En enero de 1984 tiene lugar el encuentro de dos grupos diferentes de venezolanos con una preocupación en común; el desarrollo del país. Un grupo de amigos de Chiguará, empeñados en ayudar a su pueblo natal a resolver sus problemas y necesidades más urgentes, y un grupo de profesionales que habían venido perfeccionando una novedosa metodología de planificación y que estaban interesados en aplicarla a escala piloto. Los primeros deseaban organizarse mejor para contribuir al desarrollo de este pequeño pueblo de los Andes merideños, mientras que los segundos, desde su base de operaciones en el Instituto de Investigaciones Integradas (l.l.l.) y la Fundación para el Desarrollo Estratégico Nacional, ambas en Caracas, ofrecían un concurso para seleccionar una comunidad del interior del país que reuniera las condiciones y circunstancias más apropiadas para realizar el experimento.
En este concurso, en el cual fueron presentados proyectos de diferentes regiones del país, resultó electo Chiguará. Se estimó que el pueblo y el Municipio eran una buena representación de la situación general del país y que el proyecto presentado por un chiguarense, el General Pedro Dávila Fernández, para experimentar un modelo de desarrollo integral de tipo autogestionario, reunía un conjunto de caracterís
ticas favorables para el ensayo piloto. La decisión de seleccionar a Chiguará como la comunidad donde el ensayaría en forma intensiva su metodología, estableció una estrecha relación entre la Fundación para el Desarrollo Estratégico Nacional y los promotores del Desarrollo Integral de Chiguará. En palabras de uno de los sujetos entrevistados, Chiguará se convirtió en “maqueta'' de este proyecto.
¿Qué ha ocurrido desde la fecha en que se tomó esta decisión hasta el presente? ¿En qué forma se han com binado estas dos iniciativas en la realidad concreta representada por el Municipio Chiguará? ¿Qué características presenta este Municipio de los Andes venezolanos? ¿En qué consiste la Metodologíadesarrollada p o fW titu to de Investigaciones Integradas y en qué medida está siendo aplicada por quienes li- derizan el desarrollo integral de Chiguará? ¿Cómo surgió y qué forma organizativa adoptó el grupo que dirige este proceso? ¿Cuáles son las principales dificultades que ha enfrentado la Fundación establecida? ¿Qué conflictos han surgido durante el proceso y cómo han sido afrontados y resueltos por dicha Fundación? ¿Qué resultados pueden apreciarse al cabo de cinco años de iniciado el proceso? ¿Qué enseñanzas de tipo práctico pueden derivarse de esta experiencia? ¿Qué aspectos merecen ser investigados para extraer información generalizable?.En los capítulos que siguen se tratará de dar respuestas a éstas y otras interrogantes, siempre dentro de las limitaciones se han señalado anteriormente. Más con el propósito de estimular observaciones y discusiones sobre hechos descritos, que con ánimo de ser analíticos. Más con la intención de fom entar el estudio de estos procesos desde diferentes puntos de vista, que con la pretensión de agotar el tema. Se trata en realidad de bosquejar el escenario donde ocu
rre la experiencia y de presentar un proceso que, con sus aciertos y deficiencias, podría tomarse como un ejemplo de lo que puede y debe hacerse para combinar el potencial científico y técnico que maneja el sector académico universitario, con el ímpetu que surge de quienes, desde diversas organizaciones de base y movidos por una sensibilidad social, promueven el desarrollo de las com unidades.(3)
(3) El contenido seleccionado para este Caso tiene otra limitación, derivada de la perspectiva teórica desde la cual se le aborda: la del investigador interesado en los procesos de cambio organizacional, desde el punto de vista de la Sociología de Organizciones Formales y de la Psicología Social y con un fuerte sesgo hacia lo que se ha dado en llamar el Aprendiaje Organizacional. Se ha procurado, no obstante, incluir informaciones que puedan servir de incentivo para investigadores y estudiosos pertenecientes a otras disciplinas sociales, tales como la Sociología de la Educación, la Antropología, la Historia, la Economía y otras.
En esta ocasión estará llegando a Chiguará, un pueblo
Este fenómeno tal vez no se diferencie de lo que todo
La historia registra que Chiguará fue fundada el 13 de
los consquistadores se encontraron aquí con una comunidad
La etimología de Chiguará: Chi= agua; Guará= gente;
ción. (4)
tudes cívicas...” (5)
La interpretación de una convivencia pacífica entre es
de “ Pueblo Quemado” con el cual se designó por algún tiempo
En lo que parece existir más acuerdo es en el carácter
Quedan para los historiadores, antropólogos y arqueó
desarrollo agrícola...’
(5) Se cita aquí al escritor Antonio Márquez Salas, nativo de Chiguará;
El pueblo de Chiguará y sus veintidós aldeas constitu
altitud de 1.100 mts. sobre el nivel del mar, se encuentra a
El Municipio Chiguará, a pesar de tener una topografía
ocupar el prim er lugar, seguida por la producción de cam bu
junto con el apio.
Las bellezas naturales del Municipio Chiguará lo con
de al pie del mencionado parque, como un desafío para los
de 100 mts, denominada “El Chorrerón”.
se también los resultados del esfuerzo del habitante de estas
montañas próximas a la cuenca del Lago de Maracaibo.
CHIGUARA,
UN PEQUEÑO PUEBLO
DE LOS ANDES MERIDEÑOS
Y UN MUNICIPIO
DE VEINTIDOS ALDEAS
Si usted viaja desde Mérida hacia El Vigía, por la ca
rretera que conecta estas dos ciudades; después
de pasar Lagunillas y aproximadamente a la altura
de Estanques, podrá ver a mano derecha uno de los
tantos letreros que advierten al viajero el acceso a
un poblado andino. Este letrero le indica que si toma ese des
vío y remonta las montañas de la vertiente derecha del Cha
ma por un ramal de sólo 5 Km, arribará a uno de esos pinto
rescos pueblos con su Plaza Bolívar sembrada de pinos y su
Iglesia imponente frente a las respetuosas dimensiones de
las demás construcciones que enmarcan la plaza.
En esta ocasión estará llegando a Chiguará, un pueblo
andino más, atractivo y curioso en su forma de recostarse a
las empinadas faldas de una caprichosa cadena de verdesco-
linas, frecuentemente cubiertas por una tenue neblina. Un
pueblo más para el viajero desprevenido, pero no para quie
nes nacieron en él y se ausentaron, o para quienes llegaron
allí a una edad temprana.
Porque ellos habrán quedado mar
cados por una fuerza telúrica y por una atmósfera social pro
fundam ente efectiva. Una fuerza casi mágica que los envuel
ve, los hermana y los acerca emocionalmente al terruño.
Este fenómeno tal vez no se diferencie de lo que todo
ser humano siente por el lugar del planeta en el cual vino al
mundo y se inició en su aventura vital. Sin embargo, cabe la
sospecha de que el mismo tenga aquí algunos rasgos singu
lares que puedan explicarse por un proceso histórico que po
dría rastrearse hasta un pasado muy remoto, cuando los con
quistadores españoles se encontraron, a mediados del Siglo14 EL CASO CHIGUARA...
XVII con los indios Chiguaráes. que “ ...habitaban junto al
Río Chama, donde se inician las tierras llanas que rodean el
Lago de M aracaibo...” (Salas, J.C., 1957).
Semejante incursión histórica rebasaría los objetivos
del presente trabajo. Se justifica en cambio, una breve mirada
a ese pasado aunque sólo sea para ubicar en forma gene
ral al lector, y para enfatizar la necesidad de una indagación
histórica sistemática, si se quiere lograr una mejor com pren
sión de los hechos del presente.
La historia registra que Chiguará fue fundada el 13 de
junio de 1657 por el Capitán Francisco Fernández Rojas, con
el nombre de “San Antonio de Padua de Chiguará” , aunque
una reciente Tesis de Grado de la U.L.A., a la cual no hemos
tenido acceso, sostiene que la fecha de fundación de este
pueblo fue el 03 de diciembre de 1656 (Varela, 1988). Carlos
Delgado Dugarte (1976) por su parte, considera que tratándo
se de Chiguará no debe hablarse de “fundación”, puesto que
los consquistadores se encontraron aquí con una comunidad
indígena establecida y con un cierto grado de desarrollo so
cial. En efecto, se sabe que con la tribu de los Chiriguaraes se
“...fundó una doctrina indígena” (Salas, 1957) o se constituyó
un “Pueblo de Doctrina”, con lo cual se indica que a esa comu
nidad se le asignó un Párroco Doctrinero para que, de confor
midad con el sistema adm inistrativo de las Misiones, ejercie
ra la dirección civil y religiosa de esa colectividad.
La etimología de Chiguará: Chi= agua; Guará= gente;
Ura, Ure, Uri, Uro= río de lenguas Aruacas (Salas, 1957) po
dría interpretarse como indicativa, no sólo de que se trataba
de una gente que vivía cerca del río, sino también de una gen
te que sabía dominar y utilizar el agua del río. Ciertos vesti
gios arqueológicos que demuestran la presencia de aljibes
precolom binos en los bohíos de los Chiguaraes (de allí el
nombre de Estanques), vendrían en apoyo de esta interpreta
ción. (4)
(4) Moreno Pérez (1986) señala que el grado de desarrollo agrícola de
los indígenas merideños '...quienes hablan desarrollado técnicas de
almacenamiento de agua y riego... dio origen a las semejanzas que
los españoles asignan a los respectivos lugares, tales como Estan
que«
Márquez Salas (1968) sugiere que entre los Chiguaráes
y los conquistadores se estableció una singular relación que
tendría el significado de un pacto entre dos culturas que de
cidieron respetarse mutuamente y unirse para vivir con digni
dad y libertad, y que esta convivencia habría evolucionado
hacia una “doctrina de tenacidad, aguante y de tem pladas vir
tudes cívicas...” (5)
La interpretación de una convivencia pacífica entre es
tas dos culturas no parece encontrar apoyo en otras fuentes
históricas ni en la tradición oral. Carlos Delgado (1976), apo
yándose en el cronista Fray Pedro de Aguado, señala más
bien que los Chiguaráes eran nativos rebeldes y que ofrecie
ron tal resistencia a los hombres de Juan Rodríguez Suárez
(1558) que éstos optaron por prender fuego a sus bohíos co
mo un recurso extremo para poder reducirlos. De ahí el mote
de “ Pueblo Quemado” con el cual se designó por algún tiempo
a Chiguará.
En lo que parece existir más acuerdo es en el carácter
laborioso y emprendedor de la comunidad resultante de este
proceso de aculturación, así como en el hecho de que tanto
en el pasado precolombino como en la historia más reciente,
los habitantes de esta región presentan un conjunto de las ca
racterísticas físicas y psicológicas que los distinguen de los
demás pobladores de las montañas merideñas.
Quedan para los historiadores, antropólogos y arqueó
logos, éstos y otros temas del pasado, de indudable valor pa
ra ubicar en contextos más amplios, los hechos del presente.
Para los efectos de este trabajo, sólo se trata de sugerir la posibilidad
de que existan desarrollos históricos que puedan
agua; Acequias, donde existían canales de conducción del agua
desde Nacientes; y en Lagunlllas, igualmente por su dotación de ca
nales de riego. De igual modo son estas áreas las más densamente
pobladas en cuanto a los indígenas, como consecuencia neta de su
desarrollo agrícola...’
(5) Se cita aquí al escritor Antonio Márquez Salas, nativo de Chiguará;
destacado miembro del grupo Contrapunto y ganador de dos prime
ros premios en el Concurso Anual de Cuentos de *EI Nacional', con
sus renombrados cuentos ‘ Como Dios' y ‘ El Hombre y su Verde Ca
ballo*.
El pueblo de Chiguará y sus veintidós aldeas constitu
yen hoy un Municipio foráneo perteneciente al Distrito Sucre
del Estado Mérida, con una superficie de 160 Km2 y unos
6.000 habitantes. El mismo se eleva desde los 400 hasta los
2.200 metros sobre el nivel del mar, dando lugar a una varie
dad de climas y de vegetación que incluye desde un bosque
xerófilo en la zona más baja, hasta los bosques húmedos y
“páram os” en sus zonas altas. Chiguará, su capital, con una
altitud de 1.100 mts. sobre el nivel del mar, se encuentra a
unos 47 Km. de Mérida y a 40 Km. de El Vigía.
El Municipio Chiguará, a pesar de tener una topografía
muy accidentada, está dotado de fértiles tierras y de agua
abundante, lo que ha permitido a sus pobladores obtener ex
celentes niveles de producción agrícola. Entre los cultivos so
bresalen el café, el tomate, la yuca, el apio, el fique y una gran
variedad de frutas; el Municipio destaca también por su gana
dería de carne y de leche. (Perera y González, 1984). En es
te momento, la producción de carne y de leche ha venido a
ocupar el prim er lugar, seguida por la producción de cam bu
res. Estos renglones han colocado al café, tradicionalm ente
el primer producto del Municipio, en un modesto tercer lugar,
junto con el apio.
Sin embargo, el café de Chiguará conserva un notable
atractivo por su excelente calidad. A esto ha contribuido la
empresa torrefactora establecida por Amado Mateus, en la
cual se tuesta, muele, empaca y distribuye una buena porción
del café que produce el Municipio. Esta industria, desarrolla
da con notable ingenio y creatividad, constituye en sí misma
un ejemplo de la capacidad de estos pueblos para aprender,
inventar y progresar.
Las bellezas naturales del Municipio Chiguará lo con
vierten en un potencial centro turístico de grandes perspecti-
(6) Cabe aquí un sincero reconocimiento por las valiosas orientaciones
que sobre estos aspectos históricos hemos recibido del Dr. Federico
Brito Figueroa y de los profesores Jesús Alberto Figueroa y Maria
no Gómez del Cerro. En estos párrafos sólo hemos consignado una
Infima parte de sus inestimables enseñanzas.
Entre éstas se destacan hermosos campos, algunos de
los cuales constituyen balcones naturales desde donde se do
mina la “Tierra Llana” y el Lago de Maracaibo en el lugar don
de el Chama le brinda sus aguas; un bosque xerófilo, recien
temente transformado en un atractivo parque; la im presionan
te formación geológica denominada “El Pedregal”, constitui
da por una enigmática franja de rocas ígneas que se extien
de al pie del mencionado parque, como un desafío para los
científicos y una invitación a la imaginación de los artistas. En
la vía hacia El Guamo se encuentra una caída de agua de más
de 100 mts, denominada “El Chorrerón”.
Al lado de estas atracciones naturales puede apreciar
se también los resultados del esfuerzo del habitante de estas
tierras: grandes, medianas y pequeñas haciendas de café y
de ganado que hunden sus raíces en el pasado de Chiguará;
algunas de ellas convertidas hoy en modernas empresas agrí
colas o ganaderas, incluyendo entre estas útlimas, interesan
tes experiencias de ganadería de altura que se han ido exten
diendo hacia la vertiente del Lago de Maracaibo.
En palabras
de Dugarte (1988), "Chiguará ya no fija su mirada en las tie
rras que están en la ribera... de El Chama, sino... en las fera
ces tierras acariciadas por la brisa y soplos de vida de las
montañas próximas a la cuenca del Lago de Maracaibo.
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