Conozca más sobre el Trastorno de Asperger

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Esta patología forma parte de los Trastornos del Espectro Autista y se caracteriza por alterar la interacción social del individuo a través de la dificultad para compartir intereses y objetivos con otras personas, causando restricciones en su desempeño social, escolar y laboral.

A diferencia del Autismo clásico, el ser humano con Trastorno de Asperger posee un coeficiente intelectual promedio e incluso por encima del normal, además de mantener una estructura del lenguaje coherente.

“Por ser una condición asociada al desarrollo neurocognitivo y psicosocial del individuo, se comienza a diagnosticar desde la infancia y los síntomas empiezan a aparecer a partir de los 2 años de edad y en la pubertad y adolescencia es cuando se puede hacer un diagnóstico definitivo, por ser la etapa con mayor interacción social”, dice Clementina Capriles, psiquiatra de la Clínica Sanitas Santa Paula.

La especialista indica que esta patología es más frecuente en niños que en niñas y en la actualidad se desconoce el motivo. Asimismo, asegura que las estadísticas a nivel mundial indican que tres de cada mil personas sufren de este síndrome y Venezuela no dista de estos números.

Algunos de los patrones que pueden manifestar quienes padecen de este desorden son los siguientes:

1- Dificultad para establecer contacto visual, alteraciones en la expresión facial, y en las posturas corporales, gestos estereotipados.

2- Dificultad en la interacción social para compartir intereses con otras personas.

3- Preocupación absorbente por algún interés o actividad, que se considera anormal dada su intensidad, rutinas y/o rituales inflexibles, movimientos estereotipados, entre otros.

4- Deterioro significativo en el desempeño social, laboral y otras áreas importantes de las acciones que lleva a cabo.

Para tratar el Asperger la se recomienda seguir un programa eficaz que combine múltiples intervenciones como lo son:

1- Terapias de grupo: capacitación sobre habilidades sociales y desarrollo de técnicas para interactuar exitosamente con otros niños.

2- Terapia cognitivo-conductual: Desarrollo de destrezas sociales, comunicacionales, el manejo adecuado de sus emociones, entre otras.

3- Uso de psicofármacos para corregir: compulsiones, irritabilidad, trastornos del humor y ansiedad.

4- Terapia ocupacional o física: Implementada en casos con problemas de integración sensorial o fallas en la coordinación motora.

5- Terapia especializada del habla/lenguaje: aplicada para solventar los problemas con la pragmática del lenguaje y el intercambio de la conversación normal.

6- Intervención psicopedagógica: Desarrollo de hábitos y métodos de estudios adaptados a su condición.

7- Capacitación y apoyo para padres: Enseñanza de técnicas de comportamiento para aplicar en el hogar.

Además, declara que los familiares y docentes deben indagar sobre el trastorno para ayudar de manera eficiente al niño que lo padezca. Es importante que los familiares desarrollen paciencia y tolerancia ya que es una condición neuropsiquiátrica que no obedece a la voluntad de la persona y se escapa de su control, por lo que debe ser considerado y tratado como cualquier otra patología médica.

Para concluir Capriles recomienda tomar conciencia acerca del impacto social de este trastorno y de la tendencia a sub o sobre diagnosticarlo.

Comenta que es fundamental continuar con los procedimientos que han demostrado eficacia debido a que si se trata y maneja adecuadamente puede ser una condición bien sobrellevada.

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 Con información de Sanitas Venezuela

VIA Prensa Sanitas Venezuela