Descripción y uso del material básico
TARJETAS-PALABRA
Las tarjetas-palabra se preparan 2 o más tarjetas de 15 x 5 cm. por cada una de las tarjetas-foto y tarjetas-dibujo.
En las tarjetas se escriben los nombres utilizados en las tarjetas-foto o tarjetas-dibujo, trazando el mismo tipo de letra, de igual tamaño y color. Es preciso que sea así porque el objetivo de este material es que el niño realice ejercicios de asociación de palabras iguales. En fases posteriores asociará palabras iguales aunque estén escritas con diferente caligrafía, tamaño y color.
Para trabajar con este material se empieza mostrando al niño la primera tarjeta que se ha hecho con su foto y su nombre, Se hacen comentarios sobre la foto y se invita al alumno a que se fije bien y haga lo mismo.
—¡Mira! ¿Quién es?
—Miriam
—¡Eres tú! Tienes un vestido muy bonito... (señalando la foto) Tiene flores.
—¿Qué es esto...?
—Las gafas.
—Y esto... son las coletas.
Después de un diálogo parecido a éste se ayuda al niño a fijarse en la palabra escrita debajo de su foto.
—Mira, aquí pone Miriam (señalando la palabra). ¡Tu nombre!
—Yo leo: Miriam. Ahora lee tú.
—Miriam
—Bien, has leído tu nombre: Miriam.
Después se atrae la atención del alumno sobre la tarjeta-palabra que sólo tiene el nombre escrito, y se establece un diálogo similar a éste:
—¡Miriam! ¡Mira! ¿Sabes qué pone aquí? (si la niña no contesta, lo dice el adulto)
—Miriam.
—¡Muy bien! Aquí pone Miriam (señalando la tarjeta-palabra) y aquí también pone Miriam (señalando la palabra escrita en la tarjeta-foto). Son iguales.
—Ahora voy a poner Miriam, con Miriam (se emparejan los dos nombres poniendo la tarjeta-palabra encima de la palabra de la tarjeta-foto).
Se toma otra tarjeta en la que sólo está escrito el nombre y se invita al alumno a que haga lo mismo con ella.
—Toma, otra tarjeta igual
—¿Qué pone aquí?
—Miriam
—Bien, ahora pon tú "Miriam con Miriam". Encima.
—Bien. Ahora dime qué pone
—Miriam...
En la sesión siguiente se repite la misma actividad. Si se considera que el alumno la ha comprendido y la recuerda se avanza introduciendo una nueva palabra.
La segunda tarjeta-foto puede ser la de papá o mamá. La forma de presentársela es la misma que antes. Después se trabaja con las 2 palabras. Esta actividad tiene más dificultad porque el alumno tiene que discriminar entre las 2 palabras pero, por otra parte, tiene la ventaja de que con varias tarjetas pueden hacerse más actividades, lo cual sirve al alumno para progresar en su atención.
Los diversos ejercicios que pueden realizarse son:
- Asociación o emparejamiento de las tarjetas-foto con sus tarjetas-palabra.
- Asociación de las tarjetas-palabra con las tarjetas-palabra que son iguales.
- Clasificación: de todas las tarjetas que son iguales. Se necesitan 4 ó 5 tarjetas de cada una de las palabras.
- Selección: se pide al alumno que seleccione la tarjeta-palabra que se nombra.
- Denominación: se pide al alumno que mire y diga el nombre de la palabra que está escrita en cada una de las tarjetas que se le muestra.
Estas actividades están ordenadas en grado creciente de dificultad. Para que el alumno pueda realizar una, tiene que tener seguridad con la anterior. Hay que tener en cuenta que entre una y otra hay un tiempo de maduración que no se puede saltar y hay que esperar a que el alumno esté preparado para el paso siguiente.
Esta forma de trabajar, como queda reflejada en el capítulo 4, es válida tanto para reconocer palabras muy variadas que designan personas, animales o cosas, así como colores, tamaños, etc. Si el alumno ya las conoce desde la etapa de estimulación, porque ha realizado actividades de aprendizaje perceptivo-discriminativo ahora sólo debe darse cuenta de que tiene que hacer el mismo trabajo de atención, discriminación, asociación, clasificación y selección. La diferencia es que ahora debe realizar esas actividades con tarjetas-foto y tarjetas-palabra y no sólo con los dibujos de sus tarjetas.
Cuando el alumno trabaja con 3 o más tarjetas se pueden hacer actividades como:
- Colocar las tarjetas-foto sobre la mesa en 1 o 2 filas. Se entrega al alumno una tarjeta-palabra para que la coloque encima de la palabra escrita en la tarjeta-foto correspondiente. También se le pueden ofrecer al mismo tiempo todas las tarjetas-palabra, y que él elija una cada vez y la coloque en el sitio que corresponde.
- Se le entregan al alumno tarjetas-palabra repetidas como mínimo 4 de cada palabra. El alumno tiene que clasificar todas las tarjetas, agrupando las que son iguales, en tantos grupos como palabras diferentes haya. Se empieza trabajando con 2 palabras diferentes. No conviene hacerlo con más de 5.
- Se disponen sobre la mesa las tarjetas-palabra que el alumno está aprendiendo. El profesor le pide una y él tiene que seleccionarla y entregársela.
- Se entregan al alumno las tarjetas-palabra, el profesor se queda con las tarjetas-foto. La actividad consiste en que el alumno tiene que coger una de las que tiene en la mano, leerla y pedirle al profesor, nombrándola, la tarjeta-foto correspondiente.
- Se puede invertir el orden, entregarle al alumno las tarjetas-foto, y el profesor se queda con las tarjetas-palabra. Ahora le toca pedir al profesor, pero en lugar de decir el nombre, le dice "dame ésta... " enseñándole unos segundos una de las tarjetas. El niño debe mirar, reconocer y retener dicha palabra para buscarla entre sus tarjetas.
- Se ponen encima de la mesa todas las tarjetas-palabra, en un sólo montón y vueltas hacia abajo. Se reparten las tarjetas-foto entre alumno y profesor y cada uno los coloca frente a él, sobre la mesa. Por turno se coge una tarjeta del montón, se lee y si se tiene la tarjeta-foto se coloca encima, si no, se vuelve a dejar en el montón y "gana" quien acaba antes su asociación.
- El profesor va enseñando al alumno las tarjetas-palabra para que las lea. Si lo hace correctamente, la tarjeta se la queda el alumno, si no la reconoce, la tarjeta es para el profesor y "gana" el que tiene más tarjetas. Si el profesor ve que el alumno ha cometido muchos errores puede darle "otra oportunidad". En esta ocasión, cuando el alumno no lea una palabra se le ayuda con pistas: "es un animal", "sirve para... ", hasta que dé la respuesta correcta y consigue "ganar todas las tarjetas".
Descripción y uso del material básico
LOTOS DE PALABRAS
Los primeros lotos de palabras se confeccionarán con las primeras palabras que el niño reconoce y asocia en las tarjetas-foto y en las tarjetas-palabra. En cartulina de tamaño 30 x 21 cm. o de tamaño 21 x 15 cm. se delimitan claramente dos espacios en cada uno de los cuales se escribe o imprime una de las palabras, tal y como se ha hecho en las tarjetas-palabra. Conviene hacer varios lotos con las mismas palabras pero colocadas en distinta posición. También es aconsejable disponer de fundas de plástico, dentro de las cuales cada lámina esté más protegida y en la que puedan guardarse sus propias tarjetas-palabra de asociación que le correspondan.
Se confeccionarán suficientes lotos para que el niño realice tareas de asociación con todas las palabras que va reconociendo y asociando con las tarjetas-foto y las tarjetas-dibujo. Poco a poco se aumentará el número de palabras de cada loto, reduciendo el tamaño de la letra, en función de los progresos que realice el alumno. La precaución imprescindible es que las tarjetas-palabra deben ser del tamaño similar a los espacios delimitados en el loto. Para que la tarea sea más fácil para el alumno, los primeros lotos pueden prepararse de modo que puedan usarse las tarjetas-palabra que el niño tiene y ya conoce bien.
Para comenzar el trabajo con los lotos de palabras se le presenta al alumno la cartulina con las palabras escritas. Se le enseña una de las tarjetas-palabra y se establece un diálogo:
—«Toma esta tarjeta. Pone mamá. Busca aquí (señalando la lámina), dónde pone mamá».
El niño debe rastrear visualmente la cartulina, localizar la palabra «mamá» y señalarla. El profesor continúa:
—«¿Es igual?» —mientras ayuda al niño a acercar la tarjeta-palabra a la palabra igual localizada en la lámina.
El niño asiente, y el profesor indica: —«ahora ponla encima».
Si el alumno se ha equivocado, señalando una palabra incorrecta, al hacer la aproximación le ayudará a fijarse mejor:
—«¿Son iguales? Fíjate bien. Mira esta otra. ¿Son iguales?»
El niño se dará cuenta, contestará afirmativamente y entonces pondrá la tarjeta-palabra encima de la que es igual del loto.
Si es preciso, se le prestará ayuda física para que la ponga en su sitio.
Descripción y uso del material básico
LOTOS DE DIBUJOS
Estos lotos se preparan colocando en cartulinas o en hojas de papel de 30 x 21 cm. fotos, figuras, dibujos, sin escribir los nombres.
Como decíamos antes, en el caso de lotos de palabras, conviene preparar varios lotos con dibujos iguales, pero colocados en diferentes lugares de la lámina y en distinta posición. Por separado se preparan las tarjetas-palabra con los nombres de los dibujos. El niño debe reconocer las palabras escritas en las tarjetas, localizar el dibujo que corresponda y colocar la tarjeta debajo o encima del dibujo. La dificultad estriba en que no dispone del modelo de la palabra escrita para confrontar. Otro modo de trabajar es realizar el ejercicio a la inversa, o sea «leer » nombrando los dibujos de la lámina y buscar a continuación las palabras escritas que debe asociar.
Conforme el niño progresa, se le plantearán pequeñas dificultades para que desarrolle estrategias de solución. Por ejemplo, se le entregarán más palabras escritas que las necesarias, para que elimine algunas; se le entregarán palabras repetidas, para que se ejercite más con ellas; se añadirán palabras escritas que no tienen su dibujo correspondiente y se le pedirá que las separe, o se le entregarán menos palabras escritas que dibujos tiene el tablero, para incitarle a reclamar las que necesite para completar el loto.
Descripción y uso del material básico
TARJETAS-DIBUJO
Las tarjetas-dibujo se preparan en cartulinas de un tamaño aproximado 6 x 6 cm. En ellas se colocan imágenes y dibujos. También pueden utilizarse las maderitas y cartoncitos de los juegos memory y de los lotos descritos en elcapítulo 4 (Apéndice 1).
Por separado se preparan las tarjetas-palabra que corresponden a cada uno de los dibujos. Si se dispone de muchas tarjetas individuales con dibujos y con palabras, pueden variarse los ejercicios de un modo muy notable.
El alumno tendrá que esforzarse más en el reconocimiento de la palabra que cuando es presentada en un loto, porque se le presentarán colocadas cada vez en distinto lugar. Ya no tiene la ayuda de la memoria espacial de la localización fija. Se cambiarán de posición los dibujos y las palabras. Los ejercicios de asociación, selección y clasificación pueden variarse muchísimo. Unas veces se le entregarán mezcladas varias parejas de tarjetas para que las asocie, otras veces se le pondrá una fila de dibujos para que busque las palabras, otras veces podrá jugar al memory dando vuelta a las tarjetas de dibujos y sus palabras, puestas al revés. Es conveniente que un mismo objeto, animal o persona, esté representado con imágenes o dibujos diferentes. De este modo el niño generaliza y comprende que el concepto «flor » sirve para margaritas, tulipanes, rosas, etc., que los «coches» pueden ser grandes, pequeños, de un color u otro, que hay «perros» de muchas razas, que los "niños" son todos diferentes, etc.
Puede realizar ejercicios de clasificación de todos los dibujos y palabras que correspondan a la misma categoría.
Descripción y uso del material básico
LIBROS PERSONALES
Llamamos libros personales a los que se confeccionan expresamente para cada alumno en función de las palabras que lee, de lo que tiene que repasar o aprender, de los temas que le interesan, etc. El objetivo es mantener alta su motivación, cambiando de material y, en este caso, acostumbrándose a pasar páginas y a usar un material muy parecido a los cuentos reales.
Los libros se confeccionan con cartulinas blancas o de color marfil, perforadas con dos agujeros por los que se meten unas anillas que sujetan todas las hojas y que permiten pasarlas con facilidad. El tamaño puede variar en función de su contenido, ya que los primeros libros pueden ser sólo de palabras, incluido el libro-abecedario. Los libros de palabras podrían ser de 15 x 9 cm. A modo de orientación diremos que cada libro puede tener de 5 a 7 hojas. Conviene que la portada sea atractiva, vistosa, con un dibujo bonito y con el título correspondiente.
El primer libro de palabras, tendrá sólo una palabra escrita en cada página. Al otro lado de la hoja puede colocarse una imagen o un dibujo que corresponda a la palabra escrita para que el niño "lea" en primer lugar y después pueda comprobar si lo ha hecho bien o no. Otro modo de hacerlo es pegar el cromo o colocar el dibujo en la parte superior de la misma página en la que está escrita la palabra. En este caso, el dibujo se puede tapar con la mano antes de que el niño lo vea, para que después de leer y al levantar la mano, el niño pueda comprobar si ha reconocido la palabra.
El segundo tipo de libros contiene una frase en cada página. El tamaño de las hojas puede ser de 20 x 12 cm. Estos libros con frases sencillas tienen como objetivo fundamental el aprendizaje de los verbos. El verbo es el término nuevo a aprender, por lo que se utilizarán los sustantivos que el niño ya conoce. Debe mantenerse la fluidez y comprensión de lo leído. El criterio para elegir los verbos es semejante al señalado para las palabras: que el significado sea claro y motivador para el niño, por ejemplo comer, que pueda escribirse con pocas sílabas, si es posible, con sílabas directas, y que permita construir frases variadas, aunque deben ser muy parecidas entre sí, casi reiterativas. Normalmente el verbo se escribe en tercera persona del singular. Las primeras frases son enunciativas, declarativas, con una estructura gramatical correcta y sencilla: sujeto, verbo y complemento. Un ejemplo de las cinco frases del primer libro podría ser: «papá come queso», «Víctor come pan», «mamá come queso», «Marta come queso», «el gato come pan».
Otro criterio importante a la hora de elegir los verbos es seleccionar aquellos que faciliten al niño sus expresiones orales en la vida diaria, de modo que aprende a manifestarse de modo correcto. En este caso el verbo se escribe en primera o tercera persona del singular. Las frases pueden ser: «yo como pan», «mamá mira la tele», «yo me llamo Elena», «papá bebe agua» «el gato me mira».
Las frases se incrementan en longitud poco a poco, introduciendo preposiciones, conjunciones y pronombres, manteniendo durante un tiempo la reiteración en las frases-tipo que es lo que hace posible que el niño no titubee, no se frustre y mantenga la fluidez y la comprensión. Un librito de éstos puede tener frases como las siguientes:
«— Mi pelota está en la mesa
— Mi muñeca está en la mesa
— Mi coche está en la mesa
— Mi muñeca está en la cama
— Mi oso está en la cama».
Poco a poco cambiarán algunas palabras, variando así las frases, de modo que el niño no pueda aprendérselas de memoria, sino que tenga que leer con atención.
Para hacer repasos rápidos de los verbos, conviene preparar un librito de acciones. En un lado de la hoja de escribe el verbo y si es posible se coloca un dibujo alusivo en el otro lado. La lectura debe ser rápida: «mira y di».
Otros libros personales deben elaborarse con frases que contengan expresiones de cortesía, saludos y contestaciones de uso diario. Para la incorporación de este lenguaje de uso habitual es muy eficaz elaborar lo que ya podría llamarse cuento, porque contiene una serie de frases, relacionadas entre sí y que expresan acciones temporales, que van sucediéndose a lo largo del día. En cierto modo hay un comienzo, un argumento y un final. Lo más adecuado es elaborarlos de modo que en ellos se recojan las acciones diarias del propio niño, los nombres de su familia, etc.
Así podrá elaborarse o adaptarse un libro, acompañado de imágenes gráficas adecuadas, siempre que sea posible, con frases como:
— ¡Hola, papá! ¡hola, mamá!
— ¡Hola, Abraham!
— Toma la leche y las galletas
— Gracias, mamá
— iexcl;Mamá!, por favor, dame agua
— ¡Gracias! mamá
— ¡Adiós, papá! ¡adiós, mamá!
— Dame un beso, Abraham
— ¡Buenas noches!
La primera vez que se muestre al alumno un «libro» o «cuento personal», el adulto debe hacer comentarios entusiastas sobre el hecho de que es un libro, de lo importante que es fijarse en la portada para hacerse una idea del contenido a través de la ilustración y del título. La primera lectura se hace de forma conjunta. El alumno lee las palabras que conoce y el adulto lee las palabras que son nuevas o aquellas que el niño no recuerda bien y titubea. Después se le pide al niño que vuelva a leerlo solo, si es posible. Se hacen pequeños comentarios sobre las frases y los dibujos que ilustran cada página. Más adelante el profesor tapa con su mano los dibujos para que el niño no tenga pistas sobre lo escrito en cada página. Después de leer se pueden descubrir los dibujos como comprobación y refuerzo positivo. Si el alumno titubea o no es capaz de leer la frase, se le puede ayudar destapando parcialmente el dibujo. En cuanto el niño entiende cómo se «lee» un libro personal, se le preparan varios, con diferentes temas y palabras, asegurándose siempre de que el significado, el contenido de lo expresado está claro para él, lo comprende perfectamente.
Cuando el niño tiene varios libros, es mejor que sea él quien elija cuál quiere leer. De este modo su atención y su esfuerzo para hacerlo bien están asegurados. Por otra parte, si los libros se preparan y trabajan cuidadosamente, se consigue que termine por aficionarse a su lectura. Hemos comprobado muchas veces que son un medio valiosísimo para mantener alta la motivación para leer. Por ejemplo, si el niño vive una experiencia que le gusta, se le preparará un libro en el que se relate lo esencial de esa vivencia. Conviene estar atentos a los intereses del niño, para adaptarse.
Los libros personales sirven para repasar y generalizar lo que el niño va aprendiendo con las tarjetas. Son muy útiles como medio para archivar las palabras y para evaluar el progreso que deben conocer todos cuantos colaboran en el programa de lectura. Habitualmente los niños disfrutan muchísimo con sus libros. Se sienten orgullosos porque pueden mostrar fácilmente sus logros y sus avances.
Descripción y uso del material básico
TARJETAS-FRASE
El objetivo fundamental de las tarjetas-frase es que el alumno lea con fluidez y comprensión, en cualquier orden en que se le presenten, distintas frases formadas con las palabras que reconoce fácilmente cuando se le presentan de una en una. La longitud de la frase no debe sobrepasar la capacidad de comprensión y de retención por parte del niño de todo el mensaje, evitando que haga sólo un reconocimiento superficial, un «leer» por «leer», sin enterarse. Las cartulinas pueden ser de 24 x 3 cm.
Las tarjetas-frase permiten realizar un trabajo complementario de atención, así como de estructuración sintáctica que facilitarán al niño sus trabajos posteriores de escritura y redacción. He aquí algunos ejemplos:
- EJERCICIO 1
Un modo de hacerlo es preparar dos tarjetas-frase iguales. Una servirá de modelo, la otra, después de ser leída por el niño, se recortará despacio, ante la vista del alumno, separando las palabras aunque manteniendo los artículos junto a sus sustantivos en el mismo trocito de cartulina. A continuación, se le entregan todos los trozos al niño para que los ordene formando una frase igual a la del modelo que no se ha recortado. De este modo, el niño sólo tiene que hacer la selección y asociación de palabras iguales. Debe empezar por la izquierda y seguir el orden correcto.
En cuanto haya adquirido cierta soltura, se le eliminará la frase modelo. Por tanto, leerá la tarjeta-frase, se recortará y después deberá componerla de "memoria", recordando la frase y buscando en su orden cada una de las tarjetas-palabra. Finalmente todo este trabajo le facilitará la elaboración de sus propias frases, que el adulto escribirá al dictado que le haga el niño o que el propio niño compondrá con las tarjetas-palabra de que dispone, porque todavía no sabe escribir.
Coordinando estas tareas con las que se realizan con los libros personales y para mantener el objetivo de funcionalidad, se prepararán frases con los verbos que está aprendiendo, así como frases de uso diario que expresen sus acciones, necesidades o fórmulas de cortesía. Conforme el niño es capaz de retener más información, se ampliará la longitud de las frases. Sin embargo, conviene mantener, durante cierto tiempo, la longitud que permita al niño ver toda la frase, de una ojeada, porque así se prepara interiormente, sin darse cuenta, para la administración del aire durante la lectura en voz alta.
Lo hacemos así para evitar parones y lectura entrecortada que, a veces, se produce por los titubeos del niño en el reconocimiento de las palabras y, otras veces, se debe a problemas fisiológicos de coordinación de movimientos, de respiración y de ritmo. Por este motivo es preciso elegir el contenido y la longitud de los enunciados, teniendo en cuenta las características del alumno.
- EJERCICIO 2
Con el objetivo de promover en el niño un cierto protagonismo y toma de decisiones se le pueden ofrecer 3 frases cortadas cada una en 2 partes, dejando el sujeto en una cartulina y el predicado en otra. El niño puede elegir la combinación que quiera, poniendo cada uno de los sujetos con un predicado. Después leerá las 3 frases seguidas.
Inicialmente las frases se prepararán de modo que, sea cual sea la combinación que el niño establezca, sean adecuadas.
Por ejemplo: «mi papá come pollo, la abuela mira la tele, el niño bebe leche».
Más adelante se pueden poner frases que, al separarlas, después no pueden combinarse de cualquier modo los sujetos con los predicados porque podrían dar lugar a algún absurdo o falsedad.
Por ejemplo: «mi mamá hace la comida, el gato pequeño toma leche, mi papá sale de viaje».
- EJERCICIO 3
Algunas tarjetas de frases deben contener órdenes sencillas que el niño debe ejecutar. De este modo hace una lectura más atenta e inteligente, ejercitando su memoria y demostrando con su acción la comprensión y retención de la información escrita. Conviene que algunas de las órdenes pueda realizarlas sin moverse de su silla para evitar distracciones y dispersión. Se pueden poner varios objetos encima de la mesa y ofrecerle frases que digan: «dame el coche pequeño», «agarra la goma roja» u otras parecidas.
- EJERCICIO 4
Otro modo lúdico de trabajar con las frases, es disponer de viñetas que ilustren el mensaje, de modo que el niño pueda asociar la tarjeta-frase con la tarjeta-escena. En la fase inicial serán las frases y escenas muy diferentes pero, poco a poco, se prepararán de 3 a 5 viñetas, con sus correspondientes frases, que están relacionadas entre sí de un modo secuencial, como una pequeña historia. El niño, además de asociar cada frase con una escena, deberá comprender la secuencia y realizar un trabajo de ordenación lógica.
Este trabajo puede ampliarse y hacerse cada vez más complejo, de modo que el niño, sin casi darse cuenta, realiza un progreso lector excelente.
Descripción y uso del material básico
FICHAS-PAPEL CON FRASES
El objetivo de este material es que el alumno adquiera el hábito de leer varias líneas seguidas, sin «perderse», sin cambiar de línea y sin que le falle la comprensión de lo leído. En una hoja de papel de tamaño aproximado de 30 x 21cm. se escriben 3 frases, con el tipo de letra y el color a los que el niño esté habituado. En la fase inicial de este trabajo se escribirán frases parecidas a las empleadas en las tarjetas-frase. Las únicas dificultades son las de la longitud de la información escrita sin añadir dificultades de reconocimiento y de comprensión.
Para iniciar este trabajo, haciéndolo ameno y motivador, se prepararán objetos y escenas gráficas ilustrativas de las frases escritas, de modo que el alumno seleccione, señale o superponga el objeto o la escena a que hace referencia cada frase. Por ejemplo, poniendo ante el niño las formas geométricas, en 2 tamaños y 4 colores, puede leer frases como:
«el círculo verde es pequeño»,
«el cuadrado verde es pequeño»,
«el círculo pequeño es amarillo».
«el cuadrado verde es pequeño»,
«el círculo pequeño es amarillo».
El alumno debe elegir la forma geométrica que corresponde a la descripción que se hace en la frase. Si el alumno no lee las palabras que designan a las formas geométricas, se sustituyen esas palabras por los dibujos de las figuras. También pueden prepararse escenas con frases más sencillas como «Jesús sale de casa», «papá va en coche», «mamá mira la tele», para que el niño lea y asocie cada una de las frases con su representación. Más adelante se escriben tres frases seguidas que el niño debe leer sin realizar a continuación una actividad motora.
Es frecuente que los alumnos con síndrome de Down cuando comienzan a leer varias frases seguidas descubran por sí mismos y utilicen la estrategia de señalar y seguir con su dedo o con un lápiz las palabras que van leyendo para no saltarse de línea y no perderse. Este hábito, a veces, lo mantienen cuando leen y estudian con libros de texto. Después poco a poco, desaparece esa estrategia salvo que el texto tenga una letra muy pequeña y haya poco espacio entre unas líneas y otras.
Descripción y uso del material básico
ABECEDARIO PERSONAL
El objetivo del abecedario es que el alumno inicie su conocimiento del alfabeto. También sirve para que se habitúe a evocar y decir palabras que empiecen por una letra determinada. El niño ve y lee una lista de palabras que están clasificadas en la misma página porque tienen la misma letra inicial. Lo mismo sucede con los diccionarios.
El abecedario debe confeccionarse desde que el niño empieza a reconocer palabras. Se utiliza como medio de repaso y archivo de las palabras que el niño maneja.
Para confeccionarlo, se necesitan tantas cartulinas como letras iniciales diferentes tienen las palabras que el alumno reconoce. El tamaño puede ser de 21 x 15cm., aunque no es imprescindible ajustarse a unas medidas determinadas.
En la parte superior de cada hoja se escribe la letra inicial en mayúscula y minúscula, con letra cursiva y de imprenta, en color rojo y en un tamaño suficiente para que el niño las perciba bien. Cada página se ilustra con uno o dos dibujos de las palabras que empiezan por esa letra y que el niño conoce.
Se ponen las hojas por orden alfabético —no importa que sean sólo 4 o 5 hojas—, con una tapa atractiva en la que el título sea «mi abecedario». Se perforan las hojas y se unen con anillas, como se recomienda para los cuentos personales. Poco a poco se añaden nuevas hojas, en función de las letras iniciales de las palabras que el niño aprende. También se añaden en cada página las palabras nuevas que "lee" procurando que la lista no sobrepasa las cinco o siete palabras por página para evitar demasiado estímulo que pueda confundirle las palabras se escriben en columna una debajo de la otra.
Descripción y uso del material básico
FICHAS-PAPEL PARA TRABAJO CON LÁPIZ
El objetivo de este material es que el niño realice actividades de asociación, selección y «lectura» haciendo uso de sus destrezas grafomotrices trazando líneas, rodeando palabras o dibujos y tachando, al mismo tiempo que repasa y consolida la lectura de palabras.
Este trabajo puede iniciarse desde el comienzo del programa de lectura y escritura porque los niños de 3 y 4 años tienen suficiente habilidad como para trazar líneas verticales, horizontales, inclinadas y circulares. En las tareas del programa de aprendizaje perceptivo discriminativo, descrito en el capitulo 4, y que el niño ha realizado en atención temprana, ya ha trazado líneas de unión entre dibujos que son iguales, ha tachado y rodeado otros en función del código que se le ha dado y, por lo tanto, está familiarizado con la técnica de ejecución.
Estos trabajos, preparados para que el niño realice por sí mismo con un lápiz, le permiten un trabajo autónomo sin necesidad de que el profesor esté a su lado. También facilita llevarse la tarea a casa o al aula común.
Como aconsejamos anteriormente, conviene disponer de un archivo de dibujos, en los que haya distintos modelos de coches, vacas, mesas, árboles, casas, etc, porque se facilita mucho la preparación de los trabajos. Nosotros ofrecemos la selección de 1000 dibujos que pueden servir de base para imprimir o escanear. Cada educador los ampliará o sustituirá en función de las necesidades y características de su alumno.
Ponemos algunos ejemplos:
- EJERCICIO 1
En una hoja de papel de tamaño 30 x 21cm colocada en posición horizontal se escriben de tres a cinco palabras en una columna, a la izquierda de la hoja. A la derecha se escriben las mismas palabras, también colocadas en columna, pero en diferente orden. Las palabras elegidas serán aquellas que el niño está aprendiendo a reconocer con tarjetas-foto, tarjetas-palabra, lotos, etc. Se escribirán de un modo semejante a aquéllas, o sea con el mismo tipo de caligrafía y tamaño. El niño debe trazar una línea desde cada una de las palabras del lado izquierdo hasta la palabra igual que corresponde del lado derecho. Si trabaja al lado de un educador, «leerá» las palabras de ambas columnas. Si es preciso, se le ayudará. Si aún no sabe decirlas, pero sí reconocerlas, deberá señalar las que el educador vaya leyendo.
- EJERCICIO 2
Llega un momento en el que el niño tiene que acostumbrarse a leer las palabras que conoce, escritas en otros colores y tamaños. Para ayudarle se preparan hojas de trabajo en las que se escriben en columna varias palabras con el tipo de letra y el color al que está habituado y a la derecha se escriben las mismas palabras en otro tamaño o en otro color. El niño trazará una línea entre las palabras que dicen lo mismo.
- EJERCICIO 3
En un folio, centrada en su parte superior, se escribe una sola palabra, se traza una línea horizontal de separación y debajo se escriben varias palabras entre las que se encuentra escrita dos o tres veces la palabra clave.
El niño debe leerlas si puede. Después hará una línea alrededor o subrayará todas las palabras que son iguales al modelo. Tachará las que «sobran» trazando encima de ellas una cruz o una raya horizontal. La palabra "modelo" puede sustituirse por un dibujo, y el niño localizará todas las palabras que designan ese dibujo.
- EJERCICIO 4
Otro modo de trabajar con palabras modelo es preparar fichas de trabajo en un papel en el que se limitan espacios horizontales. Las palabras modelo se destacan a la izquierda de la hoja en cada una de las líneas y a su derecha se escriben varias palabras entre las que se encuentra repetida una o dos veces la palabra clave.
En este caso las palabras clave pueden sustituirse por dibujos.
- EJERCICIO 5
Otro ejercicio consiste en preparar una lista de palabras que deben asociarse con los dibujos que les corresponden, trazando una línea.
Estos dibujos pueden ser más esquemáticos que los utilizados para las tarjetas-imagen y los lotos. Sólo será preciso que el niño los reconozca, sin confundirlos con otros parecidos. Pueden ponerse más palabras que dibujos o más dibujos que palabras.
A veces una palabra servirá para dos dibujos o un dibujo para dos palabras.
- EJERCICIO 6
En una hoja de papel se pega la foto de una persona o se hace un dibujo. A los lados se escriben las palabras que designan distintas partes del cuerpo. El niño debe leer las palabras y trazar una línea desde cada una de las palabras hasta el lugar que le corresponde en el dibujo o foto.
De un modo parecido se puede hacer con una escena.
Se escriben varias palabras de objetos que se ven en la escena. El niño debe leerlas y trazar una línea desde la palabra hasta el lugar en el que se encuentra el objeto cuyo nombre ha leído.
- EJERCICIO 7
Conforme el niño progresa, se varían y preparan otros ejercicios en función de sus necesidades. Pueden ponerse dos palabras modelo distintas en la parte superior de la hoja, cada una rodeada por una línea de color diferente. En la parte inferior de la hoja se escriben varias palabras, entre las que se encuentran repetidas varias veces las del modelo. El alumno tiene que localizarlas y realizar alrededor de ellas una línea del mismo color que la del modelo.
El ejercicio se complica un poco más poniendo de modelo dos palabras muy parecidas entre sí, desde el punto de vista de la caligrafía, o dos palabras que, por las razones que sea, el niño tiene muchas dificultades para distinguir.
- EJERCICIOS EN HOJA DE PAPEL CON ETIQUETA AUTOADHESIVA O CARTULINA CON PEGAMENTO
Se prepara una hoja con palabras escritas. Por separado se entregan al niño cartulinas o etiquetas autoadhesivas con esas mismas palabras. El niño debe pegarlas en su sitio.
Otro ejercicio es ofrecer al niño las palabras escritas en etiquetas o cartulinas para que las pegue al lado o debajo de los dibujos que se han puesto en la hoja. También puede hacerse al revés, entregándole la hoja con las palabras escritas y por separado etiquetas o cartulinas con los dibujos que corresponden a las palabras escritas. El niño debe leer y pegar las etiquetas o cartulinas en los lugares que les corresponden.
Siempre que en las figuras aparece una línea discontinua alrededor, significa que es una cartulina o etiqueta que el niño debe colocar o ha colocado en la hoja de papel; mientras que la raya continua significa que esa palabra, frase o dibujo estaba escrita o pegada ya en la hoja.
Aquí el ejercicio manual de utilización del pegamento y la prensión y colocación de papeles pequeños sustituye al ejercicio grafomotor de empleo del lápiz en el desarrollo de la precisión y habilidad manual. Conviene variar la presentación de modo que, a veces, los dibujos estén a la izquierda y las palabras a la derecha, y otras veces estén en línea arriba y abajo.
Las dificultades se incrementarán poco a poco, escribiendo palabras que se parezcan desde el punto de vista caligráfico: pez-pera, mano-mono, gato-pato.
Pueden ponerse más palabras o dibujos que los que se necesitan para emparejar para que el niño actúe en consecuencia.
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