Antes de entrar en los temas de prevención y atención de los problemas de disciplina en la escuela, es importante que los lectores de este libro conozcan o recuerden algunos conceptos básicos de métodos de modificación de conducta que le serán de mucha utilidad como:
Reforzamiento de conductas Reforzadores Extinción de conductas
- Olvido
- Saciedad o hartura
- Práctica negativa
- Privación de refuerzos positivos. Tiempo fuera
- Desensibilización
- Reforzamiento de conducta contraria
- Anticipación Análisis funcional de la conducta
Quien quiera profundizar más en el tema de la modificación de conducta puede consultar la bibliografía recomendada que se cita al final de la obra.
Reforzamiento de conductas
Reforzamiento es el proceso mediante el cual una conducta aumenta su tasa (frecuencia de presentación de la misma) o probabilidad de seguir emitiéndose. El reforzamiento de conductas puede darse en dos modalidades diferentes pero que conducen a lo mismo: el aumento y consolidación de la conducta. Se trata del reforzamiento positivo y del reforzamiento negativo. En
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el primero, la conducta se refuerza por que el cambio que se produce en su ambiente inmediato actúa directamente sobre la conducta: es un reforzador positivo. En el segundo, la conducta se refuerza por que el cambio producido elimina o reduce una situación o estímulo e indirectamente produce un aumento en la frecuencia o la intensidad de una conducta. Siempre que hacemos algo para evitar un efecto desagradable estamos reforzándonos negativamente.
Ejemplos de reforzamiento positivo es cuando después de emitida la conducta le sigue un elogio, una caricia, un premio material, un gesto afirmativo o de reconocimiento, una buena calificación, un aplauso, o cualquiera otra consecuencia placentera. Cuando a un alumno se le felicita por una buena nota, una buena acción u otra conducta buena, esta se refuerza positivamente. Cuando un alumno agrede a otros y logra imponerse de esta manera, su conducta violenta se refuerza, o sea, seguirá siendo una conducta habitual en él. El término positivo en este tipo de reforzamiento no debe confundirse con un concepto de valor, o como algo bueno, significando solamente que una conducta aumenta su probabilidad por que se añadió algo a continuación de su emisión que produjo este efecto.
REFORZAMIENTO POSITIVO
CONDUCTA X MEDIO EFECTO “PLACENTERO”
CONDUCTA X CONDICIONADA
(Aumenta la posibilidad de seguirse produciendo)
EJEMPLO DE REFORZAMIENTO POSITIVO
RABIETA DEL NIÑO ADULTO SE LE DA LO QUE
QUIERE O SE LE
PONE ATENCIÓN
AUMENTA LA POSIBILIDAD DE
SEGUIR TENIENDO RABIETAS
Ejemplos de reforzamiento negativo son: si elimino del ambiente un ruido molesto que no deja a un niño concentrarse, aumenta entonces su «conducta de estudiar»; si el dentista a cuyos procedimientos temen tanto las personas, reduce o elimina de alguna manera las molestias que aquellos ocasionan, la «conducta de ir a citas con el dentista» o de «sentarse en la silla del dentista»
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aumenta en vez de darse la evitación; en la escuela, si el maestro levanta un castigo impuesto al grupo y se da como consecuencia un aumento de las «buenas conductas». En lenguaje cotidiano sería como decir que en el reforzamiento positivo «añadimos» algo y en el negativo «eliminamos» algo, pero ambos conducen a lo mismo: el aumento de la frecuencia o de la intensidad de la conducta.
Muchas personas confunden el reforzamiento negativo con los métodos de extinción, principalmente el castigo, lo cual es erróneo. Más adelante veremos que el castigo es una forma de eliminar conductas que no se desean, mientras que con el reforzamiento negativo aumentamos la tasa de una conducta determinada.
El método para lograr el incremento de la frecuencia de una conducta (como poner más atención, estar tranquilo o sentado, estar callado, participar en clase, ayudar a otros, hacer tareas, perfeccionar una destreza, dar lecciones en delante de la clase, etc.) por el método de refuerzo positivo es el más recomendable y el que más se utiliza en el ambiente educativo. El afecto y las muestras de empatía son ejemplos de reforzadores positivos muy poderosos.
REFUERZO NEGATIVO
ESTÍMULO AVERSIVO (MOLESTO) SUJETO MALESTAR
(Maestro autoritario y castigador) (Alumno) (Temor)
CONDUCTA DE EVITACIÓN /HUÍDA
ELIMINACIÓN DEL ESTÍMULO (No quiere participar de la clase, no entra
AVERSIVO (DOLOR, MOLESTIA al aula o no quiere ir a la escuela)
AMENZAS, AISLAMIENTO, ETC.)
(Nuevo maestro o cambio de actitud
del maestro autoritario)
AUMENTO DE POSIBILIDAD DE LA
CONDUCTA DESEADA (participar, entrar, ir a la escuela)
REFORZAMIENTO POSITIVO Y NEGATIVO
Reforzamiento positivo: se añade algo placentero o agradable para el sujeto
Aumenta la probabilidad de
que la conducta se siga
produciendo
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Reforzamiento negativo:
se elimina un estímulo o situación aversiva para el sujeto
Reforzadores
Reforzador es todo aquello que hace que una conducta determinada aumente su tasa de frecuencia y/o su intensidad. Hay reforzadores primarios y secundarios. Son reforzadores primarios: los alimentos, el agua, la satisfacción sexual, los mecanismos de excreción, siempre que actúen en condiciones normales y no produzcan dolor o molestias. Los reforzadores primarios son también incondicionados ya que aumentan la tasa de conductas de tipo fisiológico sin tener que haber sido condicionados. Para reforzar las conductas el organismo tiene que hallarse en estado de privación del reforzador (Sed, hambre, carencia de satisfacción sexual).
Son reforzadores secundarios todos aquellos que aumentan la tasa o probabilidad de una conducta después de haber adquirido su poder de reforzar mediante el aparejamiento en varias o muchas ocasiones con reforzadores primarios o incondicionados. No todos los reforzadores secundarios lo son para las diferentes organismos o personas.
Los reforzadores que se utilizan intencionalmente como consecuencia de las conductas que se desea aumentar o intensificar, pueden se materiales (golosinas, pequeños juguetes, estampillas, calcamonías, figuritas, caritas felices en el cuaderno, etc.,), o sociales (elogios, abrazos, besos exclamaciones, gestos aprobatorios, aplausos, etc.). Los niños no responden igual a los diferentes reforzadores, ya que eso depende de su temperamento, de su historia personal en cuanto a experiencias con reforzadores, del fenómeno de la saciedad, y del significado que tenga cada reforzador para cada niño. Lo mejor es utilizar los reforzadores materiales más en los niños pequeños y en los que padecen de retardo mental, acompañados siempre de un reforzador social, de manera que éste pueda con el tiempo ser el que se aplique en forma variable, o sea, que por si mismo pueda reforzar la conducta, y los reforzadores materiales se vayan desvaneciendo, es decir, dejando de utilizar. La opinión de este autor es que es preferible que se utilicen desde un principio los reforzadores sociales incluso con niños pequeños o con limitaciones intelectuales.
Extinción de conductas
Extinguir una conducta es el proceso mediante el cual se reduce progresivamente su tasa hasta su desaparición total o casi total. Es el proceso inverso del reforzamiento. Cuando una respuesta o conducta deja de emitirse, con el tiempo su tasa de frecuencia o intensidad se va extinguiendo. A este proceso, en el cual no se ha aplicado ningún método de extinción, sino que se ha dado de manera natural, se le llama olvido. Cuando una respuesta o conducta se ha estado reforzando por demasiado tiempo sin que se haya dado variación en el plan de reforzamiento, puede darse el caso de que ya no
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responda a los reforzadores y empiece a extinguirse. A esto se le conoce como saciedad o hartura.
- Práctica negativa: Es la práctica repetida de una conducta no deseable hasta que se produzca el cansancio o deje de causar angustia. Un ejemplo de este tipo de métodos es cuando a un niño que acostumbra a escupir muchos, se le obliga a hacerlo en un lugar apartado hasta que se canse de hacerlo. No es un método muy aconsejado.
- Privación: Es una forma de extinguir conductas eliminando un estímulo o reforzador positivo. Una forma de privación muy utilizada es la retirada de la atención a una persona cuando está emitiendo una conducta que no queremos que continúe. Si un niño acostumbra a hacer rabietas para conseguir lo que quiere y se le da atención (ya sea para calmarlo, darle lo que quiere o regañarlo) se refuerza la conducta, pero si se le ignora siempre que esté con berrinches, estos irán disminuyendo progresivamente hasta desaparecer. Otro ejemplo es el de un estudiante que se pone a hacer muecas y payasadas durante las clases porque cada vez que lo hace logra la atención de los compañeros y del profesor. Si el docente convence a los demás alumnos de ignorarlo, estas conductas inmaduras se irán desvaneciendo.
El tiempo fuera (“time out” en inglés), es un método de aislamiento, equivalente a un castigo por privación de reforzadores positivos: se aísla al sujeto de los demás para que no reciba atención y no logre manipular el entorno. El aislamiento debe ser en un lugar sin peligros y sin la presencia de potenciales reforzadores positivos. Tampoco debe haber estímulos que causen miedo o angustia. Se aplica por un período de tiempo mínimo suficiente para que el niño deje la “mala conducta” y se comprometa a no repetirla. Suele ser una medida de último y no debe practicarse frecuentemente porque pierde la eficacia. En niños menores no debe hacerse mediante aislamiento fuera de la vista de un adulto, sino sentado en una silla en un rincón del aula o de la habitación donde está la madre u otro familiar. En ocasiones se hace un “tiempo fuera” inverso: los demás se retiran y dejan solo al sujeto o en compañía de una sola persona que no le pone atención.
Otra forma de extinción por privación es cuando se le quita a una persona algo que le gusta o un privilegio: no ver televisión, no poder salir a jugar o a comer fuera de la casa, asistir a una fiesta, comprar algo que se desea (que no sea para satisfacer una necesidad básica), etc. Nunca se debe privar a un niño de un reforzador fundamental para su vida emocional como lo es el afecto o el amor del adulto hacia el niño.
- Castigo por presentación de reforzadores negativos: Este tipo de castigo intenta reducir o eliminar una conducta considerada inadecuada o inaceptable haciendo contingente con ella un estímulo aversivo. Estímulos aversivos en este caso serían: pegar, regañar, amenazar, insultar, dar una mala calificación, humillar, etc. Los estímulos aversivos como los agresivos tienen el inconveniente de que ofrecen al niño modelos inadecuados como modos de resolver problemas. Pueden causar miedo que llevan a conductas de evitación y a mentir, así como otros trastornos emocionales (trastornos de
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sueño, ansiedad, inseguridad y baja autoestima). Por otro lado, intentan eliminar una conducta que se considera mala pero no refuerzan las conductas contrarias.
- Desensibilización: Consiste en aproximaciones sucesivas a un estímulo o reforzador negativo para extinguir una conducta. Este tipo de método se utiliza para que una persona pierda el miedo a otras personas, lugares, animales, circunstancias o eventos. Es el caso de los estudiantes que sufren temor exagerado a un determinado maestro, a otros compañeros, a fracasar, a hablar en público, a subir escaleras, a las alturas, a insectos, etc. Procurando que la persona se relaje, se le ayuda a irse acercando poco a poco (cada día) a lo que teme. Si es a un docente o a otros compañeros a los que un estudiante teme, además del proceso de desensibilización, se debe solicitar la colaboración de aquellos para que la mejoría resulte más fácil y rápida.
- Reforzamiento de la conducta contraria: Es otra estrategia para eliminar conductas indeseables pero centrándose en reforzar positivamente la conducta de signo contrario. Si se refuerza una conducta, la contraria tenderá a desaparecer progresivamente. Ejemplos de conductas contrarias o incompatibles son:
Distracción Atención Agresividad Conducta pacífica Negativismo Colaboración Desobediencia Obediencia Inquietud motora Tranquilidad Estar parado Estar sentado No participar en clases Participación Temor Confianza Desordenar Ordenar Ensuciar Limpiar Desaplicarse Aplicarse Ansiedad Serenidad Gritar Hablar en voz baja
- Anticipación: Como su nombre insinúa, este método es de carácter
preventivo, es decir, se adelanta a la aparición de una conducta mediante la manipulación del o de los estímulos que la provocan (o con los que se ha condicionado). Si impedimos que esos estímulos actúen, la conducta no se da, y si esto sucede por un tiempo prolongado (días, semanas o meses), la conducta se va extinguiendo por olvido.
Sinopsis de reforzamiento y de extinción
Tipo de reforzador o estímulo
Presentación
Retirada
Reforzador positivo
(Estímulo placentero o
Reforzamiento
Castigo por
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conveniente para la persona)
Positivo
privación
Reforzador negativo
(Estímulo molesto, doloroso, inconveniente para la persona
Castigo
Reforzamiento negativo
Análisis funcional de la conducta
Cuando se tiene la intención de modificar una conducta, ésta se debe definir operativamente, en términos muy específicos y no generales. Por ejemplo, no se modifica el «portarse mal», sino que se define en qué consiste exactamente portarse mal, como «pararse de la silla sin permiso», «agredir», «escupir», «hablar sin permiso», etc. Incluso, estas conductas tienen que especificarse más para poder observarlas y estudiarlas habiendo concordancia entre los observadores o tratantes de qué es lo que van a observar o modificar. Así, la conducta de pararse de la silla, por ejemplo, podría definirse como cuando la mitad del cuerpo del niño está fuera del espacio correspondiente a la silla; en cuanto a la conducta de agredir, tiene que aclararse si se refiere a dar golpes con la mano y con otros objetos, o a agredir verbalmente o con gestos una vez establecida de esta manera la conducta blanco, se estudia durante un período de tiempo (horas o días) y se anota su frecuencia (línea basal), lo que permitirá posteriormente cuando se inicie el proceso de modificación, saber objetivamente, con observaciones siguientes, si aumenta o disminuye. También se anotarán los hechos que se relacionan con la conducta, o los antecedentes inmediatos, así como las consecuencias de aquélla en su entorno. Lo primero nos ayuda a hacer un control de estímulos y lo segundo a cambiar las consecuencias que refuerzan o extinguen la conducta que se está queriendo modificar. El análisis funcional de la conducta, como se ha explicado, consta de tres elementos: la descripción de la conducta, sus antecedentes inmediatos y sus consecuencias.
Los métodos de modificación de conducta pueden no dar los resultados esperados por:
1º. No tener una idea clara de la conducta a cambiar porque se define de modo muy general. Así, se puede errar al plantear como objetivo “la mala conducta”, la conducta violenta, “las malas maneras, etc., que son términos muy amplios que incluyen comportamientos muy variados.
2º. No elegir el método adecuado para una conducta determinada. En este tema lo más común es la utilización frecuente del castigo sin reforzar otras conductas.
3º. Elegir como reforzadores cosas o respuestas que no lo son y no sustituirlos.
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4º. No variar progresivamente los planes de reforzamiento y provocar el fenómeno de la saciedad o la hartura.
5º. No tener la colaboración de las personas que interactúan con el niño en otros ambientes para que colaboren con el plan de modificación y los cambios que se van dando en la conducta se generalicen.
Si se trata de los padres:
- hacerles comprender la necesidad de modificar la conducta, ya sea que se tenga que reforzar o extinguir;
- darles indicaciones precisas de cómo actuar cuando aquella se da estando ellos presentes;
- explicarles que traten de mantener controlada la posible interferencia de otros familiares que podría afectar el éxito del plan propuesto.
6º. No hacer ajustes en los aspectos que sean necesarios si se ve que no se está progresando.
7º. Continuar el plan por más tiempo después de haber llegado a un punto en el que se considera que se han logrado los objetivos para evitar un retroceso.
8º. Inconsistencia en las respuestas de quien debe manipular las consecuencias de las conductas del niño. Ejemplos de esto son:
Conducta del alumno Respuesta variable del maestro
Hacer “payasadas” durante la clase atención / ignorar
Querer ser siempre el primero en responder concesión / negación
Estar halagando al maestro para ganárselo permitirlo / no permitirlo
Responder a preguntas con bromas celebrarlo / regañarlo
Hacer una pataleta en el aula regañar / ignorar
Decir palabras obscenas sancionar / pasar por alto
Pegar a otros niños sancionar / ignorar
Fomentar la indisciplina ignorar / llamarlo al orden
Estrategia de planificación de modificación de una conducta (Modificado de Blackham y Silverman)
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1. Enunciar la conducta en términos operacionales.
2. Observar y registrar la conducta.
3. Establecer la línea base: la línea base es el promedio de la frecuencia de una conducta después de haberla sometido a observación durante un par de semanas.
4. identificar las aproximaciones sucesivas de la conducta a imitar empezando con la más fácil. Asegurarse de que el sujeto es capaz de realizar la conducta en cada etapa.
5. Identificar reforzadores a utilizar y reforzar de modo continuo en cada etapa. Evitar la saciedad o hartura reforzando demasiado tiempo usando los mismos reforzadores para todas las etapas.
6. Instruir a las personas del ambiente natural sobre cómo reforzar y hacer reforzar la conducta en presencia del terapeuta.
7. Reforzar a los nuevos encargados de manejar las circunstancias o acontecimientos.
8. Evaluar cuidadosamente los efectos sobre el cambio de conducta.
9. Continuar los registros de la conducta que requiere el cambio:
- Durante unas dos a cuatro semanas y suspender.
- Cuatro semanas después volver a observar y registrar por una semana.
- Si se ha dado un retroceso, reiniciar el procedimiento de reforzamiento.
10. Asegurarse de que la conducta adquirió la intensidad suficiente como para proceder a su generalización: que se produzca en diferentes contextos.
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