Nunca lo suficientemente flaca

(MARIANA TESCARI)   psiquiatra Dos cosas nos motivan a comer: la necesidad y el placer. El hambre es la expresión física de la necesidad de nutrientes y el apetito es la expresión del deseo de comer por placer. La mayoría de las personas pueden administrar sanamente estas dos motivaciones, pero cuando estas se distorsionan aparecen los trastornos de la alimentación. 

Los trastornos de la alimentación son enfermedades mentales entre las cuales están la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracones. La anorexia nerviosa, se caracteriza por pérdida de peso intencional y mantenida por el paciente. Se presenta habitualmente en muchachas adolescentes y mujeres jóvenes, entre los 14 y los 20 años de edad, aunque también puede afectar a hombres y niños. El trastorno lo padece el 0,5 a 1% de la población adolescente, la mortalidad es del 2 al 6% por complicaciones médicas originadas en la desnutrición o por suicidio. 50% de las personas con anorexia persisten con el trastorno toda su vida. 

El trastorno se asocia con una alteración del pensamiento en el cual aparece la idea de estar obeso, un temor a la obesidad y a la flaccidez de la silueta corporal y una exagerada importancia por mantener una silueta corporal lo más delgada posible, por lo que el paciente se impone como meta alcanzar un peso inapropiadamente bajo. La persona con anorexia ve de un modo distorsionado su propio cuerpo, lo ve muy grande y muy gordo, aunque en realidad esté extremadamente delgado. La percepción distorsionada de la imagen corporal se mantiene a pesar de que la persona se mire al espejo, se mida con cinta métrica o se pese en una báscula, independientemente de lo delgadas que puedan estar se sienten gordas y grotescas, y no toman en cuenta las opiniones de la familia, amigos ni médicos; se sienten incomprendidas y presionadas, por los demás ya que no aceptan su extremada delgadez.

Habitualmente presentan desnutrición de gravedad variable, con alteraciones endocrinas y metabólicas secundarias y con perturbaciones de las funciones corporales, alteraciones de la menstruación, caída del cabello, osteoporosis y problemas intestinales, todo causado por la mala nutrición. Entre los síntomas se cuentan la elección de una dieta restringida, picar la comida en trozos muy pequeños y comer muy poco, esconder la comida y desecharla cuando no son vistos, los caprichos al comer, la selección inapropiada de alimentos y como manera de perder peso se asocian conductas obsesivas como el ejercicio excesivo, el vómito y las purgas. 

Una persona que tenga las siguientes características es muy probable que padezca de anorexia nerviosa: 

A. Pérdida de peso, o falta de ganancia de peso en los niños, que conduce a un peso corporal de al menos 15% por debajo del peso normal esperado para la edad y talla correspondiente. 

B. La pérdida de peso es provocada mediante la evitación de alimentos que según el paciente lo pueden engordar. 

C. Percepción inapropiada de la propia imagen corporal, idea exagerada de miedo a la obesidad, de tal manera que el paciente se impone la tarea de mantener un peso corporal lo más bajo posible. 

D. Trastornos hormonales puestos de manifiesto en la mujer por ausencia de menstruación o períodos irregulares; y en el varón por pérdida de interés por la sexualidad e impotencia. También pueden presentarse alteraciones asociadas con la función tiroidea y la secreción de insulina.

Las personas con anorexia nerviosa ameritan ayuda médica, debido a que es una enfermedad con tendencia a la cronicidad y a la muerte por complicaciones de salud y por suicidio, no debe descuidarse; el anoréxico no ve que tenga algún problema y no es consciente de su situación riesgosa, consideran que nunca están lo suficientemente flacas, por eso debe ser llevado a consulta por sus familiares, aunque tenga que ser en contra de la voluntad del paciente. Si se espera a que el paciente solicite ayuda, tal vez llegue el momento en que sea demasiado tarde.