Fotos de Psicipedagogo A Su Órden Acarigua Araure https://t.co/MMAaeC69MO
— CARMEN TERESA MOLINA (@CARMENLacatira) 16 de diciembre de 2016
Artículo para reflexionar. En el debate y torbellino de ideas desde una visión crítica y emancipadora sin tintes partidistas con un enfoque sociocritico vanguardista, desde la teoría critica si usted quiere. Crees que el Profesor Pérez Esclarín tiene razón desde la hermenéutica? Se aceptan comentarios analíticos.
Recuerde qué: "La hermenéutica filosófica tiene un gran valor en la educación, ya que impulsa una comprensión más profunda y reflexiva del conocimiento, estimula el pensamiento crítico, fomenta la interdisciplinariedad y genera un ambiente de aprendizaje más empático e inclusivo".
....Prof. Miguel Hernández🤔 Autor del post:
Antonio Pérez Esclarín. Marzo 15 2024.
SIMÓN RODRÍGUEZ SEPULTADO Y OLVIDADO
Nos insistieron una y otra vez que la educación bolivariana se enraizaba en el pensamiento y obra de Simón Rodríguez. Pero unos pocos años de desgobierno han bastado para destruir la educación y sepultar las ideas del Maestro del Libertador. Por ello, es urgente que recuperemos su pensamiento y su defensa de la educación, sobre todo de la pública, que él defendió con pasión y es la que posibilita a las mayorías una vida digna y el logro de los derechos esenciales, pues sólo sobre la ignorancia se pueden mantener los populismos y los gobiernos autoritarios.
Rodríguez vio con claridad que una vez lograda la independencia militar, para tener repúblicas fuertes y sociedades prósperas y en paz, había que dejar a un lado a los militares y emprender la revolución cívica, mediante una educación que enseñara a trabajar, amar el trabajo, y “vivir en República”, es decir, que promoviera las “virtudes sociales”, respeto, honestidad, solidaridad y combatiera el individualismo egoísta. Se trataba de convertir a los súbditos sumisos y obedientes, en ciudadanos libres e independientes “capaces de gobernarse a sí mismos”, y que no se dejaran dominar ni engañar por nadie.
Educación abierta a todos, especialmente a los más pobres y marginados, las víctimas directas de la mentalidad y la cultura colonial que seguía intocada: “Si la educación se proporcionara a todos, ¡cuántos de los que despreciamos, por ignorantes, no serían nuestros consejeros, nuestros bienhechores y nuestros amigos! ¡Cuántos de los que nos obligan a echar cerrojos a nuestras puertas, no serían depositarios de las llaves! ¡Cuántos de los que tememos en los caminos, no serían nuestros compañeros de viaje!”.
La nueva educación debía combatir la pedagogía transmisiva y repetidora, que promueve la sumisión, y asumir una pedagogía creativa y crítica: “¡Enseñen a los niños a ser preguntones, para que, pidiendo el porqué de lo que se les manda a hacer, se acostumbren a obedecer a la razón, no a la autoridad como los limitados, ni a la costumbre, como los estúpidos!”.
Pero posiblemente su insistencia mayor, que fue la razón por la que fue incomprendido y rechazado por muchos, fue su empeño en promover el amor al trabajo productivo, y de unir la instrucción académica con los oficios mecánicos y agrícolas, pues era necesario “colonizar el país con sus propios habitantes”. Estaba convencido de que la prosperidad y la riqueza no consistía en las minas y materias primas sino en las capacidades productivas, y que el trabajo era la llave del progreso y de la independencia. Él mismo quiso dar ejemplo con su vida: Cuando no conseguía trabajo como maestro, para sobrevivir, montó talleres para producir jabones y velas. Por ello, solía ironizar, diciendo: “Así lavaré la conciencia de los americanos y alumbraré América con mis velas”. Durante toda su vida combatió la cultura limosnera que degrada a las personas y convierte a los ciudadanos en mendigos: “Yo no pido que me den, sino que me ocupen, que me den trabajo. Si estuviera inválido, pediría ayuda. Sano y fuerte debo trabajar. Sólo permitiré que me carguen a hombros cuando me lleven a enterrar”.
Para posibilitar esta educación, se necesitaban maestros honestos, creativos, con vocación, cuyo ejercicio les garantizara vida digna: “El maestro debe contar con una renta que le asegure una decente subsistencia, y en que pueda hacer ahorros, para sus enfermedades, y para su vejez…No ha de recibir limosnas que lo humillan.
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