La Educación Especial y la Integración de
alumnos con discapacidad a la escolaridad común, son dos alternativas que hoy
existen a la hora de elegir la educación de niños y adolescentes con algún tipo
de discapacidad (y también con potencialidades a desarrollar). Estos dos modos
educativos deben ser trabajados en base al conocimiento y no en base al
prejuicio o mitos en torno a la discapacidad. Veremos más adelante los aspectos
positivos y negativos de cada una de estas dos alternativas. Antes quiero dejar
en claro un concepto fundamental: presentar una discapacidad (todas las
personas podemos potencialmente presentar alguna) o tener una limitación
intelectual (que no siempre está presente cuando hay una discapacidad física),
no significa tener un problema de aprendizaje, o un aprendizaje MENOR o de
MENOR CALIDAD.
Si logramos diferenciar estas dos ideas,
habremos quitado un gran peso sobre las espaldas de nuestros hijos, pues este
es el primer mito al que indefectiblemente se ven expuestos padres y educadores
de niños y adolescentes con discapacidad. La primer tendencia es discriminar
potencialidades y dificultades, teniendo de limitación la modalidad de aprendizaje
de ese niño o joven. Tampoco es positivo -como escucho frecuentemente- negar la
discapacidad, pretendiendo que la persona que la presenta no precise
herramientas y medidas específicas. Esta negación subyace detrás de frases
tales como “todos tenemos alguna discapacidad” o “no es discapacitado, es
especial”. Esta negación conlleva a la construcción de más desconocimiento en
torno a lo que el alumno necesita. Ahora sí, es posible delinear puntos
esenciales a tener en cuenta para la elección del colegio de su hijo/a.
ESCUELAS ESPECIALES SIN INTEGRACIÓN A
ESCOLARIDAD COMÚN
Posibilidades: La especialización en
metodologías adecuadas a alumnos que presentan limitaciones similares puede
favorecer un mayor conocimiento de las situaciones favorecedoras para el
aprendizaje de sus alumnos. Mejor adecuación a los tiempos de cada alumno, dado
que los niveles educativos se diseñan con mayor flexibilidad. La edad
madurativa es más tenida en cuenta que la edad cronológica. Riesgos: Quedar
focalizados en las limitaciones y no en las posibilidades. Limitar más allá de
la discapacidad real.
Inadecuada agrupación y nivelación de alumnos,
por falta de criterios basados en el conocimiento.
Falta de herramientas para la salida o egreso
luego de finalizada la escolaridad, así como a la integración de otros grupos
sociales.
ESCUELAS
QUE INTEGRAN ALUMNOS CON DISCAPACIDAD, A ESCOLARIDAD COMÚN
Posibilidades:
Educación basada en las posibilidades, más allá
de la limitación.
Facilita la inserción a otros grupos sociales,
más allá de la escuela.
Mayores herramientas para la salida o el egreso
al finalizar la escolaridad. Mayor aceptación de las diferencias, lo cual es
altamente positivo para el aprendizaje de todos los alumnos.
Riesgos:
Negación de la discapacidad y desconocimientos
metodológicos adecuados.
Indiscriminación e inadecuación de soportes y
medidas educativas.
Falta de contención adecuada.
Durante la entrevista y la visita a la posible
Escuela de su hijo o hija, es importante tener en cuenta los riesgos y
posibilidades antes mencionados para hacer una buena evaluación, además del
ambiente físico e impresiones generales que se lleven a lo largo de la
conversación.
Preguntas sugeridas para cualquiera de las dos
alternativas educativas:
¿Cómo trabajan con la integración grupal de los
alumnos?
¿Qué metodología de enseñanza utilizan?
¿Qué contenidos y niveles educativos trabajan?
¿De qué modo trabajan en relación al tema de la
discapacidad de los alumnos?
¿Cómo trabajan con las potencialidades de cada
chico a fin de que haya aprendizaje?
¿Qué actividades especiales realizan?
¿Realizan actividades sociales, eventos,
culturales? ¿Cuáles y cómo se realizan?
¿Qué experiencia y conocimiento tienen en
relación a la discapacidad que tiene mi hijo/a?
¿Existen otros alumnos en la institución con
las mismas limitaciones o discapacidad de mi hijo? ¿Otras? ¿Cuáles?
En caso de tratarse de una escuela común con
integración, ¿cómo han tratado previamente el tema de la discapacidad, más allá
de cada alumno?
Para
finalizar, como dice la psicopedagoga Gabriela Covache -Coordinadora del Registro
Nacional de prestadores de discapacidad del Servicio Nacional de Rehabilitación
dependiente del Ministerio de Salud de la Nación-, es necesario pensar la
discapacidad como un hecho social en el cual todos estamos implicados de una u
otra manera. Y no olvidar que “la persona con discapacidad es ante todo, un
sujeto, con todo lo que esto implica, deber ser tratado como tal, con sus
derechos y obligaciones” *
Por: LICDO MIGUEL HERNANDEZ ACARIGUA.
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