El profesorado
Como hemos visto, el objetivo fundamental de la Educación en Corea es formar revolucionarios, transformar al ser humano. Por lo tanto, el rol y la responsabilidad del profesor va mucho más allá de la de un simple difusor de conocimiento o ilustrador. En Corea, a los profesores se les conoce como revolucionarios de carrera, cuya misión en transformar a los alumnos en revolucionarios.
El perfil de profesor-revolucionario no es fácil de adquirir. Los profesores tienen una intensa vida organizativa y política. Todo profesor está encuadrado en células del partido o en organizaciones de masas, como la Unión de Profesores, Unión de Artistas, Unión de Escritores,... en función de la especialidad.
Al mismo tiempo, los profesores tienen que ser competentes y saber trasmitir conocimientos.
Como en Corea han desterrado la clase magistral y han optado por un sistema heurístico, existe el dicho que para que un profesor pueda enseñar una cosa, necesita antes saber cien. El aspecto que determina la calidad de la Educación es la competencia del profesor.
Por eso, se organizan muchos y muy diversos cursos para mejorar los conocimientos científicotécnicos del profesorado, así como su nivel ideológico y la metodología de enseñanza.
Continuamente hay lecciones modelo, clases abiertas, foros científicos y educacionales, encuentros para intercambio de experiencias, seminarios,...
También existen numerosas publicaciones políticas, científicas y académicas destinadas a profesores. Entre ellas “El diario del Profesor”, “Kindergarten”, “Profesor del Pueblo”, “Cuaderno de Propaganda para Profesores”,... que incluyen revistas, periódicos, libros de referencia y colecciones de ensayos científicos.
Por otro lado, los profesores tienen numerosas visitas a lugares donde ocurrieron batallas revolucionarias, visitas de inspección y estudio en fábricas, empresas, cooperativas y establecimientos educativos y culturales. De esta manera, su formación es continua.
En cualquier caso, la formación básica de todo profesor es universitaria. La Universidad Kim Il Sung fue la primera en abrir una facultad de Educación, pero a día de hoy existen varias universidades estatales y al menos una regional en cada provincia.
Finalizando ya, puede resumirse que en Corea existe un gran respeto por la figura del profesor. Este tiene un rol diferente al de otros países, dado que la Educación tiene una misión más elevada: transformar al ser humano. La formación de los profesores tiene mucha importancia y sólo los revolucionarios pueden llegar a ejercer la profesión. Por eso, no es raro que muchos profesores hayan llegado a ser miembros electos de la Asamblea Popular Suprema. De esta manera, el profesorado es uno de los ejes sobre los que asienta la calidad de la Educación en Corea.
Como hemos visto, el objetivo fundamental de la Educación en Corea es formar revolucionarios, transformar al ser humano. Por lo tanto, el rol y la responsabilidad del profesor va mucho más allá de la de un simple difusor de conocimiento o ilustrador. En Corea, a los profesores se les conoce como revolucionarios de carrera, cuya misión en transformar a los alumnos en revolucionarios.
El perfil de profesor-revolucionario no es fácil de adquirir. Los profesores tienen una intensa vida organizativa y política. Todo profesor está encuadrado en células del partido o en organizaciones de masas, como la Unión de Profesores, Unión de Artistas, Unión de Escritores,... en función de la especialidad.
Al mismo tiempo, los profesores tienen que ser competentes y saber trasmitir conocimientos.
Como en Corea han desterrado la clase magistral y han optado por un sistema heurístico, existe el dicho que para que un profesor pueda enseñar una cosa, necesita antes saber cien. El aspecto que determina la calidad de la Educación es la competencia del profesor.
Por eso, se organizan muchos y muy diversos cursos para mejorar los conocimientos científicotécnicos del profesorado, así como su nivel ideológico y la metodología de enseñanza.
Continuamente hay lecciones modelo, clases abiertas, foros científicos y educacionales, encuentros para intercambio de experiencias, seminarios,...
También existen numerosas publicaciones políticas, científicas y académicas destinadas a profesores. Entre ellas “El diario del Profesor”, “Kindergarten”, “Profesor del Pueblo”, “Cuaderno de Propaganda para Profesores”,... que incluyen revistas, periódicos, libros de referencia y colecciones de ensayos científicos.
Por otro lado, los profesores tienen numerosas visitas a lugares donde ocurrieron batallas revolucionarias, visitas de inspección y estudio en fábricas, empresas, cooperativas y establecimientos educativos y culturales. De esta manera, su formación es continua.
En cualquier caso, la formación básica de todo profesor es universitaria. La Universidad Kim Il Sung fue la primera en abrir una facultad de Educación, pero a día de hoy existen varias universidades estatales y al menos una regional en cada provincia.
Finalizando ya, puede resumirse que en Corea existe un gran respeto por la figura del profesor. Este tiene un rol diferente al de otros países, dado que la Educación tiene una misión más elevada: transformar al ser humano. La formación de los profesores tiene mucha importancia y sólo los revolucionarios pueden llegar a ejercer la profesión. Por eso, no es raro que muchos profesores hayan llegado a ser miembros electos de la Asamblea Popular Suprema. De esta manera, el profesorado es uno de los ejes sobre los que asienta la calidad de la Educación en Corea.
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