escrito por MgSc. Mary Contreras
Si bien los venezolanos tenemos consagrado este Derecho en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en sus artículos 102 y 103, para nuestra infancia y juventud se expresa en el artículo 53 de la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (Lopnna), indicándonos que “…todos los niños, niñas y adolescentes tienen el derecho a la educación gratuita y obligatoria, garantizándoles las oportunidades y las condiciones para que tal derecho se cumpla…”. Es meritorio recordar que la educación es la suprema contribución al futuro de la humanidad; ya que debe contribuir a prevenir la violencia, la intolerancia, las carencias, el egoísmo y la ignorancia. La primera prioridad de los gobernantes debería ser contribuir a la educación y formación de la sociedad, si se quiere avanzar en todos los ámbitos del país, y lograr una democracia próspera y consolidada. Todos debemos preocuparnos y ocuparnos en tener una educación de calidad para nuestros hijos, donde la excelencia sea el norte a perseguir, porque la carencia de este bien lleva las sociedades al fracaso.
La educación es un derecho humano fundamental, esencial para poder ejercer todos los demás derechos; la educación promueve la libertad y la autonomía personal, es decir, que el derecho a la educación implica derecho de todos no a cualquier educación, sino a una educación integral de calidad.
Debemos recordar que la educación es el instrumento más poderoso con el cual cuenta la humanidad para mejorar su calidad de vida, y en especial la infancia y juventud de nuestro país; este derecho debemos promoverlo y defenderlo para evitar que sea un artículo más de las leyes que nos rigen. Todos somos corresponsables en hacer cumplir este derecho y evitar que sea violentado a los más vulnerables.
Uno de los objetivos de este milenio es lograr una educación universal, la cual permita que los niños y niñas en situaciones difíciles, que pertenecen a las minorías étnicas tengan acceso a una enseñanza primaria gratuita y obligatoria de calidad y terminen. Permitiendo así que las necesidades de aprendizaje de todos los jóvenes y adultos sean atendidas mediante el acceso equitativo a un aprendizaje adecuado y a programas de preparación para la vida activa, buscando alcanzar la igualdad entre los géneros y el pleno disfrute de los recursos de todos los países del mundo.
“El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas”.
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