La familia y educación del Venezolano del siglo XXI, es un ensayo dirigido fundamentalmente a los padres y representantes Venezolanos.Es una especie de guía para la acción educativa.Es un conjunto de orientaciones para la autogestión en esta área de la educación, entendiendo por autogestión la capacidad de cada individuo, familia y comunidad para dirigir su proceso educativo, en cada uno de estos niveles.La tesis del ensayo es sumamente simple: la educación es demasiado importante para dejarla en manos de los educadores.En otras palabras, la educación es, en esencia, un problema ciudadano y un problema personal.Por ello debemos los padres y representantes ser menos pasivos, frente al proceso educativo de nuestros hijos y representados.Debemos entender que la dinámica educativa nos envuelve a todos y que el proceso educativo es una actividad permanente , que integra a nuestros hijos y representados, a sus propios maestros, a nosotros mismos y a los miembros de la comunidad donde vivimos.Creo que los padres y representantes deben iniciar una serie de acciones, a fin de participar activamente en la educación de sus hijos y de sí mismos.Se ha dejado la educación en manos de la escuela, de los maestros, de los directores, de la televisión, del servicio doméstico, de los otros miembros de la familia, cuando en verdad educar es una responsabilidad personal, que no es una tarea o un trabajo, sino un trabajo, sino un placer, un juego sumamente creativo y noble.
Este es un ensayo escrito con propósitos masivos. Durante años, he escrito y publicado muchos ensayos, de tipo técnico, y de nivel académico, pero al mismo tiempo he creído y practicado el principio de que los científicos sociales, los docentes universitarios, los intelectuales, en una palabra, debemos masificar nuestros conocimientos, para el beneficio social. Por ello este ensayo, que es un manual para la acción, contiene un conjunto de sugerencias dirigidas a los padres y a los propios educandos.
Contiene elementos para hacer y tomar acciones destinadas a mejorar el proceso educativo, en cuatro niveles básicos; la comunidad, la escuela, la familia y el individuo.
Los venezolanos hemos creído que la educación es semejante a la escuela, a sus maestros, al estado, personificado en el Ministerio del Poder Popular para la Educación . Cuando hacemos críticas decimos que el ministerio es malo sin examinar siquiera las posibilidades y los límites de la acción del funcionario que ocupe este cargo. Otras veces decimos que la escuela es mala, a pesar de que nunca hemos hecho nada por evaluarla.En otras ocaciones culpamos a los maestros y en otras a la comunidad donde vivimos. Pero los verdaderos responsables somos nosotros, los cuales tenemos que elaborar proyectos educativos, a fin de que contribuyamos con nuestros maestros y nuestras escuelas; a fin, en una palabra, de que nos eduquemos dentro de un plan que incluya todas las posibilidades existentes, con imaginación y creatividad.Es más, no hay en este ensayo una verdad única. No la tengo. No hay ninguna receta para educar mejor, excepto que cada quien entienda que nadie puede educarnos y a nuestros hijos, sino tomamos en nuestras manos el proceso educativo. Ni el mejor gobierno,dicen algunos, pero con CHAVEZ todo debe cambiar , ni el mejor ministro de educación, ni la mejor escuela, ni los mejores maestros, ni la comunidad más armónica, nadie puede sustituir el esfuerzo que tenemos que hacer los venezolanos, para dirigir nuestro proceso educativo.
Es un ensayo muy personal, sin duda, puesto que me afecta. Tengo una familia y unos hijos, de distintas edades, que asisten a escuelas de muy variado nivel.Trato de educarme continuamente.Pero no estoy satisfecho, porque la satisfacción en estas y otras materias es una meta, no un logro.Quisiera una nación mejor , como quiera que esto se defina; quisiera escuelas de mejor calidad, en todos sus niveles; quisiera maestros mas dedicados y mejor entrenados; quisiera tuviesamos ministros de educación sumamente competentes, eficaces y más útiles a la sociedad; desearía una televisión constructiva y orientada hacia las necesidades colectivas.Una prensa sería y responsable . Aspiraría a tener gobernantes austeros y con vocación nacional y hacia la sociedad.Pero si bién no está en mis manos, hacer que todas estas cosas ocurran , puedo al menos examinarme dentro de mis propias posibilidades, a fin de contribuir a mejorar la sociedad.No se trata de señalar las deficiencias, sino, correguirlas. Este es el espíritu de este ensayo. Esa es la idea que deseo transmitir a sus lectores.
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