La manifestación cultural de un pueblo es infinita, dinámica, maravillosa. Y nos referimos aquí a la manifestación genuina y propia de un pueblo, aquella que emerge esencialmente de esos poderes creadores en los que cree el poeta Nazoa; la cultura que batalla y resiste día a día para librarse de la estandarización y la imposición de patrones prefabricados. Esa cultura la hace el pueblo y aunque parezca redundante, siempre es bueno reafirmarlo para distinguirla del mercado de la industria del espectáculo.
Intentar enumerar lo que ocurre en la cotidianidad del pueblo creador que se ha otorgado como primer eje estratégico de Gobierno lo ideológico-cultural, es un ejercicio prácticamente inútil; son diversos, múltiples, los ejercicios, prácticas, hechos y procesos que suceden cotidianamente. No es exagerado decir que nunca antes como ahora habían sido tan bien acompañados los cultores, creadores y artistas. Es una realidad evidente.
Cualquier día de los que transcurren sería un buen ejemplo, pongamos el caso de la semana que acaba de concluir, en un lapso de apenas 5 días ocurrieron eventos significativos por demás. Edgard Maldonado, egresado de la recién creada Universidad Nacional Experimental de las Artes, realizó su primera exposición personal, llenando la Casa de la Cultura Carlos Gauna de esculturas maravillosas. Inmediatamente, se concentraban en el Centro de Cultura de Guanare las más emblemáticas manifestaciones tradicionales de este estado, las Locainas de Agua Blanca y San Rafael de Onoto, el Joropo Criollo Venezolano, el Baile del Toro, la Danza del Café de Sucre, las Orquídeas Coromotanas de Esteller, los Viacrucis de Guayabital y Araure, la Cruz de Mayo Araureña, el cacho llanero, repentistas e improvisadores y otras manifestaciones más, para constituir la Red de Patrimonio Inmaterial y Diversidad Cultural del estado Portuguesa, sumándose a las otras 15 creadas en diferentes estados del país, como un ejercicio de organización del poder popular cultural en firme defensa y preservación de nuestro patrimonio, pero, sobre todo, en una clara redefinición del concepto de patrimonio cultural que durante décadas fue circunscrito y limitado solo a las edificaciones y bienes materiales.
A la par, el ICEP, en conjunto con los colectivos, inauguraba el Encuentro Regional de Artesanos y Artesanas, con la exposición de logros creativos producto del trabajo de mágicas manos de los 14 municipios y de los estados invitados, así como los escritores y escritoras del Llano se daban cita para celebrar la fiesta de la palabra hecha poesía, mientras nuestros niños y niñas de las comunidades atendidas por la Misión Cultura Corazón Adentro mostraban su capacidad creadora y en las escuelas los Docentes Cultores del Arte, en conjunto con los Maestros y Maestras Ambulantes “Yo Si Creo”, estimulaban y producían obras impecables en su contenido y ejecución, forjando el espíritu de nuestros hijos e hijas.
Todo esto ocurría mientras finalizaba el Festival de Teatro Comunitario de Araure y se preparaba la llegada del Festival de Teatro de Portuguesa a Turén. Por si fuera poco, la Compañía Regional de Teatro con su “Cantata de Argimiro Gabaldón” y Garaje Teatro con el Monólogo “Elisa”, andaban recorriendo el estado, siendo disfrutadas por cientos de espectadores. Innumerables colectivos, agrupaciones, individualidades, desde sus sedes, talleres, comunidades, espacios públicos andaban regando la Patria de su trabajo creador y creativo, contribuyendo con la construcción de un vivir sano y armonioso, consciente, solidario, culto y libre, como diría Martí.
Esta brevísima muestra de apenas 5 días, a partir de unos cuantos ejemplos, nos habla de un pueblo creador, que preserva y tiene plena conciencia de la importancia de su identidad y patrimonio cultural, un pueblo que resiste cada día el ataque con el cual se pretende borrar nuestra memoria histórica e identidad cultural, lo que fuimos y lo que somos. Pero sobre todo, nos habla de un pueblo que se manifiesta y expresa a través de las artes, plenos, en libertad, sin exclusión. Nos habla, sin duda, de un pueblo que transita el camino hacia la independencia definitiva en la construcción del socialismo, dignificado, acompañado, reconocido y valorado desde lo público y lo colectivo. “Algo bueno está pasando”, he aquí un ejemplo de ello, son los mismos creadores y creadoras quienes hacen tal aseveración, esta revolución desde la cultura ha logrado que buenas cosas estén pasando y cuántas cosas buenas seguirán pasando, todavía.
Intentar enumerar lo que ocurre en la cotidianidad del pueblo creador que se ha otorgado como primer eje estratégico de Gobierno lo ideológico-cultural, es un ejercicio prácticamente inútil; son diversos, múltiples, los ejercicios, prácticas, hechos y procesos que suceden cotidianamente. No es exagerado decir que nunca antes como ahora habían sido tan bien acompañados los cultores, creadores y artistas. Es una realidad evidente.
Cualquier día de los que transcurren sería un buen ejemplo, pongamos el caso de la semana que acaba de concluir, en un lapso de apenas 5 días ocurrieron eventos significativos por demás. Edgard Maldonado, egresado de la recién creada Universidad Nacional Experimental de las Artes, realizó su primera exposición personal, llenando la Casa de la Cultura Carlos Gauna de esculturas maravillosas. Inmediatamente, se concentraban en el Centro de Cultura de Guanare las más emblemáticas manifestaciones tradicionales de este estado, las Locainas de Agua Blanca y San Rafael de Onoto, el Joropo Criollo Venezolano, el Baile del Toro, la Danza del Café de Sucre, las Orquídeas Coromotanas de Esteller, los Viacrucis de Guayabital y Araure, la Cruz de Mayo Araureña, el cacho llanero, repentistas e improvisadores y otras manifestaciones más, para constituir la Red de Patrimonio Inmaterial y Diversidad Cultural del estado Portuguesa, sumándose a las otras 15 creadas en diferentes estados del país, como un ejercicio de organización del poder popular cultural en firme defensa y preservación de nuestro patrimonio, pero, sobre todo, en una clara redefinición del concepto de patrimonio cultural que durante décadas fue circunscrito y limitado solo a las edificaciones y bienes materiales.
A la par, el ICEP, en conjunto con los colectivos, inauguraba el Encuentro Regional de Artesanos y Artesanas, con la exposición de logros creativos producto del trabajo de mágicas manos de los 14 municipios y de los estados invitados, así como los escritores y escritoras del Llano se daban cita para celebrar la fiesta de la palabra hecha poesía, mientras nuestros niños y niñas de las comunidades atendidas por la Misión Cultura Corazón Adentro mostraban su capacidad creadora y en las escuelas los Docentes Cultores del Arte, en conjunto con los Maestros y Maestras Ambulantes “Yo Si Creo”, estimulaban y producían obras impecables en su contenido y ejecución, forjando el espíritu de nuestros hijos e hijas.
Todo esto ocurría mientras finalizaba el Festival de Teatro Comunitario de Araure y se preparaba la llegada del Festival de Teatro de Portuguesa a Turén. Por si fuera poco, la Compañía Regional de Teatro con su “Cantata de Argimiro Gabaldón” y Garaje Teatro con el Monólogo “Elisa”, andaban recorriendo el estado, siendo disfrutadas por cientos de espectadores. Innumerables colectivos, agrupaciones, individualidades, desde sus sedes, talleres, comunidades, espacios públicos andaban regando la Patria de su trabajo creador y creativo, contribuyendo con la construcción de un vivir sano y armonioso, consciente, solidario, culto y libre, como diría Martí.
Esta brevísima muestra de apenas 5 días, a partir de unos cuantos ejemplos, nos habla de un pueblo creador, que preserva y tiene plena conciencia de la importancia de su identidad y patrimonio cultural, un pueblo que resiste cada día el ataque con el cual se pretende borrar nuestra memoria histórica e identidad cultural, lo que fuimos y lo que somos. Pero sobre todo, nos habla de un pueblo que se manifiesta y expresa a través de las artes, plenos, en libertad, sin exclusión. Nos habla, sin duda, de un pueblo que transita el camino hacia la independencia definitiva en la construcción del socialismo, dignificado, acompañado, reconocido y valorado desde lo público y lo colectivo. “Algo bueno está pasando”, he aquí un ejemplo de ello, son los mismos creadores y creadoras quienes hacen tal aseveración, esta revolución desde la cultura ha logrado que buenas cosas estén pasando y cuántas cosas buenas seguirán pasando, todavía.
SALUDOS
MIGUEL HERNÁNDEZ
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