el desarrollo, o cuando ocurran que no tengan consecuencias psicológicas, físicas y/o sociales negativas”. Y en su concepción, la toma de medidas, promueve la protección de los derechos desde el propio proceso de educación, instituidos por la sociedad hacia los menores. La labor de prevención, dada la variedad de los participantes y de la atención social así como la naturaleza y complejidad de la misma, genera en el CAM, la coordinación y control de las acciones hacia los diferentes niveles de prevención, establecidos por el Instituto Internacional del Niño, definidos en:
• Primer nivel (Prevención Primaria): Medidas que se toman cuando la deficiencia no se ha producido. Se realiza en un marco supuestamente sano, pero sobre menores incorporados a grupos riesgo, considerándose como riesgo un importante e importante mínimo de factores causales, de orden biológico, psicológico, económico y ambiental, que asociados pueden producir una alteración determinada, comprometiendo el desarrollo normal de niños, adolescentes y adultos.
• Segundo Nivel (Prevención Secundaria): Se realiza ante la aparición de enfermedades, la detección de alteraciones congénitas o en casos de accidente, para evitar que, como consecuencia, aparezca una deficiencia.
• Tercer Nivel (Prevención Terciaria): Se desarrolla sobre menores con deficiencias en la esfera psicológica, fisiológica o anatómica, con miras a evitar el surgimiento de algún tipo de discapacidad. Se identifica con la rehabilitación..
• Cuarto Nivel (Prevención Cuaternaria): Se lleva a efectos sobre menores discapacitados con el objetivo de evitar el desarrollo de minusvalías. Tiene su base en la equiparación de oportunidades, considerándose este el proceso mediante el cual el, sistema general de la sociedad (medio físico y cultural, vivienda y transporte, servicios sociales y sanitarios, oportunidades de educación y trabajo, vida cultural y social, incluidas las instalaciones deportivas y de recreo), se hacen accesibles para todos.
El presente material propone algunas peculiaridades y dimensiones por las que atraviesa la labor de prevención que realiza en CAM a partir de las complejidades del trabajo en el contexto socio comunitario, en la atención y seguimiento de los menores dictaminados con trastornos de conducta.
Desarrollo.
La prevención, desde el CAM, se caracteriza por su carácter humanista ya que pone en el centro de todo su accionar al menor, para poder atender aquellas problemáticas que puedan entorpecer su normal desarrollo e incidir en su formación ciudadana. El proceso de prevención que se desarrolla desde este órgano tiene como peculiaridades las de:
Ofrecer a los actores sociales del proceso las pautas a seguir en la toma de decisiones con carácter preventivo.
La sensibilización de los factores sociocomunitarios, que inciden en las interrelaciones con el menor y que pueden llegar a provocar los trastornos de la conducta.
La comprensión desde la ética, del valor de la detección temprana y la intervención desde las diferentes agencias socializadoras, a partir de la modificación de los modos de sentir, actuar y pensar. Esto garantiza la efectividad de todo el proceso encaminado a estimular el desarrollo, a evitar o atenuar las dificultades en la conducta.
El tratamiento integral en la labor de seguimiento.
La potenciación del desarrollo del menor.
El CAM durante el proceso de prevención educativa posee las siguientes dimensiones:
• Dimensión Organizacional
• Dimensión Normativa
• Dimensión Axiológica
• Dimensión Ético
La prevención, desde el CAM, se caracteriza por su carácter humanista ya que pone en el centro de todo su accionar al menor, para poder atender aquellas problemáticas que puedan entorpecer su normal desarrollo e incidir en su formación ciudadana. El proceso de prevención que se desarrolla desde este órgano tiene como peculiaridades las de:
Ofrecer a los actores sociales del proceso las pautas a seguir en la toma de decisiones con carácter preventivo.
La sensibilización de los factores sociocomunitarios, que inciden en las interrelaciones con el menor y que pueden llegar a provocar los trastornos de la conducta.
La comprensión desde la ética, del valor de la detección temprana y la intervención desde las diferentes agencias socializadoras, a partir de la modificación de los modos de sentir, actuar y pensar. Esto garantiza la efectividad de todo el proceso encaminado a estimular el desarrollo, a evitar o atenuar las dificultades en la conducta.
El tratamiento integral en la labor de seguimiento.
La potenciación del desarrollo del menor.
El CAM durante el proceso de prevención educativa posee las siguientes dimensiones:
• Dimensión Organizacional
• Dimensión Normativa
• Dimensión Axiológica
• Dimensión Ético
Desde lo organizacional, se parte de la necesidad de prevenir tempranamente las manifestaciones que dan cuenta de los trastornos de la conducta. Lo anteriormente señalado está relacionado con las causas y condiciones que generan la aparición de estos trastornos. Investigadores como Grossman (1985) y otros consideran que las causas de dichos trastornos son multifactoriales. En la bibliografía este fenómeno se aborda desde diferentes denominaciones entre ellas se encuentran las: desviaciones de la conducta, los trastornos emocionales y de la conducta, trastornos afectivos y de la conducta, entre otros. En la generalidad de los casos, los autores hacen referencia a causales de diversas índoles, tanto psicosociales, como biológicas. En este trabajo se sostiene el término de trastorno de conducta en consecuencia con el diagnóstico que emite el CAM de los menores investigados.
Desde lo organizacional, la actividad del CAM se torna compleja, en tanto son diversos los problemas que convergen en la formación y desarrollo de la personalidad de los menores, en este mundo globalizado. Los procesos de cambio que se generan en la sociedad cubana actual, supone tener en cuenta todos estos factores, para poder establecer el sistema de recursos y apoyo necesario y así poder favorecer el máximo desarrollo del menor.
La dimensión normativa se revela como la facultad, que desde lo jurídico, proporciona la formación sociocultural de los sujetos. Esta dimensión es el punto de concurrencia, en el sistema de influencias entre los integrantes de este órgano.
Al realizar una rápida mirada a los documentos jurídicos, que se han establecido para prevenir y dar atención psicopedagógica y metodológica a los menores para alcanzar su normar desarrollo, se evidencia la concreción del enfoque sociocultural y humanista del modelo cubano y la intención de educar en el cumplimiento de las regulaciones vigentes en nuestro sistema.
El centro de esta dimensión, se sostiene desde la no penalización del menor y del establecimiento de una labor psicopedagógica con él, su familia y los demás contextos donde este se desenvuelve. Lo normativo señala las pautas de la actuación de cada uno de los integrantes del Consejo, desde una posición crítica reflexiva de los códigos establecidos para la protección del menor y de las regularidades que se presentan en los micro espacios con el cumplimiento de los mismos.
Existe en algunos sujetos, una concepción un tanto distorsionada, acerca de la función del CAM, considerándose ésta desde la administración de justicia, consideramos que la actuación del Consejo atraviesa el objeto de la Pedagogía Social, como el sistema de derechos, deberes de los sujetos involucrados en el hecho educativo, para el logro de la formación ciudadana, a partir de ofrecer las oportunidades para que estos asuman responsabilidades para consigo mismo y para con la sociedad; solo desde la protección de los deberes y derechos de los menores se podrá dar salida a lo establecido en las disposiciones normativas con un marcado carácter formativo.
Por otro lado el CAM al ser un órgano de Educación y el objeto de este entonces no se debe centrar en la administración de justicia, este posee una naturaleza y una finalidad educativa, este se constituye para establecer una prevención educativa. La justicia en este caso es a la medida de los presupuestos de la educación, la medida a imponer es desde la prevención, la impartición de justicia es una vía no un fin.
La dimensión axiológica, se justifica en el perfeccionamiento de los valores humanos de los sujetos en el marco de sus relaciones; es a partir del desarrollo de los sentimientos y las actuaciones de los mismos, que se refleja una adecuada participación ciudadana, por lo que se dirige la misma hacia los niveles conscientes de actuación.
Lo axiológico se relaciona con lo normativo en tanto se sostiene en las cualidades morales que expresan los sujetos en el cumplimiento de las normas consensuadas y legales del modelo social vigente. En esta dirección el Gobierno Cubano, ha implementado algunas disposiciones en función de desarrollar los valores morales que tipifican el modelo social.
La dimensión ética, del Consejo, se evidencia desde la identidad humanista del quehacer de sus integrantes, generando la organicidad del acto formativo. Esta dimensión se concreta en los modos de actuación, en los modos de sentir, actuar y pensar para transformar las condiciones desfavorables que generan los trastornos de conducta.
Estas diferentes dimensiones se relacionan entre sí y a la vez están contenidas en la orientación que desarrolla este órgano hacia los sujetos y grupos involucrados en la prevención.
La labor de este órgano está llamada a desarrollar, cada vez más, la concientización de la significación social del desarrollo de las acciones de prevención para la sociedad y a convertir en un ejercicio cotidiano el actuar en consecuencia con las necesidades y potencialidades que tenga la sociedad para anticiparse a los desajustes de la conducta en las jóvenes generaciones. En la práctica educativa se reflejan insuficiencias relacionadas con la orientación para la prevenci’on de los trastornos de conducta, que emana del órgano relacionadas con:
Insuficiente preparación profesional de los miembros del CAM para realizar su labor desde una perspectiva orientadora en relación con la escuela la familia y la comunidad.
Existe una tendencia a privilegiar la perspectiva normativa legislativa del CAM, pues este se comprende como órgano de administración de justicia.
Falta de colaboración y de integración científica educativa entre los profesionales que integran el CAM
Todo esto incide negativamente en la labor de prevención de los trastornos de la conducta que despliega el CAM siendo necesario perfeccionar la dimensión orientadora del mismo. Ahora bien ¿Como se manifiesta el proceso de orientación hacia los agentes socio comunitarios?
El CAM se involucra con las familias, los factores de la comunidad y específicamente con los representantes legales de los menores y demás agentes socio comunitarios, en diferentes momentos del proceso de prevención educativa, que van desde la detección, el seguimiento y la evaluación.
En la etapa de detección, este órgano, interactúa con las familias, para establecer la necesidad de iniciar la investigación por parte del Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO), ante una evolución desfavorable del menor a las diversas acciones que se han realizado con él en el contexto escolar y comunitario. Esta interacción se produce mediante la aplicación de diferentes métodos, como la observación, la entrevista en esta última el propósito fundamental está en promover el compromiso de los representantes legales ante el proceso de evaluación como paso para prevenir la agudización del desajuste en la conducta del menor.
En los casos de niños(as) de edad preescolar el objetivo del trabajo con las familias es establecer el sistema de ayuda para erradicar o prevenir las alteraciones del comportamiento, esto puede ser con carácter profiláctico o coercitivo, ya que en ocasiones la actitud de la familia no permite aplicar el sistema de apoyo previamente coordinado con el CAM. En este punto puede intervenir la Fiscal Protector del Menor e imponerle una de las medidas establecidas.
En los casos de que el niño(a) sea investigado por el CDO, se realiza entonces la comunicación de la medida adoptada por el CAM de Educación ante los representantes legales y se establecen las acciones de seguimiento que deberán asumir estos para evitar el agravamiento de la conducta en el menor.
Si estos son los puntos de convergencia entre el CAM y los representantes legales ¿qué sucede entonces ante la posibilidad de desarrollar la atención al menor pero centrados en los resultados de un diagnóstico emitido por el CAM?
En la práctica educativa se señala la presencia de una conducta de no aceptación o de rechazo, en cualquiera de los momentos en que los representantes legales acuden ante el CAM de Educación. En algunos casos no advierten en sus modos de actuación las causas de las alteraciones de la conducta en el menor. Ante esta actitud, suele complicar aún más la labor de seguimiento a realizar por el CAM, lo que se manifiesta en el proceso de evaluación de la conducta a seguir con el menor y los ejecutores de las medidas.
Durante la evaluación de la conducta el CAM recibe un informe por parte de los ejecutores de las medidas( tales como los Trabajadores Sociales, de la Federación de Mujeres Cubanas, el oficial de menores del MININT y otros), donde se opina del cumplimiento o no de las acciones indicadas a los representantes legales para con sus hijos y a partir de toda esa información y de los resultados de las labores sociales realizadas al hogar y la comunidad, a partir del mismo se procede a valorar el estado del niño(a) y el papel desempeñado por la familia y demás factores sociales. En este proceso, algunos representantes legales, enmascaran y justifican la conducta desajustada de sus hijos, lo que no favorece la intervención preconcebida por este órgano de manera conjunta con la escuela.
Todo lo anterior da cuenta de la necesidad establecer una estrategia como alterativa que de respuesta a la labor con la familia y los agentes socio comunitarios en aras de perfeccionar el proceso de prevención de los trastornos de la conducta. En este trabajo ¿qué estamos asumiendo como Trastorno de Conducta? La investigadora Betancourt J. (2000) identifica el trastorno de conducta como “una desviación en el desarrollo de la personalidad que se caracteriza por la afectación de la esfera afectivo-volitiva que se manifiesta en variadas formas anormales y relativamente estables de la conducta, producidas por deficiencias en las relaciones de la comunicación al no tener en cuenta las características peculiares del sujeto”
Partiendo de esta conceptualización se aborda el proceso de prevención de los trastornos de la conducta que despliega el CAM, como la adopción de medidas de carácter anticipatorio para evitar o atenuar los factores y condiciones potenciadores de trastornos de conducta mediante la coordinación multidisciplinar del sistema de influencias alrededor del menor.
Desde lo organizacional, la actividad del CAM se torna compleja, en tanto son diversos los problemas que convergen en la formación y desarrollo de la personalidad de los menores, en este mundo globalizado. Los procesos de cambio que se generan en la sociedad cubana actual, supone tener en cuenta todos estos factores, para poder establecer el sistema de recursos y apoyo necesario y así poder favorecer el máximo desarrollo del menor.
La dimensión normativa se revela como la facultad, que desde lo jurídico, proporciona la formación sociocultural de los sujetos. Esta dimensión es el punto de concurrencia, en el sistema de influencias entre los integrantes de este órgano.
Al realizar una rápida mirada a los documentos jurídicos, que se han establecido para prevenir y dar atención psicopedagógica y metodológica a los menores para alcanzar su normar desarrollo, se evidencia la concreción del enfoque sociocultural y humanista del modelo cubano y la intención de educar en el cumplimiento de las regulaciones vigentes en nuestro sistema.
El centro de esta dimensión, se sostiene desde la no penalización del menor y del establecimiento de una labor psicopedagógica con él, su familia y los demás contextos donde este se desenvuelve. Lo normativo señala las pautas de la actuación de cada uno de los integrantes del Consejo, desde una posición crítica reflexiva de los códigos establecidos para la protección del menor y de las regularidades que se presentan en los micro espacios con el cumplimiento de los mismos.
Existe en algunos sujetos, una concepción un tanto distorsionada, acerca de la función del CAM, considerándose ésta desde la administración de justicia, consideramos que la actuación del Consejo atraviesa el objeto de la Pedagogía Social, como el sistema de derechos, deberes de los sujetos involucrados en el hecho educativo, para el logro de la formación ciudadana, a partir de ofrecer las oportunidades para que estos asuman responsabilidades para consigo mismo y para con la sociedad; solo desde la protección de los deberes y derechos de los menores se podrá dar salida a lo establecido en las disposiciones normativas con un marcado carácter formativo.
Por otro lado el CAM al ser un órgano de Educación y el objeto de este entonces no se debe centrar en la administración de justicia, este posee una naturaleza y una finalidad educativa, este se constituye para establecer una prevención educativa. La justicia en este caso es a la medida de los presupuestos de la educación, la medida a imponer es desde la prevención, la impartición de justicia es una vía no un fin.
La dimensión axiológica, se justifica en el perfeccionamiento de los valores humanos de los sujetos en el marco de sus relaciones; es a partir del desarrollo de los sentimientos y las actuaciones de los mismos, que se refleja una adecuada participación ciudadana, por lo que se dirige la misma hacia los niveles conscientes de actuación.
Lo axiológico se relaciona con lo normativo en tanto se sostiene en las cualidades morales que expresan los sujetos en el cumplimiento de las normas consensuadas y legales del modelo social vigente. En esta dirección el Gobierno Cubano, ha implementado algunas disposiciones en función de desarrollar los valores morales que tipifican el modelo social.
La dimensión ética, del Consejo, se evidencia desde la identidad humanista del quehacer de sus integrantes, generando la organicidad del acto formativo. Esta dimensión se concreta en los modos de actuación, en los modos de sentir, actuar y pensar para transformar las condiciones desfavorables que generan los trastornos de conducta.
Estas diferentes dimensiones se relacionan entre sí y a la vez están contenidas en la orientación que desarrolla este órgano hacia los sujetos y grupos involucrados en la prevención.
La labor de este órgano está llamada a desarrollar, cada vez más, la concientización de la significación social del desarrollo de las acciones de prevención para la sociedad y a convertir en un ejercicio cotidiano el actuar en consecuencia con las necesidades y potencialidades que tenga la sociedad para anticiparse a los desajustes de la conducta en las jóvenes generaciones. En la práctica educativa se reflejan insuficiencias relacionadas con la orientación para la prevenci’on de los trastornos de conducta, que emana del órgano relacionadas con:
Insuficiente preparación profesional de los miembros del CAM para realizar su labor desde una perspectiva orientadora en relación con la escuela la familia y la comunidad.
Existe una tendencia a privilegiar la perspectiva normativa legislativa del CAM, pues este se comprende como órgano de administración de justicia.
Falta de colaboración y de integración científica educativa entre los profesionales que integran el CAM
Todo esto incide negativamente en la labor de prevención de los trastornos de la conducta que despliega el CAM siendo necesario perfeccionar la dimensión orientadora del mismo. Ahora bien ¿Como se manifiesta el proceso de orientación hacia los agentes socio comunitarios?
El CAM se involucra con las familias, los factores de la comunidad y específicamente con los representantes legales de los menores y demás agentes socio comunitarios, en diferentes momentos del proceso de prevención educativa, que van desde la detección, el seguimiento y la evaluación.
En la etapa de detección, este órgano, interactúa con las familias, para establecer la necesidad de iniciar la investigación por parte del Centro de Diagnóstico y Orientación (CDO), ante una evolución desfavorable del menor a las diversas acciones que se han realizado con él en el contexto escolar y comunitario. Esta interacción se produce mediante la aplicación de diferentes métodos, como la observación, la entrevista en esta última el propósito fundamental está en promover el compromiso de los representantes legales ante el proceso de evaluación como paso para prevenir la agudización del desajuste en la conducta del menor.
En los casos de niños(as) de edad preescolar el objetivo del trabajo con las familias es establecer el sistema de ayuda para erradicar o prevenir las alteraciones del comportamiento, esto puede ser con carácter profiláctico o coercitivo, ya que en ocasiones la actitud de la familia no permite aplicar el sistema de apoyo previamente coordinado con el CAM. En este punto puede intervenir la Fiscal Protector del Menor e imponerle una de las medidas establecidas.
En los casos de que el niño(a) sea investigado por el CDO, se realiza entonces la comunicación de la medida adoptada por el CAM de Educación ante los representantes legales y se establecen las acciones de seguimiento que deberán asumir estos para evitar el agravamiento de la conducta en el menor.
Si estos son los puntos de convergencia entre el CAM y los representantes legales ¿qué sucede entonces ante la posibilidad de desarrollar la atención al menor pero centrados en los resultados de un diagnóstico emitido por el CAM?
En la práctica educativa se señala la presencia de una conducta de no aceptación o de rechazo, en cualquiera de los momentos en que los representantes legales acuden ante el CAM de Educación. En algunos casos no advierten en sus modos de actuación las causas de las alteraciones de la conducta en el menor. Ante esta actitud, suele complicar aún más la labor de seguimiento a realizar por el CAM, lo que se manifiesta en el proceso de evaluación de la conducta a seguir con el menor y los ejecutores de las medidas.
Durante la evaluación de la conducta el CAM recibe un informe por parte de los ejecutores de las medidas( tales como los Trabajadores Sociales, de la Federación de Mujeres Cubanas, el oficial de menores del MININT y otros), donde se opina del cumplimiento o no de las acciones indicadas a los representantes legales para con sus hijos y a partir de toda esa información y de los resultados de las labores sociales realizadas al hogar y la comunidad, a partir del mismo se procede a valorar el estado del niño(a) y el papel desempeñado por la familia y demás factores sociales. En este proceso, algunos representantes legales, enmascaran y justifican la conducta desajustada de sus hijos, lo que no favorece la intervención preconcebida por este órgano de manera conjunta con la escuela.
Todo lo anterior da cuenta de la necesidad establecer una estrategia como alterativa que de respuesta a la labor con la familia y los agentes socio comunitarios en aras de perfeccionar el proceso de prevención de los trastornos de la conducta. En este trabajo ¿qué estamos asumiendo como Trastorno de Conducta? La investigadora Betancourt J. (2000) identifica el trastorno de conducta como “una desviación en el desarrollo de la personalidad que se caracteriza por la afectación de la esfera afectivo-volitiva que se manifiesta en variadas formas anormales y relativamente estables de la conducta, producidas por deficiencias en las relaciones de la comunicación al no tener en cuenta las características peculiares del sujeto”
Partiendo de esta conceptualización se aborda el proceso de prevención de los trastornos de la conducta que despliega el CAM, como la adopción de medidas de carácter anticipatorio para evitar o atenuar los factores y condiciones potenciadores de trastornos de conducta mediante la coordinación multidisciplinar del sistema de influencias alrededor del menor.
Conclusiones.
En ocasiones se hacen recurrentes los casos de menores con medidas externas que no logran evolucionar satisfactoriamente, lo que evidencia inconsistencias en el proceso de orientación para resolver los problemas en el marco familiar y social. Se constituye entonces, en una necesidad que los miembros del CAM de Educación, establezcan alternativas para orientar a los representantes legales y a los agentes socio comunitario.
En ocasiones se hacen recurrentes los casos de menores con medidas externas que no logran evolucionar satisfactoriamente, lo que evidencia inconsistencias en el proceso de orientación para resolver los problemas en el marco familiar y social. Se constituye entonces, en una necesidad que los miembros del CAM de Educación, establezcan alternativas para orientar a los representantes legales y a los agentes socio comunitario.
Bibliografía
Betancourt T. J. (2002). La configuración psicológica de los menores con trastornos emocionales y de la conducta. Tesis de Doctorado. La Habana.
Grossmann G. (1983). El niño con trastorno de la conducta en la familia. La Habana: Editorial Pueblo y Educación.
Pupo Pupo, R. M. (2006) Sistema de programas de comunicación social para la formación de valores en menores con trastornos afectivo-conductuales. Tesis presentada en opción al grado científico de doctor en Ciencias Pedagógicas. La Habana.
Regueira Batista K. (2008) Estrategia educativa para la prevención de la violencia escolar en la formación inicial intensiva del profesor general integral de secundaria básica Tesis presentada en opción al grado científico de Doctor en Ciencias Pedagógicas. Holguín.
Téllez Rodríguez N. (2009) Desafíos en el proceso de tránsito del egresado de las escuelas de conducta. Revista Maestro y Sociedad. Disponible en: http://www.ucp.sc.rimed.cu/pag/sitios/webmaestro/index.php/2011/n1. Volumen 8 Número 1/2011.
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Téllez Rodríguez N. (2009) Desafíos en el proceso de tránsito del egresado de las escuelas de conducta. Revista Maestro y Sociedad. Disponible en: http://www.ucp.sc.rimed.cu/pag/sitios/webmaestro/index.php/2011/n1. Volumen 8 Número 1/2011.
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