Fundamentos teóricos de la Educación Estética Relacionar los fundamentos teóricos conceptuales de la Educación estética y sus diferentes formas de expresión (oral, plástica, música, danza y teatro o dramatización)
La producción y recepción del arte es un fenómeno presente a través de la historia de la experiencia humana y en todas las comunidades que comparten el globo terráqueo. Como en muchas otras dimensiones de la cultura, la práctica existía antes que el concepto. Esta práctica continua se realiza en la producción de objetos necesarios para la vida social —vasijas, cuchillos, lanzas— y objetos que se decoran, como también se decoran el cuerpo humano y el fondo de las cuevas para cumplir funciones mágicas y rituales.
Asimismo, se producen objetos totémicos para atraer el bien y conjurar el mal en ritos que se elaboran en conjunción con las narraciones míticas. En esta ingente producción de objetos, ritos y narraciones, germinan la cerámica, los productos textiles, las danzas y la literatura antes que los objetos producidos se acogieran a estas denominaciones artísticas.
El concepto arte también tiene una historia teórica. En la misma, se articulan no solamente categorías que lo definen en sus cualidades particulares sino que atienden a sus diversas relaciones con el sujeto que lo crea y con el sujeto que lo percibe. Asimismo, la actividad teórica atendió a las múltiples relaciones individuales y colectivas que el objeto estético cumple. En esa historia teórica, se han separado de su suelo original el concepto de artesanía, el de bellas artes y el de artes populares.
La producción artística es, pues, una constante en la historia humana. Desde su origen, el arte asume funciones rituales y religiosas. En el proceso mismo de desarrollo de la socialización, el arte, que sirve de vehículo de expresión, contestaría ante estas prácticas interrogantes individuales y colectivas. A través de todas estas avenidas, las diferencias en la expresividad de las artes marcan identidades culturales y entrañan valores reconocidos y apreciados por la comunidad social.
El arte es, en sí mismo, un universo. Como objeto que se produce, el arte requiere el uso de materiales tanto naturales como manufacturados y el desarrollo de destrezas particulares. No obstante, la dimensión estética del arte entraña la aplicación de capacidades cognoscitivas y creativas del sujeto que produce y convoca sentimientos, actitudes y valores tanto en el creador como en el receptor. No es de extrañar, pues, que en la historia de la sociedad humana primero se distinga individualmente el artista en función de maestro de taller artesanal y que luego, en posesión de un estilo estético propio, se convierta en maestro de una práctica artística privada. En el mundo cuando la educación se reconoce como un derecho del ser humano, la educación artística encuentra su espacio en los sistemas públicos de educación.
Necesidades cognitivas y culturales
Mejorar el aprendizaje
Existen varios estudios que confirman los efectos positivos que la educación artística y estética tiene en los estudiantes. Por un lado, este tipo de educación aumenta el aprovechamiento académico en relación directa con las capacidades de percepción, imaginación y creatividad y, así también, mejora la expresión y la comunicación. El Critical Link; Learning in the Arts and Social Development es un informe investigativo de sesenta y dos (62) estudios sobre las relaciones determinantes entre el aprendizaje en las artes, el aprovechamiento académico y el desempeño social. Este trabajo de investigación fue desarrollado por el Departamento de Educación de los Estados Unidos y auspiciado por el Arts Education Partnership, que es una organización estadounidense que reúne más de 140 organizaciones artísticas, educativas, empresariales, filantrópicas y 17 PROGRAMA DE BELLAS ARTES de gobierno que exponen y promueven el rol esencial de las artes en el aprendizaje y el desarrollo de los niños. En las conclusiones del informe, se destacan seis (6) efectos que se derivan directamente del aprendizaje de las artes y que inciden en el desarrollo de las destrezas necesarias para el mundo del trabajo y la sociedad:
• Desarrollo de la lectura y del lenguaje. La enseñanza de las artes complementa el proceso educativo desarrollando las destrezas básicas de lectura mediante las tareas de descifrar el código fonético a través de la asociación de letras, palabras, frases, sonidos y significados; además, mejora la comprensión de la lectura y de la comunicación verbal y escrita.
• Matemáticas. La educación musical ayuda a desarrollar destrezas de razonamiento espacial y espacial-temporal que son necesarias para el manejo de ideas y conceptos matemáticos.
• Capacidades y destrezas fundamentales de pensamiento. El aprendizaje de las diversas formas artísticas fortalece capacidades cognitivas esenciales, tales como razonamiento condicionado, ordenamiento mental para la solución de problemas y pensamiento creativo.
• Motivación para aprender. El aprendizaje artístico fomenta la curiosidad por el conocimiento, fortalece las metas personales, profundiza la perseverancia, desarrolla la disciplina, aumenta la capacidad de atención e incrementa la retención escolar.
• Conducta social. La enseñanza de las artes estimula el fortalecimiento de la autoestima, amplía la conciencia de la propia identidad y desarrolla las destrezas de autocontrol. Estos elementos propician un mayor grado de aptitud para la solución de problemas y conflictos, impulsa una mayor inclinación hacia el trabajo en colaboración y lleva a la tolerancia y la empatía social.
• Ambiente escolar. La enseñanza y el aprendizaje en las artes promueven un ambiente de colaboración entre maestros y estudiantes facilitando estrategias docentes innovadoras, desarrollando una cultura profesional positiva y mayor compromiso con la comunidad. De este conjunto de elementos se deriva un sentido de pertenencia a la comunidad escolar que contribuye a la retención de los estudiantes.
Así pues, la educación artística propicia el desarrollo de otras capacidades cognitivas y sociales, que normalmente, no se desarrollan en otras asignaturas, como lo son: patrones de memoria, estructuras de pensamiento, habilidad para desenvolverse dentro de las limitaciones de un contexto, capacidad perceptiva analítica, habilidad para percibir y enfocar el mundo desde un punto de vista ético y estético, percepción de relaciones, atención al detalle, imaginación como fuente de contenido, habilidad para visualizar situaciones y predecir lo que resulta de acuerdo con una serie de acciones planeadas, capacidad creadora, pensamiento divergente, capacidad de síntesis, habilidad para cambiar
la direccionalidad aún cuando ya se esté en un proceso y capacidad para tomar decisiones en ausencia de reglas.
Metodología musical para el niño de escuela elemental
preescolar
La edad es uno de los factores más importantes al momento de delinear métodos y estrategias de enseñanza y aprendizaje. El maestro debe estar bien documentado respecto a las características físicas, intelectuales y emocionales del niño en cada etapa de su desarrollo. El niño preescolar disfruta del canto grupal e individual, es espontáneo y nunca debe ser obligado; gusta de salirse de su silla para moverse por el salón al cantar, ya que su cuerpo está creciendo físicamente. Este conjunto de características impulsa a los niños al desplazamiento físico constante y a realizar actividades de corta duración porque sus lapsos de atención son cortos. En esta etapa, los niños comienzan a definir la lateralidad y el desarrollo motor. En síntesis, el niño se encuentra en un punto decisivo de desarrollo
sicológico y de madurez física.
Los métodos de la Rítmica Dalcroze son especialmente adecuados para el niño de preescolar. Este método pone el énfasis en los aspectos físicos de la experiencia musical. Dalcroze plantea que, a través de la percepción musical, el gesto espontáneo y el desplazamiento con movimientos de marcha, el niño tiene la experiencia concreta de sentir el ritmo. De esta forma, no sólo desarrolla la agudeza del sentido auditivo sino que también amplía la expresión corporal. Asimismo, esta metodología enfatiza en el equilibrio del sistema nervioso mediante la ejecución de movimientos rítmicos, tanto en el salón de clases como en todas las actividades de la vida cotidiana. Esto requiere mejorar aspectos
de la personalidad del niño, como atención, inteligencia y rapidez mental.
Las bases para la comunicación, tanto verbal como no verbal, se desarrollan mediante actividades relativas a la percepción auditiva y que aportan a la espontaneidad de la expresión. La estructuración, la orientación espaciotemporal y la coordinación lograda con actividades musicales y de movimiento corporal, preparan al niño para el próximo paso, a saber, el de las experiencias instrumentales.
Las particularidades del estudiante que se deben considerar son:
- Nivel o edad
- Educación musical previa
- Aptitud y talento
- Entorno cultural y social
- Posibles problemas de aprendizaje
Las particularidades del maestro que
se deben considerar son:
- Área de especialidad musical
- Metodología
- Disponibilidad organizativa
- Apoyo administrativo
Es importante que el maestro desarrolle el aprestamiento del estudiante de manera progresiva. Los procesos de preparación del niño para la experiencia artística musical en los aspectos tanto físico como intelectual, tienen que darse sistemáticamente. Los principios de la inteligencia musical apuntan a que ésta parece desarrollarse en relación estrecha con las etapas de inteligencia sensoriomotriz. La inteligencia musical se desarrolla de manera progresiva, porque cada nivel aporta una nueva coordinación de elementos musicales. Dicha coordinación se basa en la interacción de las actividades sensoriomotriz y perceptiva (Zenatt, 1991). Por tal razón, y siguiendo modelos de desarrollo cognitivo
progresivo, se recomienda que la educación musical se inicie con actividades propias de la etapa y por gradación, considerando siempre los procesos de maduración tanto fisiológica como intelectual.
Debe igualmente prestarse atención a aspectos emocionales del niño en las distintas edades, como lo son sus necesidades de afecto y reconocimiento.
El niño que se siente amado, respetado y cómodo será más productivo en el salón de clases, ya que no siente ninguna amenaza en su entorno educativo. Las metodologías de Martenot, atienden aspectos de desarrollo integral mediante la música. Este sostiene que la vivencia rítmica es un canal primario hacia el intelecto y que el gesto expresivo y los juegos de audición interior y de precisión de pulsaciones hacen que el niño tome conciencia de su propio ritmo. Por consiguiente, esto desarrolla la percepción y la memoria, capacidades intelectuales que son básicas para el aprendizaje.
En la enseñanza de elementos de la música, el ritmo debe ser el elemento primario en la educación musical, ya que es un fenómeno primario en toda cultura. En la fase embrionaria, el oído es el primer órgano que se desarrolla; desde etapas tempranas, el feto percibe toda sonoridad, tanto de su propio organismo como del de la madre —su ritmo cardíaco, la respiración, la digestión, de voz, etc.—.
La voz y el cuerpo se deben desarrollar de manera integrada. Las actividades musicales para el niño de kindergarten deben girar en torno al canto colectivo y al movimiento corporal.
DE PRIMERO A TERCER GRADO
El primer grado es uno de cambios importantes; el niño ya está preparado para comenzar a leer y escribir; ha logrado cierta independencia emocional que le permitirá ser más expresivo en las actividades artísticas. En el área musical, el niño de seis a siete años es capaz de cantar con entonación; ha logrado precisión en los intervalos; puede seguir modulaciones y manejar la base rítmica. Carl Orff propone una metodología muy adecuada para el niño de seis y siete años. Su objetivo principal es que éste se exprese de manera libre y espontánea por medio de la música. Se resalta el logro de la expresión musical sobre las habilidades técnicas musicales.
Los medios que se utilizan son canciones, compuestas sobre la escala pentatónica inicialmente, rondas, ostinatos, rimas, ecos y pregones típicos de la lengua materna, que se convierten en el medio más útil de enseñar al niño. Las artes del lenguaje y las artes musicales se pueden desarrollar paralelamente en esta etapa maximizando los esfuerzos. Es recomendable que el maestro de música trabaje el desarrollo de las destrezas artísticas musicales en coordinación con el maestro de las artes del lenguaje para que la enseñanza sea más integrada y completa.
Al escoger las canciones, el maestro de música debe ser muy cuidadoso respecto a vocabulario, temas, registro vocal del niño en este nivel y grado de dificultad. También debe considerar todas las capacidades y limitaciones del estudiante para que la experiencia sea efectiva y se logren los objetivos trazados. Las voces de los niños en los primeros grados —entre 4 y 8 años— son bastante uniformes en ambos sexos. El lenguaje, como la música, se entona y articula rítmicamente por las sílabas y su fuerza de pronunciación. Al usar la rima, se integra el conocimiento lingüístico con la pulsación rítmica; el niño comienza a sentir y a experimentar el ritmo, ese elemento primario en el currículo musical. Trabajos posteriores como los de Chomsky y Schenker, —que describieron la estructura del lenguaje y de la música respectivamente— han desarrollado la filosofía de Orff. También Regelski (1975) puso como base en el aprendizaje musical lo que llamó el comportamiento verbal, es decir, hablar y escribir. Lo más adecuado es que el maestro de materias básicas y el de música integren sus clases para el desarrollo complementario de las destrezas lingüísticas y musicales.
Después de esta etapa —en la que el niño experimenta la música como un lenguaje con su cuerpo y su voz, por medio del canto y la expresión corporal—, comienza la expresión instrumental como una segunda etapa en la educación musical. Orff diseñó un instrumental, conocido hoy como la banda rítmica, que se compone de los instrumentos de percusión para iniciar al niño en el ritmo.
DE CUARTO A SEXTO GRADO
Ya en cuarto grado, el estudiante ha adquirido las destrezas de juicio necesarias para comenzar con la lectura musical y la ejecución. El desarrollo físico del estudiante ha alcanzado una madurez que le permite manipular instrumentos musicales formales (trompeta, saxofón, violín, cuatro, etc.); por ello, se recomienda iniciar en cuarto grado la formación de conjuntos musicales (vocales e instrumentales). El maestro debe estar consciente de que una de las directrices del programa es la identificación de alumnos talentosos que formarán parte del estudiantado de las Escuelas Libres de Música.
En esto, se recomienda a los maestros que establezcan comunicación con dichas escuelas para identificar las metodologías que éstas practican y los criterios de admisión. Es necesario precisar la necesidad de exponer a los estudiantes a escuchar y valorar nuestra herencia musical. Los cursos de apreciación musical deben estar destinados a desarrollar la inquietud por nuestros géneros musicales propios así como por otros no nacionales.
DE SÉPTIMO A DUODÉCIMO GRADO
Las estrategias de la educación en música integran el contenido a partir de cuatro disciplinas fundamentales de la misma: la estética, la producción, la historia de la música y la crítica. En este sentido, se recomienda la utilización de la metodología expone al estudiante a un conocimiento de la música en las siguientes áreas: lenguaje musical, expresión vocal e instrumental, movimiento y danza, música en el tiempo y música y comunicación. El método puede variar según las características de la población estudiantil pero manteniendo en perspectiva los estándares académicos.
lo felicito por el material publicado
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