Puro talento en Mérida debemos apoyarlo con la diversidad funcional talento superior, por parte del gobierno, para que no se lo lleven los caza talentos. MIGUEL HERNANDEZ.
A los 13 años va a la universidad
Miguel Ramírez, de 13 años, fue evaluado y aceptado para cursar Química Pura
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Miguel Alejandro Ramírez visitó el IVIC CORTESÍA IVIC
Miguel Alejandro Ramírez tiene 13 años y una pasión: la química. A esa edad en la que los chicos son fanáticos de algún deporte o de los videojuegos, él prefiere analizar fórmulas y estructuras de materias.
Lo suyo no es sólo pasión. También cuenta con un coeficiente intelectual de 140, que es superior al promedio. Apenas tiene trece años y está por cursar su último año de bachillerato en el liceo bolivariano Ezequiel Zamora, de Tovar, Mérida. Además, ya definió su ingreso en el año 2013 a la Universidad de Los Andes para estudiar Química Pura. De hecho, ya fue evaluado por la facultad de Ciencias de la universidad.
Es asombroso escucharlo hablar con propiedad sobre temas científicos. Cuesta relacionar su rostro, aún de niño, con el de alguien versado en asuntos tan duros. Y sorprende más cuando habla de su futuro a mediano plazo pues está decidido a estudiar bioquímica celular con el principal objetivo de combatir el cáncer.
"Es una enfermedad que ha afectado mucho a la población a nivel mundial. Sería bueno encontrar una cura para esta patología que ha traído destrucción a muchas familias. Yo conozco historias de familias que se han arruinado la vida por el cáncer y que ni siquiera han podido pagar el tratamiento", afirma el adolescente.
Para consolidar su vocación científica y potenciar su coeficiente, ha recibido orientación de la fundación Motores por la paz (www.fundacionmotoresporlapaz.org. y @motoresporlapaz) dentro de su programa Órbita CI 130 que busca a niños y jóvenes con coeficientes intelectuales superiores al promedio para ayudarlos en su desarrollo. La fundación comenzó a trabajar con Doris Rodríguez, madre de Miguel Alejandro, en marzo de 2011.
Entre las actividades que Miguel Alejandro ha realizado junto a esta fundación estuvo la visita al Centro de Química del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas donde pudo compartir con científicos profesionales. GCH
Lo suyo no es sólo pasión. También cuenta con un coeficiente intelectual de 140, que es superior al promedio. Apenas tiene trece años y está por cursar su último año de bachillerato en el liceo bolivariano Ezequiel Zamora, de Tovar, Mérida. Además, ya definió su ingreso en el año 2013 a la Universidad de Los Andes para estudiar Química Pura. De hecho, ya fue evaluado por la facultad de Ciencias de la universidad.
Es asombroso escucharlo hablar con propiedad sobre temas científicos. Cuesta relacionar su rostro, aún de niño, con el de alguien versado en asuntos tan duros. Y sorprende más cuando habla de su futuro a mediano plazo pues está decidido a estudiar bioquímica celular con el principal objetivo de combatir el cáncer.
"Es una enfermedad que ha afectado mucho a la población a nivel mundial. Sería bueno encontrar una cura para esta patología que ha traído destrucción a muchas familias. Yo conozco historias de familias que se han arruinado la vida por el cáncer y que ni siquiera han podido pagar el tratamiento", afirma el adolescente.
Para consolidar su vocación científica y potenciar su coeficiente, ha recibido orientación de la fundación Motores por la paz (www.fundacionmotoresporlapaz.org. y @motoresporlapaz) dentro de su programa Órbita CI 130 que busca a niños y jóvenes con coeficientes intelectuales superiores al promedio para ayudarlos en su desarrollo. La fundación comenzó a trabajar con Doris Rodríguez, madre de Miguel Alejandro, en marzo de 2011.
Entre las actividades que Miguel Alejandro ha realizado junto a esta fundación estuvo la visita al Centro de Química del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas donde pudo compartir con científicos profesionales. GCH
es admirable!!!
ResponderEliminarRealmente un niño con mucho talento cognitivo digno de ser apoyado por los venezolanos
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