Fotos de Psicipedagogo A Su Órden Acarigua Araure https://t.co/MMAaeC69MO— CARMEN TERESA MOLINA (@CARMENLacatira) 16 de diciembre de 2016
La construcción del saber y del saber hacer: Educación y Pedagogía, Enseñanza y Didáctica, Diferencia y Relaciones.
DR. RICARDO LUCIO
EDUCACIÓN Y PEDAGOGÍA,
ENSEÑANZA Y DIDÁCTICA,
DIFERENCIAS Y RELACIONES
Dr. Ricardo Lucio A.2
En primera parte del presente ensayo algunos puntos de vista desde los cuales se pueda precisar un poco los alcances y diferencias entre los términos educación, pedagogía, enseñanza y didáctica. En la segunda parte planteo, con base en ejemplos, la necesidad de que el teórico y el práctico de la educación logren una coherencia mutua entre los quehaceres, íntimamente relacionados, de
educar, enseñar, hacer pedagogía y hacer didáctica.
PRECISIÓN CONCEPTUAL
Se habla muchas veces de pedagogía, cuando en realidad se está haciendo didáctica. Se confunde con frecuencia el quehacer educativo con el simple enseñanza. Se menciona, por otro lado, el diseño curricular y se alude al movimiento pedagógico.
En algunos textos se identifica la pedagogía como la ciencia de la educación, aunque también se habla de ciencias de la educación
(en plural). Aluden unos a la tecnología educativa, cuando en realidad debería hablarse mas bien de tecnología de la enseñanza. No se tiene claridad sobre si el profesor es un profesional de la pedagogía o un experto en didáctica. En fin, muchos superponen los términos educación y pedagogía, otros los de enseñanza y didáctica, como si fueran sinónimos.
Existe, a mi manera de ver, cierta confusión conceptual en el empleo de los términos educación, pedagogía, enseñanza, didáctica. Sugiero a continuación un enfoque, algo esquemático y ciertamente muy personal, mediante el cual se puede precisar el alcance temático específico y las relaciones mutuas entre estos cuatros dominios.
Educación
De los términos enunciados, quizá el más amplio sea el de educación.
Comienzo por él. Más que una definición, intento realizar una aproximación a lo
fundamental del concepto.
El hombre es un ser en continuo crecimiento. Crecer significa muchas cosas: evolucionar, desarrollarse, adaptarse, asimilar, recibir, integrarse, apropiarse, crear, construir. Este crecimiento se realiza (como en todo ser
biológico) gracias a un permanente intercambio con el medio; y ese medio es (específicamente para el hombre) eminentemente social. Educación, en sentido 2
Licenciado en Filosofía y Letras, Universidad Javeriana, Bogotá. Doctor en Filosofía (Educación), Universidad de Bonn,
Alemania Federal.
Lo que sucede es que la sociedad capitalista, interesada ante todo en la producción de mercancías por un hombre convertido en mercancía, ha puesto un doble límite a ese crecimiento: por un lado permite crecer en el sentido pasivo de recibir las destrezas necesarias para producir eficientemente y, como consecuencia, limita el crecimiento al
tiempo necesario para alcanzar la medida estándar de trabajador-mercancía.
El concepto de educación se restringe entonces, por un lado, a transmitir la información y desarrollar las destrezas necesarias para adaptarse al sistema de producción y, por el otro, se limita a una edad humana determinada: hay una época para educarse y otra diferente para producir.
2 amplio, es el proceso por el cual la sociedad facilita, de una manera intencional o
difusa, este crecimiento en sus miembros. Por tanto, la educación, es ante todo
una práctica social, que responde a, o lleva implícita, una determinada visión de
hombre (de lo que he llamado su crecer).
Contra estas restricciones se enfrentan conceptos contemporáneos tales
como el de educación liberadora y educación para la autodeterminación (que
superan el estrecho marco de la educación-transmisión) y el de educación
permanente (para un crecimiento en sentido amplio, que dura toda la vida).
Pedagogía
El proceso educativo puede desarrollarse de una manera artesanal, casi
que intuitiva, como lo han desarrollado todos los pueblos, en el transcurso de su
historia. En este sentido existe un saber implícito no tematizado en la práctica
educativa de todos los pueblos, que forma parte de su acervo cultural y que
llamaría ”saber educar”. En la medida en que este saber se tematiza y se vuelve
explícito, aparece la pedagogía. Hay pedagogía cuando se reflexiona sobre la
educación, cuando el “saber educar” implícito se convierte en un “saber sobre la
educación” (sobre sus “¿cómos, su por qués, sus hacia dónde?”).
El desarrollo
moderno de la pedagogía como ciencia o mejor, del saber pedagógico como
saber científico3 significa adicionalmente la sistematización de este saber de sus
métodos y procedimientos, y la delimitación de su objetivo, en una palabra, su
configuración como disciplina teórico-práctica. Por tanto, la pedagogía como
ciencia prospectiva3
de la educación, está condicionada por la visión amplia o
estrecha (mencionada antes) que se tenga de educación y, a su vez, por la
noción que se tenga del hombre, como ser que crece en sociedad.
De ahí que algunos limitan el concepto de pedagogía al arte de conducir a
los jóvenes en su crecimiento (físico, mental, emocional, etc), mientras otros
hablan ya de una pedagogía general que incluye, además de la pedagogía
orientada a los niños y jóvenes, la pedagogía universitaria y de adultos
(andragogía); también se habla de la pedagogía liberadora, de la justicia, o de la
pedagogía alemana, etc.
Sentadas estas precisiones, me adhiero a las tesis fundamentales de Rafael
Avila 5, particularmente:
• Mientras que la educación ha sido una acción continua, la pedagogía
ha sido intermitente (más o menos tematizada como saber social y,
modernamente, sistematizada como “saber científico”).
3
Para mí “ciencia” no es algo que se defina a partir de categorías a priori (como están tentados a hacerlo con frecuencia algunos
epistemólogos).
Por eso, mas que definir el concepto de “ciencia”, me refiero a un proceso histórico, mediante el cual un área del saber
social se sistematiza y organiza, se especializa, construye progresivamente su objeto y su metodología hasta ser, finalmente, canonizado
por la sociedad como “saber científico”. En este sentido me refiero a la evolución moderna de la pedagogía y de la didáctica, hasta
constituirse en “saberes científicos”. Veáse a este respecto Lyotard, Jean Francois.
La condición postmoderna. Informe sobre el saber
Madrid. Ed. Cátedra, 1984. 4 Sin pretender hacer una clasificación perfecta de las ciencias, me refiero en este trabajo a una distinción
entre saberes científicos en los que predomina la explicación de los fenómenos (como la distinción en los que predomina la explicación
de los fenómenos (como la historia), y aquellos orientados a su manejo pragmático (como la política). A los primeros doy el nombre
de “ciencia explicativa” o “ciencia interpretativa”. A los segundos doy el nombre de “ciencia prospectiva”, y equivalen a lo que
Rafael Avila, en la obra citada adelante, llama teoría práctica o ciencia aplicada.
• Mientras que la educación puede ser consciente o inconsciente, la
pedagogía es siempre y necesariamente un producto de la conciencia
reflexiva.
• La educación es a la pedagogía como la práctica a la teoría.
• La pedagogía es una teoría práctica cuya función es orientar las
prácticas educativas. Las teorías prácticas son ciencias aplicadas.
Enseñanza
La enseñanza o instrucción representa un aspecto específico de la práctica
educativa. Mientras que la educación se refiere al hombre como a un todo, y su
práctica se diluye en la sociedad en su conjunto, la enseñanza como práctica
social específica supone, por un lado, la institucionalización del quehacer
educativo, y por el otro, su sistematización y organización alrededor de procesos
intencionales de enseñanza-aprendizaje (o al menos de enseñanza…).
La aparición de la enseñanza como un proceso sistemático e institucional
supone una especialización creciente de las funciones en la sociedad, mediante
la cual no sólo se condensa el quehacer educativo en unos tiempos y espacios
determinados (aparición del fenómeno “escuela”), sino que también al interior
de éstos, se sistematiza y organiza el acto instruccional (aparición del fenómeno
“sesión de clase”).
Didáctica
El saber que tematiza el proceso de instrucción y orienta sus métodos, sus
estrategias, su eficiencia, etc., se llama didáctica 6.
La didáctica está entonces
orientada por un pensamiento pedagógico, ya que la práctica de la enseñanza es
un momento específico de la práctica educativa.
Mencionaba cómo la pedagogía tiende a especializarse, en pedagogía
específica, a partir de concepciones diferentes del hombre como ser que crece.
La enseñanza ha girado históricamente alrededor de los aspectos cognitivos e
intelectuales. Por ello, la didáctica como ciencia de la enseñanza, tiende a
especializarse fundamentalmente en torno a áreas o parcelas del conocimiento.
Se habla así de una didáctica general, como también de una didáctica de las
matemáticas o de las ciencias sociales, de una didáctica de la enseñanza
secundaria o de una didáctica del trabajo científico. Aunque también podría
hablarse de una didáctica de la sicomotrocidad o de una didáctica del
comportamiento intersubjetivo, en cuanto que estos aspectos pertenecen al
mundo de lo aprendido y, por lo tanto, de alguna manera pueden ser
“enseñados” sistemática y planificadarnente, en la educación institucionalizada.
La didáctica es entonces a la enseñanza lo que la pedagogía es a la
educación. Se trata de dos saberes (uno global, otro específico), que orientan
dos prácticas sociales (una mas global también, otra más específica). Si la
enseñanza es un momento específico, importante aunque no único, del proceso educativo, la didáctica será también un componente importante (aunque
tampoco único) de la pedagogía.
Como ésta, la didáctica ha evolucionado hacia
un saber científico de autonomía relativa, con objeto propio; es también una
teoría práctica, una ciencia prospectiva.
Así como puede darse una educación asistemática, prácticamente artesanal
o empírica, se podría igualmente hablar de una enseñanza artesanal o empírica.
En el primer caso, el “saber educar” no se habría tematizado en un saber
pedagógico, en el segundo caso, la enseñanza no estaría orientada por el saber
didáctico: cuando mucho, estaría orientada por la didáctica implícita (y poco
científica) al proceso rutinario de transmitir conocimientos en clase a unos
estudiantes pasivos que tratan de escuchar.
PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA
Resumiendo, la educación es un proceso amplio, integral; la enseñanza uno
específico. La ciencia pedagógica es la orientación metódica y científica del
quehacer educativo; la ciencia didáctica lo de la enseñanza. Hay, pues, en esta
visión de los cuatro componentes, una relación entre saber y práctica social, y
una entre lo global y lo específico. Ello nos permite completar el cuadro con las
siguientes afirmaciones fundamentales:
• La pedagogía responde científicamente a la pregunta “¿cómo
educar?”. La didáctica lo hace con la pregunta “¿cómo enseñar?”.
• Ambas preguntas tienen su horizonte específico: el de ¿cómo
educar? es el por qué y para qué de la educación y el de ¿cómo
enseñar? Es el por qué y para qué de la enseñanza. El primero es de
tipo antropológico-filosófico, el segundo, de tipo histórico-práctico.
• La pedagogía es la ciencia que orienta la labor del educador. La
didáctica orienta un aspecto específico de ella: su labor como
docente.
• Toda ciencia prospectiva se apoya a su vez en la ciencia explicativa.
Para saber cómo se educa, hay que conocer cómo es el hombre,
cómo crece: la pedagogía se apoya en la sicología y en la sicología
evolutiva. Para saber cómo se enseña, hay que saber cómo se
aprende: la didáctica se apoya en la sicología del aprendizaje.
• Toda ciencia se apoya igualmente mediante un trabajo
interdisciplinario, en disciplinas auxiliares. La pedagogía recurre
adicionalmente a la antropología y a la sociología: La didáctica a la
metódica, al manejo de los medios de comunicación, al diseño
curricular, etc.
• La didáctica se expresa en un currículo (mas aún, algunas corrientes
alemanas llaman a la didáctica la “ciencia del currículo” )8, mientras
que la pedagogía lo hace en un programa educativo, o en un proyecto
pedagógico.
• La didáctica se concretiza en el aula de clase, que tiene a la escuela
como su entorno.
La pedagogía “escolar” puede concretizarse en la escuela como
grupo humano, que tiene al sistema educativo de la sociedad
particular como entorno.
La pedagogía “familiar” en la familia, etc.
Didáctica sin pedagogía
Sin la perspectiva globalizadora e integradora de la visión pedagógica, la
didáctica es un instrumento para enseñar mejor, sin preocuparse por el “a quien”
: el alumno es un máquina pensante, acumuladora (y productora en el mejor de
los casos) de conocimientos.
La investigación educativa sucumbe a las
tentaciones positivas de limitarse a investigar metodologías empíricas para
pensar mejor, saber mas, diseñar mejores textos o audiovisuales, manejar de
una manera ordenada y sistemática el ambiente (colectivo, grupal o individual)
de clase.
Si bien la didáctica puede manejarse como un saber autónomo, con
objetivos y metodologías propios, como toda ciencia necesita un horizonte, al
perderlo, el “saber por el saber” se convierte en un fin. Y el horizonte de la
didáctica debe ser la pedagogía, así como el horizonte de la pedagogía es una
concepción determinada del hombre, de su crecer en sociedad.
A mi juicio, el gran pecado del “boom” de la tecnología educativa, de la
instrucción programada, fue precisamente el de aislar a la didáctica del
pensamiento pedagógico, convirtiéndola en una serie de fórmulas eficientes pero
carentes de norte.
Pedagogía sin didáctica
Pero por otro lado, tal vez la tentación más frecuente, sobre todo cuando se
atraviesan momentos cruciales de reflexión educativa y de replanteamientos
pedagógicos, es olvidarse de la didáctica, del arte (y la ciencia) concreto de
enseñar.
Denota cierto facilismo enfrascarse en discusiones interminables sobre los
fundamentos filosóficos o las connotaciones políticas, sociales y culturales del
quehacer educativo, olvidándose de enriquecer el saber sobre la tarea concreta a
desarrollar en el aula de clase. Es olvidarse de que existe un patrimonio cultural
importante en todas las áreas del conocimiento humano al cual tienen derecho
de acceso, y de participar eficientemente en su construcción y enriquecimiento,
todos los educandos.
Es olvidarse que si bien el quehacer educativo es
compartido por maestros, padres y por toda la sociedad en general, la enseñanza
ordenada y sistemática es responsabilidad casi exclusiva de los maestros.
Los
“oprimidos” se arguye, tienen derecho a apropiarse de su propio destino, a
participar en la construcción de un mundo, a desarrollar una conciencia crítica
frente a su situación (la reflexión pedagógica orientará una acción educativa que
faculte este tipo de crecimiento humano).
Pero, hay que añadir necesariamente,
los “oprimidos” también tienen derecho a elaborar conocimientos sólidos de matemáticas, de ciencias sociales, de biología, a aprender a manejar fluidamente
el lenguaje oral y escrito. Y ello debe ser hecho de una manera planificada y
eficiente; es decir, bajo la orientación de un saber didáctico específico.
En síntesis, el pecado de una pedagogía que prescinde de la didáctica es su
diletantismo, su incapacidad de orientar la labor diaria, concreta, del docente.
Dr. Ricardo Lucio A.2
En primera parte del presente ensayo algunos puntos de vista desde los cuales se pueda precisar un poco los alcances y diferencias entre los términos educación, pedagogía, enseñanza y didáctica. En la segunda parte planteo, con base en ejemplos, la necesidad de que el teórico y el práctico de la educación logren una coherencia mutua entre los quehaceres, íntimamente relacionados, de
educar, enseñar, hacer pedagogía y hacer didáctica.
PRECISIÓN CONCEPTUAL
Se habla muchas veces de pedagogía, cuando en realidad se está haciendo didáctica. Se confunde con frecuencia el quehacer educativo con el simple enseñanza. Se menciona, por otro lado, el diseño curricular y se alude al movimiento pedagógico.
En algunos textos se identifica la pedagogía como la ciencia de la educación, aunque también se habla de ciencias de la educación
(en plural). Aluden unos a la tecnología educativa, cuando en realidad debería hablarse mas bien de tecnología de la enseñanza. No se tiene claridad sobre si el profesor es un profesional de la pedagogía o un experto en didáctica. En fin, muchos superponen los términos educación y pedagogía, otros los de enseñanza y didáctica, como si fueran sinónimos.
Existe, a mi manera de ver, cierta confusión conceptual en el empleo de los términos educación, pedagogía, enseñanza, didáctica. Sugiero a continuación un enfoque, algo esquemático y ciertamente muy personal, mediante el cual se puede precisar el alcance temático específico y las relaciones mutuas entre estos cuatros dominios.
Educación
De los términos enunciados, quizá el más amplio sea el de educación.
Comienzo por él. Más que una definición, intento realizar una aproximación a lo
fundamental del concepto.
El hombre es un ser en continuo crecimiento. Crecer significa muchas cosas: evolucionar, desarrollarse, adaptarse, asimilar, recibir, integrarse, apropiarse, crear, construir. Este crecimiento se realiza (como en todo ser
biológico) gracias a un permanente intercambio con el medio; y ese medio es (específicamente para el hombre) eminentemente social. Educación, en sentido 2
Licenciado en Filosofía y Letras, Universidad Javeriana, Bogotá. Doctor en Filosofía (Educación), Universidad de Bonn,
Alemania Federal.
Lo que sucede es que la sociedad capitalista, interesada ante todo en la producción de mercancías por un hombre convertido en mercancía, ha puesto un doble límite a ese crecimiento: por un lado permite crecer en el sentido pasivo de recibir las destrezas necesarias para producir eficientemente y, como consecuencia, limita el crecimiento al
tiempo necesario para alcanzar la medida estándar de trabajador-mercancía.
El concepto de educación se restringe entonces, por un lado, a transmitir la información y desarrollar las destrezas necesarias para adaptarse al sistema de producción y, por el otro, se limita a una edad humana determinada: hay una época para educarse y otra diferente para producir.
2 amplio, es el proceso por el cual la sociedad facilita, de una manera intencional o
difusa, este crecimiento en sus miembros. Por tanto, la educación, es ante todo
una práctica social, que responde a, o lleva implícita, una determinada visión de
hombre (de lo que he llamado su crecer).
Contra estas restricciones se enfrentan conceptos contemporáneos tales
como el de educación liberadora y educación para la autodeterminación (que
superan el estrecho marco de la educación-transmisión) y el de educación
permanente (para un crecimiento en sentido amplio, que dura toda la vida).
Pedagogía
El proceso educativo puede desarrollarse de una manera artesanal, casi
que intuitiva, como lo han desarrollado todos los pueblos, en el transcurso de su
historia. En este sentido existe un saber implícito no tematizado en la práctica
educativa de todos los pueblos, que forma parte de su acervo cultural y que
llamaría ”saber educar”. En la medida en que este saber se tematiza y se vuelve
explícito, aparece la pedagogía. Hay pedagogía cuando se reflexiona sobre la
educación, cuando el “saber educar” implícito se convierte en un “saber sobre la
educación” (sobre sus “¿cómos, su por qués, sus hacia dónde?”).
El desarrollo
moderno de la pedagogía como ciencia o mejor, del saber pedagógico como
saber científico3 significa adicionalmente la sistematización de este saber de sus
métodos y procedimientos, y la delimitación de su objetivo, en una palabra, su
configuración como disciplina teórico-práctica. Por tanto, la pedagogía como
ciencia prospectiva3
de la educación, está condicionada por la visión amplia o
estrecha (mencionada antes) que se tenga de educación y, a su vez, por la
noción que se tenga del hombre, como ser que crece en sociedad.
De ahí que algunos limitan el concepto de pedagogía al arte de conducir a
los jóvenes en su crecimiento (físico, mental, emocional, etc), mientras otros
hablan ya de una pedagogía general que incluye, además de la pedagogía
orientada a los niños y jóvenes, la pedagogía universitaria y de adultos
(andragogía); también se habla de la pedagogía liberadora, de la justicia, o de la
pedagogía alemana, etc.
Sentadas estas precisiones, me adhiero a las tesis fundamentales de Rafael
Avila 5, particularmente:
• Mientras que la educación ha sido una acción continua, la pedagogía
ha sido intermitente (más o menos tematizada como saber social y,
modernamente, sistematizada como “saber científico”).
3
Para mí “ciencia” no es algo que se defina a partir de categorías a priori (como están tentados a hacerlo con frecuencia algunos
epistemólogos).
Por eso, mas que definir el concepto de “ciencia”, me refiero a un proceso histórico, mediante el cual un área del saber
social se sistematiza y organiza, se especializa, construye progresivamente su objeto y su metodología hasta ser, finalmente, canonizado
por la sociedad como “saber científico”. En este sentido me refiero a la evolución moderna de la pedagogía y de la didáctica, hasta
constituirse en “saberes científicos”. Veáse a este respecto Lyotard, Jean Francois.
La condición postmoderna. Informe sobre el saber
Madrid. Ed. Cátedra, 1984. 4 Sin pretender hacer una clasificación perfecta de las ciencias, me refiero en este trabajo a una distinción
entre saberes científicos en los que predomina la explicación de los fenómenos (como la distinción en los que predomina la explicación
de los fenómenos (como la historia), y aquellos orientados a su manejo pragmático (como la política). A los primeros doy el nombre
de “ciencia explicativa” o “ciencia interpretativa”. A los segundos doy el nombre de “ciencia prospectiva”, y equivalen a lo que
Rafael Avila, en la obra citada adelante, llama teoría práctica o ciencia aplicada.
• Mientras que la educación puede ser consciente o inconsciente, la
pedagogía es siempre y necesariamente un producto de la conciencia
reflexiva.
• La educación es a la pedagogía como la práctica a la teoría.
• La pedagogía es una teoría práctica cuya función es orientar las
prácticas educativas. Las teorías prácticas son ciencias aplicadas.
Enseñanza
La enseñanza o instrucción representa un aspecto específico de la práctica
educativa. Mientras que la educación se refiere al hombre como a un todo, y su
práctica se diluye en la sociedad en su conjunto, la enseñanza como práctica
social específica supone, por un lado, la institucionalización del quehacer
educativo, y por el otro, su sistematización y organización alrededor de procesos
intencionales de enseñanza-aprendizaje (o al menos de enseñanza…).
La aparición de la enseñanza como un proceso sistemático e institucional
supone una especialización creciente de las funciones en la sociedad, mediante
la cual no sólo se condensa el quehacer educativo en unos tiempos y espacios
determinados (aparición del fenómeno “escuela”), sino que también al interior
de éstos, se sistematiza y organiza el acto instruccional (aparición del fenómeno
“sesión de clase”).
Didáctica
El saber que tematiza el proceso de instrucción y orienta sus métodos, sus
estrategias, su eficiencia, etc., se llama didáctica 6.
La didáctica está entonces
orientada por un pensamiento pedagógico, ya que la práctica de la enseñanza es
un momento específico de la práctica educativa.
Mencionaba cómo la pedagogía tiende a especializarse, en pedagogía
específica, a partir de concepciones diferentes del hombre como ser que crece.
La enseñanza ha girado históricamente alrededor de los aspectos cognitivos e
intelectuales. Por ello, la didáctica como ciencia de la enseñanza, tiende a
especializarse fundamentalmente en torno a áreas o parcelas del conocimiento.
Se habla así de una didáctica general, como también de una didáctica de las
matemáticas o de las ciencias sociales, de una didáctica de la enseñanza
secundaria o de una didáctica del trabajo científico. Aunque también podría
hablarse de una didáctica de la sicomotrocidad o de una didáctica del
comportamiento intersubjetivo, en cuanto que estos aspectos pertenecen al
mundo de lo aprendido y, por lo tanto, de alguna manera pueden ser
“enseñados” sistemática y planificadarnente, en la educación institucionalizada.
La didáctica es entonces a la enseñanza lo que la pedagogía es a la
educación. Se trata de dos saberes (uno global, otro específico), que orientan
dos prácticas sociales (una mas global también, otra más específica). Si la
enseñanza es un momento específico, importante aunque no único, del proceso educativo, la didáctica será también un componente importante (aunque
tampoco único) de la pedagogía.
Como ésta, la didáctica ha evolucionado hacia
un saber científico de autonomía relativa, con objeto propio; es también una
teoría práctica, una ciencia prospectiva.
Así como puede darse una educación asistemática, prácticamente artesanal
o empírica, se podría igualmente hablar de una enseñanza artesanal o empírica.
En el primer caso, el “saber educar” no se habría tematizado en un saber
pedagógico, en el segundo caso, la enseñanza no estaría orientada por el saber
didáctico: cuando mucho, estaría orientada por la didáctica implícita (y poco
científica) al proceso rutinario de transmitir conocimientos en clase a unos
estudiantes pasivos que tratan de escuchar.
PEDAGOGÍA Y DIDÁCTICA
Resumiendo, la educación es un proceso amplio, integral; la enseñanza uno
específico. La ciencia pedagógica es la orientación metódica y científica del
quehacer educativo; la ciencia didáctica lo de la enseñanza. Hay, pues, en esta
visión de los cuatro componentes, una relación entre saber y práctica social, y
una entre lo global y lo específico. Ello nos permite completar el cuadro con las
siguientes afirmaciones fundamentales:
• La pedagogía responde científicamente a la pregunta “¿cómo
educar?”. La didáctica lo hace con la pregunta “¿cómo enseñar?”.
• Ambas preguntas tienen su horizonte específico: el de ¿cómo
educar? es el por qué y para qué de la educación y el de ¿cómo
enseñar? Es el por qué y para qué de la enseñanza. El primero es de
tipo antropológico-filosófico, el segundo, de tipo histórico-práctico.
• La pedagogía es la ciencia que orienta la labor del educador. La
didáctica orienta un aspecto específico de ella: su labor como
docente.
• Toda ciencia prospectiva se apoya a su vez en la ciencia explicativa.
Para saber cómo se educa, hay que conocer cómo es el hombre,
cómo crece: la pedagogía se apoya en la sicología y en la sicología
evolutiva. Para saber cómo se enseña, hay que saber cómo se
aprende: la didáctica se apoya en la sicología del aprendizaje.
• Toda ciencia se apoya igualmente mediante un trabajo
interdisciplinario, en disciplinas auxiliares. La pedagogía recurre
adicionalmente a la antropología y a la sociología: La didáctica a la
metódica, al manejo de los medios de comunicación, al diseño
curricular, etc.
• La didáctica se expresa en un currículo (mas aún, algunas corrientes
alemanas llaman a la didáctica la “ciencia del currículo” )8, mientras
que la pedagogía lo hace en un programa educativo, o en un proyecto
pedagógico.
• La didáctica se concretiza en el aula de clase, que tiene a la escuela
como su entorno.
La pedagogía “escolar” puede concretizarse en la escuela como
grupo humano, que tiene al sistema educativo de la sociedad
particular como entorno.
La pedagogía “familiar” en la familia, etc.
Didáctica sin pedagogía
Sin la perspectiva globalizadora e integradora de la visión pedagógica, la
didáctica es un instrumento para enseñar mejor, sin preocuparse por el “a quien”
: el alumno es un máquina pensante, acumuladora (y productora en el mejor de
los casos) de conocimientos.
La investigación educativa sucumbe a las
tentaciones positivas de limitarse a investigar metodologías empíricas para
pensar mejor, saber mas, diseñar mejores textos o audiovisuales, manejar de
una manera ordenada y sistemática el ambiente (colectivo, grupal o individual)
de clase.
Si bien la didáctica puede manejarse como un saber autónomo, con
objetivos y metodologías propios, como toda ciencia necesita un horizonte, al
perderlo, el “saber por el saber” se convierte en un fin. Y el horizonte de la
didáctica debe ser la pedagogía, así como el horizonte de la pedagogía es una
concepción determinada del hombre, de su crecer en sociedad.
A mi juicio, el gran pecado del “boom” de la tecnología educativa, de la
instrucción programada, fue precisamente el de aislar a la didáctica del
pensamiento pedagógico, convirtiéndola en una serie de fórmulas eficientes pero
carentes de norte.
Pedagogía sin didáctica
Pero por otro lado, tal vez la tentación más frecuente, sobre todo cuando se
atraviesan momentos cruciales de reflexión educativa y de replanteamientos
pedagógicos, es olvidarse de la didáctica, del arte (y la ciencia) concreto de
enseñar.
Denota cierto facilismo enfrascarse en discusiones interminables sobre los
fundamentos filosóficos o las connotaciones políticas, sociales y culturales del
quehacer educativo, olvidándose de enriquecer el saber sobre la tarea concreta a
desarrollar en el aula de clase. Es olvidarse de que existe un patrimonio cultural
importante en todas las áreas del conocimiento humano al cual tienen derecho
de acceso, y de participar eficientemente en su construcción y enriquecimiento,
todos los educandos.
Es olvidarse que si bien el quehacer educativo es
compartido por maestros, padres y por toda la sociedad en general, la enseñanza
ordenada y sistemática es responsabilidad casi exclusiva de los maestros.
Los
“oprimidos” se arguye, tienen derecho a apropiarse de su propio destino, a
participar en la construcción de un mundo, a desarrollar una conciencia crítica
frente a su situación (la reflexión pedagógica orientará una acción educativa que
faculte este tipo de crecimiento humano).
Pero, hay que añadir necesariamente,
los “oprimidos” también tienen derecho a elaborar conocimientos sólidos de matemáticas, de ciencias sociales, de biología, a aprender a manejar fluidamente
el lenguaje oral y escrito. Y ello debe ser hecho de una manera planificada y
eficiente; es decir, bajo la orientación de un saber didáctico específico.
En síntesis, el pecado de una pedagogía que prescinde de la didáctica es su
diletantismo, su incapacidad de orientar la labor diaria, concreta, del docente.
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