Capítulo 12Escritura: segunda etapa
INTRODUCCIÓN
Los niños pequeños con síndrome de Down que han aprendido a leer a edades tempranas, han practicado la composición de frases con las palabras escritas previamente en cartulinas. También han realizado un gran número de ejercicios de formación de palabras con las sílabas que estaban ya escritas en cartulinas pequeñas o en etiquetas autoadhesivas. Con esos ejercicios, el niño ha comprendido qué es componer un texto escrito, una frase, a partir de sus elementos más simples como palabras o sílabas. Ha memorizado muchas sílabas de uso frecuente.
La mayoría de los niños que son capaces de realizar estas tareas alrededor de los 6 años, no tienen capacidad para escribir manualmente todo lo que leen y componen.
El objetivo de la segunda etapa del método de escritura es que el niño aprenda el trazado de cada una de las letras del alfabeto, el enlace o unión de letras en sílabas y la formación de palabras y primeras frases.
A pesar de todas las dificultades que conlleva el aprendizaje de la escritura de las letras, creemos que el niño con síndrome de Down debe empezar a ejercitarse relativamente pronto. Sucede como en otras áreas del desarrollo que, aunque es cierto que no se logran ciertas adquisiciones y destrezas hasta que se alcance la madurez suficiente, esta madurez se adquiere antes y mejor si se realizan ejercicios adecuados con buena práctica y suficiente repetición. No basta con esperar pasivamente a que en un niño con síndrome de Down surja la madurez por sí sola. Es una realidad, comprobada con muchas experiencias que, de algún modo la función es capaz de crear el órgano.
LETRA SCRIPT Y LETRA CURSIVA
La elección del tipo de letra a enseñar es un tema de permanente controversia. Los partidarios de la llamada letra script, que es la semejante a la letra minúscula de imprenta, defienden su uso porque es más fácil de trazar. Tienen razón en ello. Es la letra que habitualmente utilizan los niños en las escuelas sajonas y en muchas escuelas latinoamericanas. Las dificultades que plantea la letra script son las de carácter perceptivo por las fáciles confusiones que pueden producirse entre b y d, y entre p y q. También es un problema la falta de unión entre las letras, que no se trazan enlazadas. Ello hace más difícil ver la palabra como un todo. Incluso a veces no se ve la separación entre una palabra y otra porque los niños no dejan espacio suficiente entre ellas. Cuando se intenta enseñar a los niños a enlazar las letras, es preciso una nueva enseñanza y práctica.
Los partidarios de la letra cursiva o enlazada la defienden porque se escribe con más rapidez, la palabra se percibe como una unidad, se promueve un estilo propio y personal, y no es fácil que se produzcan confusiones perceptivas por que las letras se diferencian claramente entre sí. Sin embargo, es cierto que los rasgos de las letras que son complejos, hacen difícil el aprendizaje y dominio de su trazado. Los cambios de dirección que es preciso realizar en muchas letras, manteniendo la dirección correcta y realizando un trazado continuado hacia la derecha, exigen mucha práctica.
A pesar de estos inconvenientes, nosotros proponemos que en nuestro contexto cultural se enseñe a escribir a los niños con síndrome de Down con la letra cursiva. Además de las razones generales señaladas más arriba, es preciso tener en cuenta que es el tipo de letra que aprenden los niños en las escuelas españolas. Actualmente hay en España muchos textos escolares y cuentos para las primeras etapas que están impresos en letra cursiva. Pero quizás, la razón más importante es que es el tipo de letra que hacen los adultos en sus textos manuscritos. Consideramos que, siempre que sea posible, los niños con síndrome de Down, al igual que otros niños con discapacidad intelectual, deben aprender las tareas tal y como van a realizarlas después. A la larga es más efectivo, aunque se emplee más tiempo en el aprendizaje. Hacer cambios después, implica muchas veces volver a empezar, especialmente en tareas de coordinación motriz, tan complejas.
Como explicamos en el método de lectura, utilizamos esta letra desde el principio precisamente para facilitar al niño su percepción y memorización que le facilitarán la escritura de las palabras. Al escribir podrá evocar las formas que con tanta facilidad y rapidez reconoce cuando las ve.
La elección de la letra cursiva nos obliga a ser extremadamente cuidadosos en la preparación de los trabajos y en el modo de enseñar a los niños para hacer que la tarea les sea lo más asequible posible. Por este motivo, cada una de las letras debe carecer de adornos, rabitos y vueltas que sean innecesarios y que compliquen el modo de escribirla. A veces el palo vertical de la d la hace parecida a una l o en la q se añade una rayita en la línea vertical que no hace falta. Cuanto más sencillas sean las letras, mejor. Conviene observar a cada niño para comprobar si, a pesar de este consejo general, es mejor hacer algún adorno que facilite al niño el trazado de formas claramente distintas entre unas letras y otras.
Por ejemplo, si se le enseña una r sin giro al final de la primera línea que sube, el niño puede trazarla casi como una s, o si la v tampoco tiene una vueltecita antes de la línea que va a servir para enlazar, el niño puede trazar la u y la v de un modo igual.
Durante la fase de aprendizaje, el alumno debe tener ante sí modelos que estén muy bien hechos y que siempre sean idénticos. Es preciso tener en cuenta que los niños con síndrome de Down necesitan mucho tiempo y bastantes repeticiones de ejercicios para lograr la interiorización de las grafías. Si cada vez que repasan o copian una letra, ésta se presenta con diferente forma, con más o menos adornos, se le confunde y se retrasa el aprendizaje de su trazado automático.
Otra de las ventajas de modelos buenos para copiar es que desde el principio se trabaja la caligrafía. A pesar de las dificultades, vale la pena esforzarse para que el alumno tenga una letra clara y bonita. Con los primeros modelos, además de interiorizar las grafías y aprender el modo de trazarlas, se da cuenta de las proporciones, de la separación entre letra y letra y de que no debe amontonarlas ni separarlas demasiado.
Conforme van adquiriendo soltura, incluso teniendo modelos idénticos, los alumnos evolucionan y desarrollan su modo peculiar de escribir, tienen su propia letra personal. Si se observa que el alumno hace una letra difícil de leer, se le propondrá que haga ejercicios de caligrafía para mejorarla y facilitar así su legibilidad. Sin embargo, debe respetarse su propio estilo de escribir. Con esto queremos decir que el alumno mayorcito, que es ya escritor, no realizará planas de caligrafía propias de un niño pequeño que está empezando. Pero sí se le animará para que se esfuerce por mejorar y hacer más clara y bonita su propia letra.
OBJETIVOS
El objetivo general de la segunda etapa es que el alumno trace todas las letras del alfabeto, sea capaz de unir las letras formando sílabas y palabras y escriba las primeras frases.
Para lograrlo, se trabaja poco a poco, teniendo en cuenta los objetivos específicos en los que procurará que el alumno:
- Repase con ayuda su nombre escrito con líneas de puntos.
- Trace sin ayuda las vocales que tiene su nombre.
- Trace sin ayuda las consonantes de su nombre.
- Trace sin ayuda la mayúscula inicial de su nombre.
- Repase correctamente sin ayuda, su nombre escrito con líneas de puntos.
- Escriba su nombre copiándolo de un modelo.
- Escriba su nombre, sin modelo, de un modo claro y legible.
- Trace todas las vocales
- Trace todas las consonantes.
- Trace las diferentes combinaciones de consonante y vocal enlazadas formando sílabas directas.
- Complete palabras escribiendo las sílabas que faltan.
- Escriba palabras sencillas copiándolas.
- Escriba palabras con 2 sílabas directas sin modelo.
- Escriba palabras de sílabas directas.
- Escriba palabras con una sílaba directa y otra trabada.
- Escriba palabras que tengan una sílaba inversa.
- Escriba palabras que tengan un grupo consonántico.
- Escriba cualquier palabra que se le dicte.
- Escriba palabras que él piense: completando frases, contestando preguntas, haciendo listados, etc.
- Escriba frases sencillas.
Esta lista de objetivos específicos puede servir de orientación para el orden a seguir, pero es preciso utilizarla con gran flexibilidad. Por ejemplo, en los primeros objetivos puede suceder que para un niño sea más fácil y motivador escribir otras palabras que no sean su propio nombre, porque a lo mejor es tan largo y las letras que contiene pueden ser tan difíciles de trazar, que será recomendable empezar con otras palabras más fáciles de escribir. Otro ejemplo es que el objetivo 19 puede trabajarse con frases muy sencillitas en cuanto el niño escribe 2 o 3 palabras.
También sucede que el enlace de letras para formar sílabas debe empezarse a trabajar antes de que el niño haya aprendido a trazar todas las letras del alfabeto. Como explicaremos luego, en cuanto aprende la m, la a y la p, se le enseña a enlazarlas. Muy poco después debe escribir mamá y papá. Aconsejamos hacer uso de la flexibilidad y sentido común para actuar siempre en beneficio del progreso y motivación del alumno. Es preciso evitar frustraciones y pérdida de tiempo.
El aprendizaje se hace lentamente, letra a letra, de una en una. Como hemos dicho, salvo que haya motivos para empezar con otra palabra, aconsejamos iniciar con el nombre del niño. Si no es muy complicado de aprender, es muy motivador que pueda escribirlo cuanto antes en sus hojas de trabajo. Esto puede hacerlo aunque aún no sepa escribir en sentido propio. Cada día se puede empezar la sesión de escritura con el ejercicio de repasar su propio nombre, para después escribirlo en su hoja de trabajo. El niño hará lo que buenamente pueda. Al principio será como un garabato, luego como un dibujo aprendido y realizado con irregularidad, se verán líneas hacia arriba y hacia abajo y a lo mejor no se reconocen grafías. Lo importante es que el niño capta qué es escribir y realiza ejercicios motores facilitadores de la escritura.
Con cada una de las letras, el primer objetivo es que el alumno inicie el trazo en el lugar correcto
y realice el movimiento en la dirección adecuada que le permite hacer la forma de la letra. Debe terminarla a la derecha para facilitar el enlace con la siguiente. Desde el principio se le enseñará a trazar las letras sin levantar el lápiz del papel.
MODO DE TRABAJAR
La enseñanza-aprendizaje de letras, sílabas y palabras en sus aspectos fundamentales se hace de un modo semejante en los tres casos.
Se prepara una hoja de papel en cuya parte superior está escrito el nombre del niño, (la letra, la sílaba o la palabra en su caso), en tamaño grande,
con rotulador rojo de punta gruesa. Debajo se escribe de nuevo el nombre, (letra, sílaba o palabra), con línea de puntos o trazo discontinuo. El objetivo es que el niño haga un ejercicio de repasar por encima. El profesor llevará la mano del niño para dirigirle en los giros y movimientos de desplazamiento y para evitar que levante la mano. Poco a poco, el niño se da cuenta de que no se trata de dibujar, sino que es necesario trazar de un modo determinado. Después del ejercicio de repasar por encima, se le puede decir al niño que lo copie. Al principio le saldrá sólo un garabato ilegible, pero el movimiento de desplazamiento con las subidas y bajadas imitando la acción de escribir su nombre, es un buen ejercicio de entrenamiento.
A continuación se empezará la enseñanza del trazado de las vocales que tiene el nombre del niño. Se elige la más sencilla o más significativa. En la parte superior de una hoja se escribe cuatro o cinco veces la vocal elegida. Como ya hemos dicho, se hará con rotulador rojo de punta gruesa.
Las letras estarán trazadas con la máxima perfección posible, igualadas entre sí en cuanto a los rasgos y al tamaño. Serán suficientemente grandes como para que el niño perciba con claridad la forma, los rasgos y se dé cuenta de la dirección a seguir.
Debajo de cada letra se escribe otra del mismo tamaño, con líneas de puntos. Puede usarse otro color y grosor para trazarla. Se señala con un punto grueso, que destaque bien, el sitio exacto en el que hay que apoyar la punta del lápiz para iniciar el trazo. Las primeras vocales las trazará llevado de la mano del profesor si lo acepta de buen grado. En el momento en el que el niño haya interiorizado la dirección y tenga cierto control del movimiento trazando la letra de forma automática, empieza a limitarse el espacio con paralelas para que escriba las letras entre ellas. El objetivo de esta limitación espacial es que el niño trace las letras de un tamaño semejante y proporcionado. Inicialmente el espacio entre las paralelas tendrá la suficiente anchura como para que el niño trace las letras del mismo tamaño que lo ha hecho en el papel sin pautas. Se preparan 3 filas de paralelas.
En la fila superior el profesor escribe las letras modelo. En la segunda fila se preparan las letras escritas con líneas de puntos para que el niño las repase, destacando con un punto el lugar de inicio. La tercera fila es como la segunda, pero sin la ayuda gráfica del punto que señala el sitio en el que se comienza el trazado. El alumno debe esforzarse y recordarlo.
Después de realizar varias láminas el niño será capaz de trazar esa letra con seguridad y rapidez, siguiendo la dirección correcta. En ese momento puede dejarse en blanco una de las filas de paralelas, sin las letras hechas con líneas de puntos. Sólo se señala el lugar de comienzo de cada letra.
Si el niño se pierde al comenzar la tarea y se ve que no es capaz de trazarla, se volverá a la ayuda gráfica de las líneas discontinuas.
Poco a poco se disminuye la anchura de las paralelas y se observa cuál es el tamaño más adecuado para un buen resultado, en función de la evolución neuromotriz del alumno. Hay que tener cuidado porque si hay poco espacio, rebasará los límites. Si hay un espacio grande, su grafía quedará pequeña y desigual y no se conseguirá que interiorice un tamaño semejante para el mismo tipo de letras, que en este caso son las vocales.
Durante bastante tiempo será necesario que el alumno se ejercite en el trazado de cada letra en hojas de trabajo que tengan cuatro filas de paralelas. La primera fila es para el modelo que pone el profesor, la segunda es para las letras hechas con líneas de puntos, la tercera se deja sin ayudas gráficas para que el niño muestre cómo va aprendiendo a hacerlo solo, y la última fila se prepara con letras hechas con línea discontinuas para que el niño las repase, terminando así la tarea con un resultado aceptabe.
El trabajo de aprendizaje de las consonantes se hace de un modo semejante. Se empieza con las consonantes que tiene el nombre del alumno.
Después se eligen aquellas que se trazan con facilidad y que, además, se encuentran con mayor frecuencia en las palabras que el niño lee con soltura, por ejemplo m, p, t, l, c, n, d, s.....
Esto permite realizar algunas tareas en las que la lectura y la escritura se refuerzan mutuamente.
Se dejan para el final las letras más difíciles de trazar por sus giros, como la g, j, f. Por último se practican las de muy poco uso en español como la k, x y w.
Los pasos a seguir son semejantes a lo explicado para el aprendizaje de las vocales: 1) repaso de la consonante trazada con líneas discontinuas en papel sin pautas, con modelo realzado en la parte superior; 2) repaso de la letra escrita entre paralelas con línea de puntos; 3) copia de la letra-modelo, con la ayuda gráfica de un punto que señale el lugar de comienzo; 4) trazado de la letra sin ayuda.
Para las letras altas como la l, t, b, se preparan paralelas con 3 líneas y 2 espacios, pueden ser de 7 y 5 mm.
El espacio de arriba será más ancho que el de abajo. La línea superior puede hacerse más gruesa o de color diferente a las otras. El objetivo de esa línea es ayudar al niño para la ejecución de un trazo más largo hacia arriba, que debe tocar la línea, sin sobrepasarla antes de seguir hacia abajo. Si la letra es la l, es muy fácil que el giro lo haga antes de tiempo, sin trazar lo suficiente hacia arriba, por lo que la letra no se hace alta y parece una e, Algo semejante, pero que se muestra con mayor evidencia, sucede con las letras g, j. También para ellas se ponen 3 líneas paralelas, dejando 2 espacios. El espacio inferior tiene que ser más ancho. La línea de abajo es la que debe destacar más por su grosor o color.
El objetivo es que sirva de ayuda para que el niño continúe el trazo vertical hasta tocarla, antes de hacer el giro. Este giro suelen hacerlo con tanta rapidez que queda la letra corta. Es curioso que incluso puede verse esta particularidad al analizar la caligrafía de las personas mayores con síndrome de Down que escriben con soltura.
Para la letra f, se ponen cuatro líneas paralelas, con tres espacios. El superior e inferior deben ser iguales de anchos, y el de en medio más estrecho.
A pesar de esta ayuda gráfica es frecuente observar que el trazo alto llega hasta la línea superior, pero que les resulta más difícil que el trazo bajo llegue hasta la línea de abajo. Cuando se prescinde de las paralelas, se ve generalmente que ambos rasgos los trazan con diferente longitud.
Algunos niños con síndrome de Down pueden aprender mejor a trazar las letras y a escribir con papel cuadriculado. Los cuadritos, si se ven bien y son de un tamaño adecuado, (5 ó 6 mm. de lado al principio y nunca menores de 4 mm.), pueden ser una buena referencia para el tamaño y anchura de cada letra y para la separación entre unas y otras. La cuadrícula es una gran ayuda para tener mejor letra. Sin embargo hay niños que tienen dificultades con ella por los problemas perceptivos de figura-fondo. Otros niños tienen dificultades porque el esfuerzo de coordinación visuomotora y de control para ajustarse a los cuadritos, está por encima de sus capacidades. Conviene hacer pruebas con cada alumno antes de adoptar o rechazar el papel cuadriculado como modo de trabajar la caligrafía.
Algo parecido sucede con la anchura que deben tener las paralelas que se preparan para cada alumno. Siempre se adaptarán al momento evolutivo y a la capacidad del alumno, facilitándole la escritura y no complicándosela con mayor o menor anchura de la que es buena para él.
Para practicar el trazado de letras, cuando el niño ha interiorizado forma y dirección, es recomendable que el mínimo de anchura de las paralelas sea de 7 mm. Poco a poco pueden disminuirse hasta llegar a los 3 ó 4 mm. para los alumnos que escriben con soltura.
Los modelos de letra que ofrecemos en esta obra son muy adecuados y están ampliamente experimentados. Pueden elaborarse otros con ayuda de internet o de cuadernos impresos de escritura. Una vez más, cada profesor elegirá lo mejor para su alumno en función de sus características propias.
ENLACE DE LAS LETRAS. LAS SÍLABAS
No es preciso esperar a que el niño haya aprendido a trazar todas las letras del alfabeto para enseñarle cómo se hacen los enlaces y cómo se forman las primeras sílabas. De hecho, en cuanto traza la m que es una de las primeras consonantes que aprende a escribir, se le puede enseñar a unirla con las 5 vocales.
Este aprendizaje lleva bastante tiempo en sus comienzos. A la dificultad de recordar y hacer cada grafía, se añade la de la de tenerlas que unir con una línea que es un poco diferente en función de la vocal que va detrás. El movimiento general debe hacerse todo seguido, sin levantar el lápiz del papel.
Las mejores estrategias que facilitan la tarea del alumno son la preparación de sílabas grandes para repasar y llevarle la mano en los primeros ejercicios. De este modo siente los movimientos semirrotatorios que tiene que hacer sin levantar el lápiz. Después el niño hará las grafías sólo con las ayudas verbales como: «siiigue... siiigue..., más, más... hasta la raya roja... vuelve... baja... haz el rabito» o cualquier otra indicación verbal que le ayude a seguir los movimientos adecuados.
El trabajo de enlace con las primeras letras puede hacerse pesado hasta que el niño adquiere soltura suficiente, porque requiere bastante tiempo. Sin embargo, luego se recupera porque aprende rápidamente a enlazar el resto de las letras formando las sílabas.
Consideramos fundamental que el niño interiorice y trace las sílabas de forma casi automática porque es lo que más va a ayudarle para escribir después con facilidad. Cuando oye una palabra, percibe los sonidos de las sílabas y no los de las letras aisladas. Al mismo tiempo que la oye, asocia esa palabra con la imagen visual de la misma que ha aprendido a reconocer con el método de lectura. Por este motivo insistimos en la conveniencia de que el niño se ejercite mucho enlazando letras para formar sílabas, aunque haya que dedicarle bastante tiempo a esta tarea. Con suficiente práctica, el niño evocará con rapidez las formas gráficas que corresponden a los sonidos y adquirirá la habilidad manual suficiente para trazarlas con soltura.
PRIMERAS PALABRAS
Las primeras palabras que el niño puede repasar y copiar son aquellas cuya sílaba se repite, como sucede con papá y mamá. También puede hacerlo con palabras fáciles, de tres letras, como pie y pan. Estas palabras serán las que comience a escribir al dictado y de un modo espontáneo, sin modelo, porque puede aprenderlas con rapidez.
Conforme aprenda el trazado de más consonantes, practicará su enlace con vocales formando sílabas y aprendiéndolas de memoria. Esto le servirá para repasar y copiar mayor número de palabras.
Durante el proceso de aprendizaje lector, el niño ha trabajado mucho con las sílabas, completando y formando palabras. Se ha acostumbrado a nombrar las sílabas, a veces jugando a lotos y otras veces a memorys. Esa interiorización silábica debe practicarla cuando escribe uniendo las letras, porque le sirve de gran ayuda para saber cómo tiene que formar las palabras escritas.
Es muy útil que realice ejercicios completando palabras con las sílabas que faltan. Se prepara una lámina con varios dibujos, cuyos nombres contengan una sílaba igual. Los primeros ejercicios tendrán esa sílaba en la posición final de cada palabra. Se trata de facilitar al niño la evocación de la sílaba a escribir porque al mirar el dibujo y decir la palabra correspondiente, el último sonido es el de la sílaba que tiene que poner. El niño puede recordarla con más facilidad e ir diciéndola por dentro o en voz alta mientras la escribe. Por ejemplo, si se trata de la sílaba to, puede completar pa..to, mo...to y ga...to. Después no importará el lugar que ocupe la sílaba a escribir. Paulatinamente se trabajará con otras sílabas de uso frecuente en el vocabulario del alumno. Para hacerle más fácil la tarea, pueden ponerse sílabas modelo en la hoja de trabajo para que las copie y después vuelva a escribirlas completando las palabras.
Después se dejará que el niño forme palabras de dos sílabas. Para ello se prepara una hoja con las sílabas que va a necesitar para que las trace debajo. Además se ponen los dibujos para que escriba sus nombres correspondientes utilizando las sílabas que acaba de copiar.
A continuación hará un trabajo semejante pero, en este caso, sin trazar previamente las sílabas, aunque puede tenerlas como modelo para poder copiarlas.
Finalmente se quitarán los modelos de las sílabas y el niño completará las palabras evocando mentalmente las sílabas que necesita y trazándolas a continuación.
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