POR (MARIANA TESCARI) MÉDICO PSIQUIATRA
Los niños crecen y se desarrollan alrededor de tres ejes o pilares, estos tres pilares son el físico, el intelectual y el emocional. Estos tres pilares son igualmente importantes y necesarios, si falla cualquiera de los tres el desarrollo del niño se afectará, generando dificultades, retrasos en su progreso y en algunos casos discapacidades. Vamos a ver en que consiste cada uno de estos ejes.
El eje físico: es el crecimiento y desarrollo del cuerpo en peso, tamaño, estatura y función de cada uno de los órganos, incluyendo al cerebro. Los factores involucrados en el desarrollo físico empiezan desde antes de la concepción del embarazo, unos padres sanos tienen más posibilidades de procrear hijos sanos, el control prenatal y la alimentación de la embarazada son de vital importancia.
Durante el embarazo cualquier agente tóxico, drogas, alcohol, enfermedades infecciosas, mala alimentación de la embarazada y sufrimiento emocional influye sobre el feto generando un daño potencial. Luego está la genética, los genes son la plantilla que heredamos de nuestros padres para copiar sus aspectos, la estatura, el color de los ojos, la inteligencia, las habilidades musicales y ciertas destrezas tienen una relación hereditaria.
Luego de nacer el eje físico se desarrolla en función de la nutrición infantil, el cerebro crece hasta los 5 años de edad, cualquier carencia alimentaria en los primeros 5 años de vida dejará secuelas irreparables en el cerebro de esa persona. Un niño desnutrido no se desarrolla adecuadamente, y tampoco se desarrolla adecuadamente un niño obeso. En esta edad las proteínas son de vital importancia para desarrollar músculos, huesos y órganos sanos, los alimentos que contienen proteínas son la leche, quesos, huevos, carne, pollo, pescado. Los niños deberían tomar al menos tres vasos de leche al día y tres raciones de proteínas diarias, además de frutas, vegetales y cereales, con un control de golosinas, chucherías o comida chatarra a un máximo de una sola al día.
Durante la adolescencia el cuerpo continúa creciendo y modelándose, se adquieren habilidades cerebrales más sofisticadas y se aprenden conceptos abstractos y de mayor complejidad. Los adolescentes requieren energía para crecer u desarrollarse, por eso comen en más cantidad que un adulto, y duermen mucho más, un adolescente normal puede llegar a dormir hasta 12 horas diarias sin que eso represente una anormalidad, es parte de su crecimiento. Los riesgos en el desarrollo de los adolescentes que pueden dañar su desarrollo son el consumo de drogas y alcohol, una nutrición desordenada o insuficiente y el embarazo en las adolescentes.
El eje físico es comparable al hardware, el hardware es el conjunto de órganos físicos de un sistema informático. El hardware del ser humano es el cuerpo con todos sus órganos, es el cerebro en físico, en estructura, con todas sus partes y circuitos. Un hardware subdesarrollado, enfermo o dañado no tiene capacidad de alojar ni ejecutar los contenidos, programas, memoria y aplicaciones de modo eficiente. El hardware no funciona sin energía, es común observar niños con un bajo rendimiento académico en la escuela simplemente porque no desayunan o no duermen lo suficiente.
Dormir es muy importante para el desarrollo del eje físico. Los niños deben dormir temprano en la noche, por lo menos 9 horas, el sueño nocturno hace que el cerebro libere hormona del crecimiento, la cual hace que el cuerpo crezca y se desarrollen los músculos, un niño que se acuesta viendo T.V. a la media noche y se despierta a las seis de la mañana no está durmiendo lo suficiente, y probablemente sea de baja estatura por esta razón. Es interesante observar que los adolescentes estresados que duermen poco desarrollan estaturas más bajas que los adolescentes relajados que tienen posibilidad de dormir más horas.
Ya vimos el aspecto físico del desarrollo, hoy vamos a hablar acerca del pilar o aspecto intelectual en el desarrollo de los niños.
El pilar intelectual: se refiere al desarrollo de la mente en cuanto a las distintas habilidades para procesar la información. Para comprender el pilar intelectual (y el pilar emocional del cual hablaremos el próximo sábado) tenemos que comprender primero el concepto de inteligencia.
La inteligencia es la capacidad para asimilar conocimientos, procesar la información, recordar sucesos, razonar lógicamente, manipular conceptos, utilizar números o palabras, traducir lo abstracto a lo concreto y lo concreto a lo abstracto, analizar y sintetizar formas y enfrentarse, con sentido y precisión, a los problemas y prioridades importantes de una situación.
La inteligencia se refiere a todas las habilidades que son útiles en cualquiera de las facetas de la vida de la persona. La inteligencia tiene una capacidad que puede ser medida o cuantificada, esa capacidad se conoce como coeficiente intelectual (C.I.) y se mide utilizando pruebas especiales para ello. En cierto modo, el C.I. es la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro, la mayoría de las personas tienen un C.I. promedio entre 90 y 110, las personas con C.I. menores a 70 padecen retraso mental, y las personas con C.I. superiores a 120 poseen capacidades de inteligencia superior.
La inteligencia depende de tres cosas: la herencia o genética, los factores del desarrollo como la alimentación infantil y el ambiente familiar adecuado, y las enfermedades o lesiones que puedan dañar la capacidad de procesamiento del cerebro. La inteligencia o C.I. no puede ser modificado, se tiene la inteligencia que se tiene y no existe modo de aumentarla. Un C.I. de 100 será de 100 toda la vida, no se puede ser más inteligente de lo que genéticamente se está predestinado; sin embargo, sí se puede disminuir ese C.I., por ejemplo por desnutrición, por enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial no controladas, por traumatismos, golpes en el cráneo o cualquier otra cosa que dañe el cerebro.
La inteligencia a su vez se divide en varios tipos de habilidades, para ilustrar lo que vamos diciendo comparemos al cerebro con un ordenador, una computadora o un smartphone. La inteligencia es la capacidad del equipo, es su capacidad de memoria y almacenamiento, es la velocidad de procesamiento y las características del procesador, es la capacidad del hardware. Las distintas habilidades son las aplicaciones con las que puede trabajar.
Hay personas que tienen capacidades intelectuales resaltantes, otras se lucen con habilidades musicales, otras en las relaciones interpersonales, etcétera. La inteligencia no depende de la educación, ser universitario no implica necesariamente ser súper inteligente, ser un indígena del amazonas no implica que no posea inteligencia. Recordemos que la inteligencia es la capacidad del procesador, del cerebro, no el uso que se le dé.
Aquí llegamos entonces al pilar intelectual. El aspecto intelectual se desarrolla afianzado a la inteligencia, el pilar intelectual sí depende de la educación e instrucción que el niño reciba, el pilar intelectual se desarrolla en la escuela, en la universidad, en cualquiera de las áreas de la ciencia, la tecnología, las artes, el comercio o las humanidades que el individuo elija desarrollar como modo de vida y utilidad dentro de la estructura social, y es allí donde la labor de los padres que desean lo mejor para sus hijos empieza.
Todo niño debería tener la posibilidad de desarrollarse en un entorno que brinde diversas posibilidades de crecimiento, un ambiente en el que pueda desarrollar al máximo las capacidades que trae desde su nacimiento, un ambiente que le brinde diversos menús intelectuales para que pueda canalizar sus intereses y energías hacia aquello en lo que pueda resaltar y ser exitoso.
Los niños crecen y se desarrollan alrededor de tres ejes o pilares, estos tres pilares son el físico, el intelectual y el emocional. Estos tres pilares son igualmente importantes y necesarios, si falla cualquiera de los tres el desarrollo del niño se afectará, generando dificultades, retrasos en su progreso y en algunos casos discapacidades. Vamos a ver en que consiste cada uno de estos ejes.
El eje físico: es el crecimiento y desarrollo del cuerpo en peso, tamaño, estatura y función de cada uno de los órganos, incluyendo al cerebro. Los factores involucrados en el desarrollo físico empiezan desde antes de la concepción del embarazo, unos padres sanos tienen más posibilidades de procrear hijos sanos, el control prenatal y la alimentación de la embarazada son de vital importancia.
Durante el embarazo cualquier agente tóxico, drogas, alcohol, enfermedades infecciosas, mala alimentación de la embarazada y sufrimiento emocional influye sobre el feto generando un daño potencial. Luego está la genética, los genes son la plantilla que heredamos de nuestros padres para copiar sus aspectos, la estatura, el color de los ojos, la inteligencia, las habilidades musicales y ciertas destrezas tienen una relación hereditaria.
Luego de nacer el eje físico se desarrolla en función de la nutrición infantil, el cerebro crece hasta los 5 años de edad, cualquier carencia alimentaria en los primeros 5 años de vida dejará secuelas irreparables en el cerebro de esa persona. Un niño desnutrido no se desarrolla adecuadamente, y tampoco se desarrolla adecuadamente un niño obeso. En esta edad las proteínas son de vital importancia para desarrollar músculos, huesos y órganos sanos, los alimentos que contienen proteínas son la leche, quesos, huevos, carne, pollo, pescado. Los niños deberían tomar al menos tres vasos de leche al día y tres raciones de proteínas diarias, además de frutas, vegetales y cereales, con un control de golosinas, chucherías o comida chatarra a un máximo de una sola al día.
Durante la adolescencia el cuerpo continúa creciendo y modelándose, se adquieren habilidades cerebrales más sofisticadas y se aprenden conceptos abstractos y de mayor complejidad. Los adolescentes requieren energía para crecer u desarrollarse, por eso comen en más cantidad que un adulto, y duermen mucho más, un adolescente normal puede llegar a dormir hasta 12 horas diarias sin que eso represente una anormalidad, es parte de su crecimiento. Los riesgos en el desarrollo de los adolescentes que pueden dañar su desarrollo son el consumo de drogas y alcohol, una nutrición desordenada o insuficiente y el embarazo en las adolescentes.
El eje físico es comparable al hardware, el hardware es el conjunto de órganos físicos de un sistema informático. El hardware del ser humano es el cuerpo con todos sus órganos, es el cerebro en físico, en estructura, con todas sus partes y circuitos. Un hardware subdesarrollado, enfermo o dañado no tiene capacidad de alojar ni ejecutar los contenidos, programas, memoria y aplicaciones de modo eficiente. El hardware no funciona sin energía, es común observar niños con un bajo rendimiento académico en la escuela simplemente porque no desayunan o no duermen lo suficiente.
Dormir es muy importante para el desarrollo del eje físico. Los niños deben dormir temprano en la noche, por lo menos 9 horas, el sueño nocturno hace que el cerebro libere hormona del crecimiento, la cual hace que el cuerpo crezca y se desarrollen los músculos, un niño que se acuesta viendo T.V. a la media noche y se despierta a las seis de la mañana no está durmiendo lo suficiente, y probablemente sea de baja estatura por esta razón. Es interesante observar que los adolescentes estresados que duermen poco desarrollan estaturas más bajas que los adolescentes relajados que tienen posibilidad de dormir más horas.
Ya vimos el aspecto físico del desarrollo, hoy vamos a hablar acerca del pilar o aspecto intelectual en el desarrollo de los niños.
El pilar intelectual: se refiere al desarrollo de la mente en cuanto a las distintas habilidades para procesar la información. Para comprender el pilar intelectual (y el pilar emocional del cual hablaremos el próximo sábado) tenemos que comprender primero el concepto de inteligencia.
La inteligencia es la capacidad para asimilar conocimientos, procesar la información, recordar sucesos, razonar lógicamente, manipular conceptos, utilizar números o palabras, traducir lo abstracto a lo concreto y lo concreto a lo abstracto, analizar y sintetizar formas y enfrentarse, con sentido y precisión, a los problemas y prioridades importantes de una situación.
La inteligencia se refiere a todas las habilidades que son útiles en cualquiera de las facetas de la vida de la persona. La inteligencia tiene una capacidad que puede ser medida o cuantificada, esa capacidad se conoce como coeficiente intelectual (C.I.) y se mide utilizando pruebas especiales para ello. En cierto modo, el C.I. es la capacidad de procesamiento de nuestro cerebro, la mayoría de las personas tienen un C.I. promedio entre 90 y 110, las personas con C.I. menores a 70 padecen retraso mental, y las personas con C.I. superiores a 120 poseen capacidades de inteligencia superior.
La inteligencia depende de tres cosas: la herencia o genética, los factores del desarrollo como la alimentación infantil y el ambiente familiar adecuado, y las enfermedades o lesiones que puedan dañar la capacidad de procesamiento del cerebro. La inteligencia o C.I. no puede ser modificado, se tiene la inteligencia que se tiene y no existe modo de aumentarla. Un C.I. de 100 será de 100 toda la vida, no se puede ser más inteligente de lo que genéticamente se está predestinado; sin embargo, sí se puede disminuir ese C.I., por ejemplo por desnutrición, por enfermedades como la diabetes y la hipertensión arterial no controladas, por traumatismos, golpes en el cráneo o cualquier otra cosa que dañe el cerebro.
La inteligencia a su vez se divide en varios tipos de habilidades, para ilustrar lo que vamos diciendo comparemos al cerebro con un ordenador, una computadora o un smartphone. La inteligencia es la capacidad del equipo, es su capacidad de memoria y almacenamiento, es la velocidad de procesamiento y las características del procesador, es la capacidad del hardware. Las distintas habilidades son las aplicaciones con las que puede trabajar.
Hay personas que tienen capacidades intelectuales resaltantes, otras se lucen con habilidades musicales, otras en las relaciones interpersonales, etcétera. La inteligencia no depende de la educación, ser universitario no implica necesariamente ser súper inteligente, ser un indígena del amazonas no implica que no posea inteligencia. Recordemos que la inteligencia es la capacidad del procesador, del cerebro, no el uso que se le dé.
Aquí llegamos entonces al pilar intelectual. El aspecto intelectual se desarrolla afianzado a la inteligencia, el pilar intelectual sí depende de la educación e instrucción que el niño reciba, el pilar intelectual se desarrolla en la escuela, en la universidad, en cualquiera de las áreas de la ciencia, la tecnología, las artes, el comercio o las humanidades que el individuo elija desarrollar como modo de vida y utilidad dentro de la estructura social, y es allí donde la labor de los padres que desean lo mejor para sus hijos empieza.
Todo niño debería tener la posibilidad de desarrollarse en un entorno que brinde diversas posibilidades de crecimiento, un ambiente en el que pueda desarrollar al máximo las capacidades que trae desde su nacimiento, un ambiente que le brinde diversos menús intelectuales para que pueda canalizar sus intereses y energías hacia aquello en lo que pueda resaltar y ser exitoso.
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