- Cuando dos personas establecen una relación de pareja se abre ante ellos una gama de posibilidades que incluyen la amistad, el amor y, aunque la sola palabra nos ponga “la carne de gallina”, también la violencia. La vida en pareja es algo sumamente complejo y en muchas ocasiones no corresponde con los finales siempre felices de los cuentos infantiles(Principio del Placer), ni con las esperanzas de una vida dichosa y apasionada que muchas personas llevan al unirse en pareja. ¿Por qué? ¿Qué pasa en la vida de una pareja que destruye ilusiones? ¿En dónde quedan los sueños del noviazgo de tener un amor único y verdadero para toda la vida? ¿Por qué las palabras ceden paso a las críticas, los regaños y los golpes? ¿Cómo es que la violencia se instala en la pareja y despliega todo un abanico de manifestaciones? ¿Y por qué continúa la vida en común? ¿Qué significa todo esto en la vida de las parejas, heterosexuales y homosexuales? ¿Es posible, y realista, pensar en un cambio? Estas y algunas otras preguntas guían las reflexiones de una Psicología de Pareja donde se dejan ver los diversos modos de violencia dentro de la pareja: física, sexual, económica, emocional y espiritual; y nos vislumbra los distintos comportamientos que asumen sus miembros dentro de la relación. Dejo en claro que la violencia no necesariamente es agresión física, lo cual hará reflexionar a más de uno sobre su situación de pareja. Si bien no existe una única solución, la Psicología de Pareja, ofrece una guía de cómo comenzar a gestar el cambio.El infierno son los otros, frase célebre de J.P. Sartre en su corta obra de teatro “A puerta cerrada”: Abandono, Injusticia, Ira, Humillación. Hay parejas que establecen y mantienen una dinámica muy destructiva, cuyo telón de fondo es la más absoluta incomunicación. La incomprensión echa raíces y se extiende en un silencio que denota indiferencia, desinterés y condena. En ocasiones, este silencio sólo es interrumpido con insultos, humillaciones, burlas y reclamos. De las ofensas y la descalificación a los golpes sólo hay un paso. Y una vez que la violencia física se instala en la relación, es muy difícil que las cosas cambien, aun cuando exista la voluntad genuina de ambas partes para lograrlo, si no se cuenta con apoyo especializado. Además, cuando hay maltrato, se vive un aislamiento progresivo; hay una incapacidad para comunicarse y pedir ayuda, incluso a las personas más allegadas. El encierro, real o virtual, tiene graves consecuencias. La más inmediata es que se vuelve cómplice de la violencia.
- La Psicología de Pareja pretende abordar, de un manera clara y sencilla, lo que ocurre en una pareja “entre cuatro paredes”, en ese espacio privado que tiene múltiples significados: lo íntimo, lo secreto, lo inaccesible, lo ignorado y rechazado, lo cálido, lo propio. Una vez que aprendemos a detectar las señales de alarma y a ubicar los focos de alerta en el tablero emocional, podemos ahuyentar la violencia sin un solo titubeo. Y entonces sí, podremos disfrutar cabalmente la intimidad, la solidaridad y el amor que sólo encuentran su verdadero significado en “una sola carne”.
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